Edurne Batanero

«¿Queda Madrid dentro de la M-30?»

Hay quienes se someten a una dieta y caen en la tentación de romperla cuando una barra de chocolate les sonríe desde la vitrina de una tienda. En el caso de Edurne Batanero (Madrid, 1995), no puede evitar escribir porque es la forma en la que se relaciona con el mundo, la herramienta con la que le da forma a sus pensamientos y que le permite ponerse unas gafas con la perfecta graduación para poder disfrutarlos una vez trabajados y dejados en reposo sobre los versos de sus poemarios.

Autora de ‘Infancia es una fruta’ y ‘Las posibilidades’, su última publicación, esta madrileña criada en el barrio de Prosperidad está ligada a las artes y al trabajo social, no solo por haberse formado estos ámbitos, sino también como voluntaria en el Banco de Alimentos de Prosperidad y Feministas Prospe.

La infancia y la vejez, la juventud en la actualidad y las relaciones de amistad: Batanero ofrece una mirada transversal sobre las relaciones humanas y, en este cuestionario, sobre su propio Madrid.

1. ¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?

Para mí no hay nada más de Madrid que no serlo de origen y que la cultura natal se traiga y mezcle. Cuando eso se consigue es cuando existe el Madrid que yo conozco.

2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?

Lo mejor es que queden y guarden la memoria que también tiene esta ciudad. Lo peor, los que piensan que no tienen acento.

3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?

En el parque de las Siete Tetas de Vallecas, sin duda. Me gusta más ver la ciudad desde la naturaleza que desde edificios altos.

4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?

Cuando fui a México por mi libro, ‘Infancia es una fruta’, vi amanecer en un estado de jetlag y emoción que se me quedó grabado.

5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?

Me quedaría con poder tener una casa digna en el barrio donde me he criado, no quiero grandes cosas, ni ubicaciones exclusivas, más que poder elegir quedarme.

6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.

Que no se ven estrellas por la noche. Aunque estén en peligro de extinción, hay que levantar la mirada, comprobar que siguen, y quedarse mirándolas de vez en cuando.

7. Ahora, confírmeme otro.

Pensar que todo está al lado, pero agradezco ser tan optimista en las distancias por todos los paseos y lugares que me ha traído.

8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?

Para mí, y para quienes les guste la literatura, la Feria del Libro de Madrid. Llevo yendo desde pequeña a dar un paseo por el Retiro, comprar libros y acabar tomando un helado, es una tradición familiar.

9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?

Madrid ha cambiado mucho desde la pandemia, en mi barrio han cerrado bastantes pequeños comercios. Cuando paso por esas calles veo todo lo que ha cambiado y la vida que falta.

10. ¿Quién es Madrid hecho carne?

Gloria Fuertes, una gran mujer de valor incalculable de la cual se dejó mucho de lado.

11. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?

Me gusta tomar el aperitivo al aire libre en el bar de siempre, visitar alguna librería, pero sin duda, coincidir con mis amigas al final de la tarde.

12. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?

Chotis fusión de Alpargata.

13. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?

La de la Quinta de Los Molinos cuando florecen los almendros, uno de los momentos más especiales para mí.

14. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?

La verdad es que, como no como carne, lo tengo difícil, aunque diría sushi. Y, sobre los restaurantes, están bastante lejos de mis posibilidades, soy una chica de barrio y placeres más accesibles.

15. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?

El paladar fino para el agua y la cerveza fría.

16. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?

A quienes vienen a ganarse la vida y a quienes deciden quedarse, aunque cada vez sea más difícil. Sin duda creo que ese detalle se lo merecen quienes mantienen esta ciudad como la conozco. Cada vez es más difícil quedarse aquí, así que sí, nos merecemos esos gestos de ternura quienes nos quedamos.

17. ¿Hay vida más allá de la M-30?

Claro, de hecho diría más, ¿queda Madrid dentro de la M-30? Quien se quede dentro de esta ciudad está viendo una realidad muy sesgada: perderse los barrios de Madrid es ver un decorado vacío.

18. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?

Los bares con el tercio a menos de 3 €, aunque no es tan secreto porque los comparto con todo aquel con el que quiera compartir una cerveza.

19. ¿Y su último descubrimiento en la capital?

La librería Desperate Literature, que está en la calle Campomanes, 13, hasta mayo de este año, después se irán a una antigua frutería por los pisos turísticos. Conocí su historia en el periódico, y me parece que marca el carácter que me representa.

20. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?

He crecido y he estructurado mi vida aquí… Podría irme un tiempo, pero ahora mismo tengo aquí una vida, y mientras pueda seguir siendo así, no terminaré de dejarme ni llevarme el corazón de aquí. Son las contradicciones de vivir en un sitio, que siempre habrá otro donde dejarse el corazón.

21. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz.

En mi barrio, en algún punto sin asfaltar y con sombra de los árboles.

«El Madrid de» es una indagación, en forma de cuestionario, sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.

Edurne Batanero

Edurne Batanero (Madrid, 1995) es una poeta madrileña autora de las publicaciones ‘Las posibilidades’ e ‘Infancia es una fruta’.