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Jesús Nieto Jurado: «¿Madrid hecho carne? Yo mismo, curiosamente»

«Madrid Q&A» es una indagación, en forma de cuestionario, sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.

Entró por la Gran Vía, la vocación asomándole a los ojos, a autocumplirse como la profecía que era. Acudía al abrazo de un destino que todos veíamos ya, que no podía no verse y había cuajado, como siempre, en provincias. Por nosotros, lectores, y por nuestra salvación, se inmoló en el altar de la bohemia; y de esas noches de altillo queda la garra con que sigue atacando el tourmalet diario, con la desesperación del recién escapado. Intuye uno que vive la realidad como escritura aún antes de vertérnosla en el cangilón del texto. Y que, aunque ahogue a la perrita en whisky y diazepam, ya es fijo en Camelot; indiscutible en ese columnismo ibérico netamente literario, feliz e inalcanzable como un cielo de Tiepolo. Que no es un mero género periodístico, ni siquiera un estilo, sino toda una praxis secular desarrollada para tocarle el nervio y los bemoles al país; y para que el país se deje hacer, en vez de revolverse con resabios y cabeceos. Y que quedará en pie, después del adanismo estético y de la chochocharla impresa en octavillas. Y Nieto ahí, para verlo. Puede que, para entonces, haya acabado de perder ese acento que—la verdad sea dicha—ya no suena tanto a mar como a botellón en Moncloa, a profanación estudiantil de los cedros torvos y preconstitucionales. A esos mentideros del calimocho donde se sigue oyendo que dejó a Safo por Madame de Staël, y a las dos por un espejeo rubio de la melena de Estefanía. Será por eso que a veces nos parece un último vencejo romántico, de alas impregnadas en el humo sagrado del Gijón. Cuando no un Gurb castizo, un duende de la corte, quizás una emanación del Manzanares. O un lagarto que huye a la carrera por un tapiz del Palace. No van a darle caza, no se esfuercen.

1. ¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?

Cuando empieza a asomar la úlcera y cuando no hay tasca que no conozca.

2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?

Lo peor es que no existen. Lo mejor es lo que no viene en las guías, ni en los chotis, ni en el DNI.

3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?

En Las Vistillas, con un colchón debajo.

4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?

Me suelo levantar a las 12. El amanecer en Madrid, como en Pretoria o en Zambia, es feo. Me gusta la ciudad templada. Recuerdo un amanecer, borracho, en la Plaza de la Luna. Y otro, hasta el culo de orfidales, una noche de calor, en el susodicho viaducto. Despertado por un aspersor. O un jardinero. Lo que fuera.

Plaza de la Luna
Plaza de la Luna

5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?

Palacio en el centro. No sé si eso contesta a la pregunta. La almendra central es inmunda, y sin embargo…

6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.

Que no tienen mar.

7. Ahora, confírmeme otro.

Que somos la novena capital de Andalucía.

8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?

Miss Grapó diría que en otoño. Yo digo que cuando nieva Filemona.

9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?

En Atocha. En el Rodilla de Atocha. En el cerro de Garabitas, o en el de Abantos (San Lorenzo del Escorial).

10. ¿Para qué sirve una olimpiada?

Para ligar corresponsalas deportivas. Da igual de invierno o verano. Que conste.

11. ¿Qué le enamora más… de Barcelona?

Que Sants está a dos horas y pico de Atocha.

12. ¿Quién es Madrid hecho carne?

Yo mismo, curiosamente.

13. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?

De tocata y fuga. A veces una marcha legionaria.

14. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?

Todos sabemos que Mediterráneo, de Serrat.

15. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?

El AVE a Málaga. O Paseo de Rosales mirando los barcos venir.

Paseo del Pintor Rosales
Paseo del Pintor Rosales

16. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?

Sushi. Lucio. Dabiz una vez se picó conmigo corriendo en la Casa de Campo. Es una razón de alta gastronomía, oiga.

17. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?

La boina. La supervivencia. Lo nocherniego.

18. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?

A la rubia del torero. No puedo decir más.

19. ¿Hay vida más allá de la M-30?

Sí, pero no es vida. Mi amigo Marcos Ondarra da fe.

20. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?

Mi tito el de Albacete, los domingos antes de la pandemia. Mezclar Valdepeñas peleón con hielo en Huertas. La Semana Santa en La Latina, que parece Sevilla. O Málaga.

Procesión de Semana Santa en La Latina
Procesión de Semana Santa en La Latina

21. ¿Y su último descubrimiento en la capital?

Que me robaron la bicicleta en mi portal.

22. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?

Cuando me dijeron qué era eso de la cuota de autónomos.

23. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz

Sagasta Vinos. Pegado al café Comercial.

24. Mejor lugar para aprender algo de un hijo

No creo que tenga hijos. Y el futurible en Madrid es una ilusión.

25. Si se pierde, ¿dónde le encontramos?

Pues por las calles cachondas de Argüelles. Del Argüelles prepandémico. El barriele (sic) que diría mi primo Juanito Sánchez Parra.