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montaña de los gatos

Madrid recuperará la ‘Montaña de los Gatos’ de El Retiro

Las obras para la reforma integral de la popularmente conocida como ‘Montaña de los Gatos’ comenzarán en la primera quincena de octubre. El Ayuntamiento de Madrid va a recuperar para el disfrute de los ciudadanos la Montaña Artificial de los Jardines del Buen Retiro.

Esta joya del siglo XIX, construida por orden de Fernando VII, lleva cerrada al público casi dos décadas por la falta de seguridad de la infraestructura.

“Vamos a recuperar un entorno emblemático muy querido por todos los madrileños. El Ayuntamiento de Madrid va a llevar a cabo esta actuación para recuperar y conservar nuestro patrimonio verde”, ha manifestado el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. Asimismo, ha avanzado que, una vez culminen las obras, en el interior se volverán a acoger exposiciones permanentes que estén vinculadas a la historia del Parque del Retiro.

Un espacio frecuentado por los felinos

La comúnmente denominada ‘Montaña de los Gatos’ ha pasado por varios nombres. En primer lugar se la conocía como la ‘Montaña Artificial’, después ‘Montaña Rusa’ y hasta se llegó a llamar ‘Montaña de los Osos’. La idea de su creación fue ver una panorámica desde lo alto del Retiro, mayormente plano. Finalmente adquirió el nombre de ‘Montaña de los Gatos’ por ser un espacio frecuentado por los felinos asilvestrados que hay en el recinto.

Actualmente se encuentra actualmente en desuso y con el paso restringido al público. La última exposición que se realizó en la galería fue en 2002 con una duración de un año. Desde 2004, el Ayuntamiento de Madrid no ha llevado a cabo ninguna actuación en la estructura, aunque en 2018, coincidiendo con el 150 aniversario de El Retiro, se convocó un concurso público para la rehabilitación del espacio, que quedó desierto.

La parcela donde se ubica la ‘Montaña de los Gatos’ se extiende desde la esquina noreste de los Jardines del Buen Retiro, en la entrada de la Puerta de O’Donnell, hasta los parterres colindantes y la Casita del Pescador. Se trata de un terreno terrizo que comienza al cruzar la puerta y que da la bienvenida a los usuarios provenientes del exterior del parque, desde el que se percibe la vista más representativa de la montaña, con las extintas láminas de agua y la cascada y su abundante vegetación.

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Vuelta al pasado

La recuperación propuesta el Ayuntamiento de Madrid, tras 18 años de inactividad, primará en todo momento el respeto a la construcción original, manteniendo el volumen de la bóveda -formada por una cúpula de 14 metros de diámetro y 11 metros de altura-, y mejorando su cubrición, ya que fue construida para ser cubierta con tierra y vegetación creando una montaña artificial. La adecuación del espacio exterior busca recuperar la estructura y los caminos que existían inicialmente, manteniendo la zona superior de observación y los elementos de evocación pintoresca como las cascadas.

La montaña cuenta con una serie de pequeños senderos ajardinados ascendentes rodeados perimetralmente de un conjunto de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación. La intervención permitirá recuperar las cascadas y láminas de agua; mejorar el trazado y la renovación de los caminos interiores. Se consolidarán los elementos patrimoniales y se adaptarán las zonas arbustivas y el patrimonio vegetal al espacio, renovando también la iluminación y el sistema de riego.

Finalmente, el interior de la montaña, donde se organizaban las exposiciones, consta de un espacio abovedado de planta circular abierto con un óculo superior del que nacen cuatro galerías abovedadas que discurren por el interior del cerro artificial. El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O´Donnell, hace las veces de acceso. Los otros tres nacen desde el espacio interior, avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas, hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores.

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