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La Montaña de los Gatos del Retiro reabre tras veinte años cerrada

Madrid recupera la Montaña de los Gatos del Retiro veinte años después de su cierre, incluidas las cascadas, una vez solucionados los problemas de filtraciones de agua que motivaron su clausura en 2004.

El Ayuntamiento de Madrid ha restaurado tanto las cascadas como el itinerario interior. Además durante las obras se ha dado con el hallazgo de un viaje de agua que conducía a una noria anterior al parque.

Los trabajos, realizados durante ocho meses han supuesto una inversión de 2,1 millones por parte del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, permiten la percepción visual que se tiene del parque desde la plataforma superior de la montaña.

Exposición temporal

Ahora, con su reapertura, los visitantes podrán disfrutar del conjunto de la zona ajardinada y de la estructura exterior reformada, además de una muestra que acogerá desde este mismo miércoles el espacio abovedado interior.

Esta exposición temporal permitirá conocer la historia de la Montaña de los Gatos, así como el detalle de los trabajos que se han llevado a cabo para su recuperación integral. Estará abierta de 11 a 13 horas y de 18 a 20 horas.

El interior de la montaña consta de un espacio abovedado de planta circular abierto con un óculo superior del que nacen cuatro galerías que discurren por el interior del cerro artificial. El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O’Donnell, hace las veces de acceso.

Los otros tres nacen desde el espacio interior, avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores.

Un capricho de Fernando VII

Esta montaña artificial fue levantada en el siglo XIX por el rey Fernando VII. Popularmente se la conoce como la Montaña de los Gatos por ser en el pasado espacio habitual para las colonias de felinos que poblaban este punto de la ciudad.

Situada junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo, la montaña fue concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, aunque el principal uso que se le dio hasta su cierre en 2004 fue el de sala de exposiciones.

La Montaña Artificial es uno de los caprichos de Fernando VII promovido en el Reservado del Parque del Retiro, la zona que delimitó para su real disfrute y el de su familia, sin acceso público. Las obras se iniciaron en 1817.

Fue nombrado director de este jardín romántico Bernardino Berogán, incluyéndose en su perímetro esta montaña cubierta de vegetación diversa y coronada su cima por un templete, ya desaparecido, que servía de observatorio.

Este templete de rasgos orientales estaba configurado por tres torres. Berogán proyectó otras edificaciones en el parque, construidas por el arquitecto real Isidro González Velázquez, como la Casita del Pescador, la Casa del Contrabandista, la Casa del Pobre, la Casa Rústica, la Pajarera, la Casa de Fieras o el Embarcadero del Estanque Grande.

La ría y el estanque que se encuentran a sus pies originariamente contaron con peces y gansos, y la parte superior de la cascada estaba coronada por la cabeza de un león de yeso.

Así llegó la denominación de ‘El tintero’, por la forma que tenía vista desde lejos, o la de ‘Los gatos’ ya que durante un tiempo era el lugar en el que la gente se deshacía de sus gatos convirtiéndose en hogar de los felinos callejeros.

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