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Javier Úbeda, alcalde de Boadilla del Monte: «El pueblo de Boadilla y su gente dio un ejemplo de solidaridad con Filomena»

Filomena, Gaetán y después Hortensia, enero ha sido un mes con un gran impacto meteorológico. Tras una nevada inesperada que dejó más de 70 centímetros de nieve en muchas partes de la región, los distintos municipios de la Comunidad de Madrid tuvieron que trabajar a destajo para frenar el colapso inevitable de las carreteras y tratar de volver a la normalidad lo antes posible.

Madrid 365 ha conversado con Javier Úbeda, alcalde de Boadilla del Monte, sobre la situación vivida y cómo gracias a los servicios municipales y a todos los vecinos y voluntarios, el municipio tuvo una gran capacidad de respuesta ante la borrasca. La actuación en escenarios como estos pone de manifiesto la importancia de la cercanía de los ayuntamientos a sus vecinos y cómo son estas instituciones las que conocen y atienden directamente las necesidades de sus ciudadanos.

Durante el segundo fin de semana de enero, Boadilla del Monte sufrió duras consecuencias por la Borrasca Filomena a pesar del anuncio de su llegada…

J.U. Hasta el mismo día 7 de enero, el Ayuntamiento de Boadilla no recibió por parte de ningún organismo oficial ninguna información sobre la envergadura y alcance de la nevada. Esa fecha, y no antes, se nos advirtió de la posibilidad de que pudiéramos sufrir acumulaciones de nieve de entre 15 y 20 centímetros. La realidad, como sabéis, es que en nuestro municipio se superaron los 70 centímetros.

Es cierto que previamente hubo comunicados informativos muy difusos que anunciaban heladas, pero nada concreto. Esos son los datos con los que trabajamos tanto yo como el resto de alcaldes, y es bueno recordarlo para que se contextualice el escenario de urgencia bajo el cual tuvimos que trabajar.

¿Ante este tipo de situaciones, tienen algún plan de trabajo?

J.U. Por supuesto, disponemos de un Plan de Emergencias ante Inclemencias Invernales donde nos marcamos prioridades de actuación en estas situaciones. Lo primero que hicimos, cuando comenzó la nevada, fue acondicionar las principales vías de circulación para garantizar los accesos a los centros de salud, el Hospital Montepríncipe y Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil.

Una estrategia que, además, garantizó la atención a los ocupantes de los vehículos atrapados, la coordinación para evacuaciones de zonas aisladas por la nieve y la atención de los vecinos afectados.

Echando la vista atrás, orgullosamente puedo decir que el plan funcionó más allá de sus objetivos. No solo cumplimos lo establecido, sino que se pudo transportar a mucho personal sanitario a sus centros de trabajo para que pudieran seguir atendiendo a sus pacientes. Desde luego, no podíamos dejar a los hospitales vacíos de médicos y sanitarios en mitad de una pandemia.

Por otra parte, y echando la vista atrás también, tengo muy vivas aún las imágenes de la noche del 8 de enero. Durante la misma, recogimos a más de 140 personas en Boadilla del Monte y en las carreteras autonómicas y nacionales que cruzan nuestra localidad.

¿En qué consistió ese dispositivo especial de acogida?

J.U. Todos nuestros esfuerzos se centraron en que nadie pasara esa noche en su coche o en la calle con frío y sin nada que llevarse al estómago. Habilitamos el pabellón del centro Príncipe Don Felipe con camas, mantas, comida y calefacción.

A pesar de todas las advertencias de la gravedad de la situación que se dieron por parte de los poderes públicos ese mismo día, incluidos nosotros, hubo quienes fueron sorprendidos por la nevada. A estos se les dio techo, cama, comida y toda la atención que necesitaron durante casi 48 horas gracias a Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y AhorraMás, que nos donó alimentos.

Boadilla del monte

Uno de los mayores problemas que provocó Filomena fue la movilidad en los municipios. ¿Qué medidas tomaron para solucionarlo?

J.U. Atendido lo más urgente, el 9 de enero, y dados los graves problemas de movilidad que afectaban a toda la región, decidimos activar el Servicio Municipal Telefónico de Salud para atender a todos los vecinos que lo necesitaran. Además, suspendimos el servicio de estacionamiento regulado para que nadie tuviera que exponerse a ningún peligro. Y, por supuesto, el 11 y 12 de enero emitimos un comunicado para las empresas para que ningún vecino tuviera que desplazarse a sus trabajos sin necesidad.

Ello, a pesar de que el 12 de enero ya estaban transitables más del 60% de calles y carreteras de Boadilla del Monte e hicimos accesibles las entradas a los supermercados para que no hubiera problemas de abastecimiento.

Ese mismo día, por otra parte, pusimos a disposición de los vecinos de forma progresiva más de 600 toneladas de sal, inaccesible para ellos en una situación que, desde luego, lo exigía. Y lo hicimos en más de 20 puntos de distribución para que, precisamente, los vecinos tuvieran que desplazarse lo menos posible.

Además, durante los días 13 y 14, también entregamos sacos de sal de 25 kilos en todos los comercios abiertos, comunidades de propietarios y viviendas que pudimos para evitar desplazamientos innecesarios.

Al día siguiente, también quisimos repartir entre los vecinos 2.000 palas quitanieves, imposibles de conseguir en el mercado en aquel momento, para ayudarles a combatir la nieve y el hielo.

Muchos vecinos sufrieron cortes de suministro de bienes y servicios básicos: agua, luz, gas… ¿Cómo hicieron frente a estos imprevistos?

J.U. Aunque estos suministros no dependen de nosotros, estuvimos en contacto permanente con las compañías para facilitarles el acceso de sus operarios, en su caso, y concienciarles sobre la urgencia de restablecer cuanto antes el servicio, dada la gravedad de las circunstancias.

En lo que estaba en nuestra mano, nos pusimos a trabajar para ofrecer soluciones prácticas a los vecinos. Ofrecimos los vestuarios del BeoNe para que todo vecino que lo necesitara se pudiera asear.

A la vez, y valorando la llegada del fin de semana, pusimos en marcha un servicio de apoyo en la realización de compras de alimentación, higiene y productos farmacéuticos para aquellos en situación de aislamiento o vulnerabilidad. Un servicio dirigido especialmente a las personas mayores que no podían ser atendidas y que, por supuesto, también pretendía que nadie tuviera que moverse.

¿Cree que fue eficaz su gestión de la crisis Filomena?

J.U. Eso no puedo responderlo yo, deben decirlo los vecinos. Yo tan solo puedo remitirme a los hechos, que muestran que el 12 de enero ya estaban transitables más del 60% de calles y carreteras.

Bien es cierto que la retirada de nieve, hielo, árboles y ramas de las calles y aceras dificultaron los trabajos, unos trabajos que califico de excelentes a tenor de los resultados, sobre todo si nos comparamos con otras localidades y valoramos el tiempo de respuesta.

Asimismo, a partir el día 18, todas las líneas urbanas e interurbanas estuvieron operativas en su totalidad, día en el que el servicio de limpieza pudo comenzar también a trabajar con plena normalidad, el Ayuntamiento abrió sus instalaciones y en el que todos los centros educativos de Boadilla se encontraban preparados para abrir.

Esta rápida respuesta se pudo ofrecer no solo por parte de los servicios ordinarios que el Ayuntamiento tiene contratados, sino también porque se reforzaron con más de 60 máquinas y vehículos y con más de 500 operarios.

Esto no fue fácil, como tampoco lo fue adquirir sal ni palas, pero finalmente lo conseguimos. Y lo conseguimos trayendo personal cualificado de otras ciudades, dándoles de comer, poniéndonos a su disposición para los desplazamientos, y llamando las 24 horas del día a quien hiciera falta para conseguir medios tanto materiales como humanos.

Dudo mucho que nadie en España haya tenido los mismos recursos en relación a su población que nuestro municipio y con la misma rapidez.

¿Cuál es el balance que hace?

J.U. La conclusión que saco de todo el trabajo de estos días es que Boadilla del Monte tiene unos servicios públicos excelentes.

También, que no podríamos haber salido adelante sin quienes trabajaron de forma gratuita cuando toda ayuda era poca. Con sus 4×4. Retirando nieve. Ayudando a los vecinos que lo necesitaban…

Soy consciente de que, sin ellos, sin su colaboración y compromiso, habría sido imposible. Una vez más, el pueblo de Boadilla y su gente, ha vuelto a dar lo mejor de sí misma.

Asimismo, me disculpo por todos los errores que hayamos podido cometer y agradezco la comprensión de los vecinos ante esta situación, tan difícil y nueva para todos.

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