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Santiago Isla: “El reto en Madrid es no atragantarse de tanta diversión”

«Madrid Q&A» es una indagación, en forma de cuestionario, sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.

Al flâneur la abulia le gradúa la vista. Santiago Isla ha paseado ambas por el Madrid fascinante de Buenas noches (Círculo de Tiza, 2020), su opera prima. Sus veinticinco años son, aparte de una afrenta intolerable, el envoltorio de una voz sorprendente y madura, con puntería de anotador. Madrid y juventud son siempre igual a Umbral, claro: el de Isla es el mejor, el del apunte sagaz sin sonajero que pilla a uno por sorpresa. Es voz del grupo Chelsea Boots y se le posa, a ratos, un enigma de Bowie en Chamberí y, a ratos, la sonrisa de un Gatsby con botella en el reservado.

1.¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?

Principal virtud de Madrid: no existe el carnet de madrileño.

 2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?

Lo mejor, la independencia; lo peor, el egocentrismo. Entiéndase en todos los sentidos posibles.

3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?

En el museo del Prado, entrando por los Jerónimos.

Museo del Prado

 4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?

Recuerdo uno, un poco extraterrestre, con el sol saliendo por entre las piernas del Arco de Moncloa. Pero quizás los amaneceres más intensos los viviera en la adolescencia, en verano, fuera de Madrid.

 5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?

Hoy por hoy, una alcoba en el centro. Cuando lleguen los hijos y las responsabilidades, ya se verá.

6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.

“En Madrid no hay calidad de vida”. En pocos lugares del mundo se disfruta la vida como aquí. El reto, a diferencia de otras ciudades, es no atragantarse de tanta diversión.

 7. Ahora, confírmeme otro.

La desinhibición. Y que no se duerme.

 8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?

La primavera, justo lo que nos perdemos.

9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?

Puede que en los quioscos. O en la sección del Vips en la que se vendían libros, películas y demás. En ambos casos es una nostalgia heredada, porque yo nunca he llegado a vivir conscientemente los momentos en los que funcionaban bien.

Tiendas Vips cuando vendían libros.

 10. ¿Para qué sirve una olimpiada?

Creo que refleja un tipo de ambición que ahora, en Madrid, se ha quedado un poco desfasada.

11. ¿Qué le enamora más… de Barcelona?

La belleza, la temperatura y el mar. Y no sé por qué me encanta la entrada a Barcelona viniendo desde Madrid, los últimos kilómetros, con todos los complejos industriales (en mi cabeza son de principios del siglo XX, más próximos a las novelas de época de Eduardo Mendoza). Luego bordeas las montañas y de repente, pum, la ciudad, el azul.

12. ¿Quién es Madrid hecho carne?

Francisco Umbral.

13. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?

Pienso en un sábado de mayo. Comer en La Tavernetta o en Mawey, salir achispadito de ellos, sentarme en cualquier terraza de Malasaña con amigos, que pase el tiempo y nos encontremos con gente (Madrid mantiene en las plazas el espíritu de pueblo), tomar copas, ir a bailar música divertida y un poquito snob… Pero voy a desdecirme. Siempre me han desconcertado un poco este tipo de listas. Al final, por mucha sofisticación que le queramos echar encima, el día diez es estar con gente a la que quieres en un lugar feliz, comiendo bien, bebiendo bien y disfrutando del placer de la buena compañía.

14. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?

Se me viene a la cabeza Madrid, de Pereza, por lo menos para mi generación. Contiene todos los defectos de Madrid, sus ejques y sus vicios, y es una canción perfecta; además, está escrita por un tipo nacido en Barcelona. Creo que lo resume todo bastante bien.

15. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?

La Plaza de Oriente, el Palacio Real y el sol atardeciendo naranja naranja, que parece casi una yema de huevo.

La Plaza de Oriente al atardecer

 16. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?

Ni callos ni sushi, pero Lucio hasta el final.

17. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?

Pensar que, de algún modo, el mundo me pertenece y está esperando que yo haga algo con él.

 18. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?

A mi querida Á., y por supuesto la haría emperatriz de Lavapiés.

 19. ¿Hay vida más allá de la M-30?

Sí, y cada vez más. A mí me fascina la ciudad, el centro, pero ello significa renunciar a muchas otras cosas que se pueden encontrar en las afueras.

 20. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?

El Balón de Oro de Vinicius Jr.

21. ¿Y su último descubrimiento en la capital?

El piso de mis amigos Dani y Bea, que tiene la terraza más espectacular de España.

 22. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?

Creo que en los escenarios de tantas salas de conciertos. Y me lo seguiré dejando, porque es de pura emoción, no de tristeza.

 23. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz

La casa de mis padres.

24. Mejor lugar para aprender algo de un hijo

Todavía me quedan años para poder responder a esta pregunta.

 25. Si se pierde, ¿dónde le encontramos?

Sin miedo a repetirme, en el museo del Prado. Ya he ido tantas veces que no tengo necesidad de tachar obras maestras de mi lista. Puedo dejar que mis pasos me guíen y tener la sensación de, efectivamente, estar perdido, pero en un sitio feliz.