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María José Martínez, alcaldesa de Aranjuez: «Nuestro municipio es el destino idóneo para trasladarse a vivir»

Madrid 365 ha conversado con María José Martínez de la Fuente, alcaldesa de Aranjuez, sobre la forma en cómo el municipio ha afrontado la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, donde Aranjuez ha sido «descubierta» por los madrileños, en sus propias palabras, así como de los futuros proyectos que pretenden desarrollar en este Real Sitio y Villa.

¿Cómo ha evolucionado Aranjuez en la última década?

M.J. Poblacionalmente hablando, Aranjuez ha aumentado en torno a unos 8.000 vecinos en estos últimos diez años, por lo que llevamos una constante evolución de crecimiento. De todas formas, es un crecimiento contenido. Todavía hay mucha vivienda vacía y todavía somos un municipio susceptible de recibir más población, máximo en un momento histórico que nos ha tocado vivir.

En este momento, más que nunca, la gente está buscando vivir en espacios abiertos, ciudades tranquilas. El trabajo telemático está permitiendo hacer el mismo trabajo que se hacía antes, pero que nos obligaba a estar en Madrid capital y que ahora nos permite estar en cualquier otra ciudad próxima a Madrid y con otras ventajas que no se tienen en la capital de España.

Y, por lo tanto, en ese sentido, quiero reivindicar la ciudad de Aranjuez como una ciudad ideal a la que poder trasladar ese domicilio que se tenía hasta ahora en la capital o en ciudades demasiado pobladas. Una de las ventajas de Aranjuez es que estamos territorialmente cerca de Madrid, pero lo suficientemente distantes como para tener otras virtudes, además de ser la primera ciudad inscrita en la lista de patrimonio mundial, y por lo tanto tenemos unos valores singularísimos.

Nos hemos convertido en uno de los sitios inscritos singularísimos, universalmente hablando, cuyas características además están dentro de lo que se denomina paisaje cultural, con toda la dimensión que esto tiene tanto desde el punto de vista del patrimonio arquitectónico, pero también desde el punto de vista de la naturaleza y del desarrollo cultural que se ha venido produciendo durante los últimos siglos.

Uno de los puntos claves de Aranjuez es su patrimonio histórico. ¿Qué medidas lleváis a cabo para cuidarlo, para fomentarlo?

M.J. Cuando hablamos de patrimonio histórico siempre pensamos inmediatamente en elementos muy concretos como el Palacio Real, los jardines reales… Pero no pensamos en mucho más allá. Y Aranjuez es ese mucho más allá.

De hecho, fuimos el primer paisaje inscrito en la lista de patrimonio mundial como Patrimonio de la Humanidad. ¿Por qué? Porque a lo largo de los siglos se han ido produciendo una serie de circunstancias que nos han dado un patrimonio intangible, por decirlo de esa manera: las manifestaciones culturales son prueba de ello. Obviamente, allá donde fijaban su residencia los monarcas, tenían también lugar toda una serie de consecuencias desde el punto de vista económico de la época. Pero desde luego también desde el punto de vista científico, pues dos de los primeros experimentos científicos de la época se produjeron en esta ciudad. Y también hemos vivido acontecimientos históricos, como por ejemplo el Motín de Aranjuez.

Motín de Aranjuez

Toda esa amalgama de situaciones que se han ido produciendo en la ciudad es lo que conforman lo que hoy en día denominamos paisaje cultural de Aranjuez.

Sin embargo, lamentablemente, la mayor parte del patrimonio histórico de Aranjuez no está precisamente en el mejor pase de revista. ¿Cuál podría ser la circunstancia? Pues fundamentalmente, que es un patrimonio histórico que está distribuido en propiedades diferenciadas. De hecho, el Ayuntamiento de Aranjuez es probablemente el menor tenedor como propietario de estos bienes.

En este sentido, actualmente hay dos cuarteles de las guardias valonas que están totalmente abandonados. En estos momentos estoy tratando que desde Patrimonio del Estado y desde el Ministerio de Cultura y desde la propia Vicepresidencia del Gobierno de la Nación se pongan manos a la obra para rehabilitar o reconstruir esos monumentos.

¿Reconstruirlos y darles otro uso?

M.J. Correcto, porque ahora mismo no tendría sentido un uso militar, lógicamente, pero sí que se le podría dar un uso compatible como sería el uso educativo universitario o el uso turístico como establecimiento, por ejemplo. Un parador nacional perfectamente podría caber también también ahí.

Lo idílico para mantener el patrimonio histórico de esta ciudad sería, por un lado, la conservación mediante las partidas presupuestarias anuales correspondientes que impidan deteriorar ese bien y, en segundo lugar, si el bien ya ha sido deteriorado, pues lógicamente rehabilitarlo.

Pero también hay otros puntos fundamentales, como son la educación o sensibilización. Si los vecinos de la ciudad de Aranjuez no consideran, no valora, no saben, no conocen, cuál es la importancia de los elementos que para ellos son diarios y con los que se cruzan de manera habitual, es muy difícil que lo valoren. Si no sabemos lo que tenemos en la casa, no lo podremos valorar. Y si no lo valoramos, no lo vamos a conservar, ni lo vamos a respetar, ni vamos a entender que las Administraciones públicas inviertan ingentes cantidades de dinero que se necesitan para ese mantenimiento.

Y también habría una última clave: un bien patrimonial histórico al que no se le da un uso, es un bien destinado a desaparecer. Por lo tanto, el uso, pero siempre que se trate de un uso compatible, es algo a lo que hay que tender cuando tenemos delante un bien que sea patrimonio histórico. El desuso lleva al no mantenimiento y el no mantenimiento lleva al final a la no rehabilitación. Y en el peor de los casos, a esa pérdida patrimonial que es incalculable.

¿En qué medida ha afectado la pandemia al turismo en Aranjuez?

M.J. Pues mira, curiosamente hemos pasado por dos etapas diferentes. Una primera etapa, lógicamente, con el encierro y con el miedo. Fue una etapa muy dura económicamente hablando ya que en una ciudad como Aranjuez, cuyo sector fundamental es el de servicios, bien a través de hostelería o del comercio y de la hotelería, pues lógicamente nuestro Producto Interior Bruto fue duramente dañado y con eso su consiguiente repercusión a la hora de generar actividad económica y en términos de desempleo. Por lo tanto, esa etapa fue muy dura, muy dura.

Pero sin embargo, a partir de ese momento, durante el verano, la gente estuvo mucho en la calle y sí que había una dinamización interna del propio municipio a atender al consumo. Pero bien es verdad que desde el mes de septiembre hasta el día de la fecha, ha sido una auténtica revolución. En estos últimos meses hemos tenido más visitantes que en cualquier primavera pasada, que suele ser la época fuerte.

Con lo cual, hemos pasado dos fases completamente diferentes: de no tener nada de movimiento en la ciudad a datos muy importantes (El Palacio Real recibió un total de 103.455 visitantes a lo largo de 2020)

Palacio Real

Esta apertura hacia el turismo tal vez ha venido influenciada por los cierres perimetrales autonómicos, donde la gente obviamente nos ha descubierto como un destino interesante. De tal manera que ese descubrimiento ha provocado que los índices de visitantes hayan crecido exponencialmente, incluso en épocas en las que no teníamos experiencia, como en el mes de noviembre.

Por otro lado, siempre se dice que del defecto hay que buscar la virtud. Y en este caso creo que la virtud de este gran defecto pandémico es que muchos madrileños al menos nos han descubierto como un destino turístico muy interesante. Y, además, como es un destino turístico cercano para todos los madrileños, pues vienen de forma reiterada.

En ese sentido, ¿Qué tipo de ayudas habéis desarrollado para el comercio y hostelería?

M.J. Tras el duro golpe de la pandemia vi necesario que toda la corporación municipal nos reuniéramos para buscar y ofrecer soluciones principalmente a dos colectivos: ayudar a todos estos empresarios que habían tenido que echar el cierre y que iban a tener consecuencias muy negativas tanto para ellos como para la ciudad y apoyar también a todas esas familias más vulnerables.

En el seno de esa idea surgió el Plan de Recuperación de Aranjuez que, finalmente, después de muchas conversaciones, conseguimos firmar todos los grupos políticos junto con las asociaciones empresariales y los sindicatos de la ciudad. Ahí lo que hicimos fue establecer un conjunto de medidas muy concretas. Por concretar alguna: reservamos hasta casi 400.000 euros para ayudar a los empresarios y a las personas que podían haber quedado en situación de desempleo, en situación de ERTE o de ERE.

En relación a ayudas a las familias más vulnerables, se les puso a su disposición un servicio jurídico así como un servicio de atención psicológica. Además, el gasto en ayudas económicas directas, es decir, en ayudas de emergencia, incrementó un 67,8% respecto al ejercicio anterior de 2019.

También destacar que los datos del comedor social se multiplicaron por tres. Mientras que en el 2019 se habían atendido un total de 193 familias, en el 2020 se atendieron un total de 337. Esto significa que unas 1000 personas aproximadamente tuvieron que acudir al comedor social durante el ejercicio 2020. Todo un compromiso ya no solo para nuestra corporación, sino un compromiso personal mío como alcaldesa de que a nadie le faltara los alimentos básicos. 

Por otro lado, la Comunidad de Madrid decidió hacer test de antígenos a todos los habitantes del municipio, ¿cómo se ha desarrollado esta gestión?

M.J. Se gestionó con total normalidad. El objetivo era detectar a aquellas personas contagiadas que no tienen síntomas y, por lo tanto, van tranquilas por la calle y en sus propios domicilios, contagiando a sus familiares y amigos porque no saben que están contagiados.

Tras la realización de los test, se dieron un total de 99 positivos. Pueden parecer pocos, pero 99 personas son capaces de destrozar una ciudad, porque ya sabemos el efecto multiplicador que tiene el virus. En este sentido, creo que realizar test de antígenos a todos los vecinos fue una medida idónea ya que, desde que se realizaron, el número de contagios descendió. Hemos pasado de tener una alta tasa de incidencia a que los números se hayan desplomado gracias, en parte, a estos test.

Por último, en esta legislatura, ¿Qué proyectos tiene en mente desarrollar?

M.J. El gran objetivo de Aranjuez es canalizar esa deuda que tienen el resto de las Administraciones con esta ciudad. Y eso se puede canalizar fácilmente a través de un plan estratégico que determine quién tiene que hacer qué y con cuánto. En definitiva, esto puede llevarse a cabo si hay voluntad política, que es lo que necesita la ciudad.

Pero, mientras eso sucede, entre los objetivos de este Ayuntamiento se encuentran el de mejorar las infraestructuras y los equipamientos públicos. Desde luego tenemos un compromiso con la eficiencia energética y con la mejora de la digitalización en la administración y de nuestros vecinos y, por supuesto, también la mejora de la calidad de los servicios.

Hay muchas cuestiones que son importantes, pero en cualquiera de los casos, estamos empeñados en mejorar las infraestructuras deportivas y las infraestructuras de educación.

De todas formas, ahora mismo estamos enfrascados en esta tormenta pandémica. Por lo que, desde luego, queremos seguir atendiendo a nuestros empresarios y a las familias más vulnerables, tratando de salir adelante en la peor de las situaciones y de los escenarios que nadie jamás podría haber imaginado, que es el de la pandemia.

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