Con la llegada de la Navidad, los dulces se convierten en la estrella de estas fechas, y una opción para degustarlos en todas sus vertientes es haciendo una ruta por los conventos y monasterios de la Comunidad de Madrid, que se encargan de elaborarlos artesanalmente.
Los dulces de los conventos y monasterios de la región
Para empezar, el Monasterio del Corpus Christi (Plaza del Conde de Miranda, 3); el convento donde reside la Congregación de las Jerónimas, llamadas popularmente «Las Carboneras», se ubica en pleno corazón del Barrio de los Austrias. De aquí se desprende un aroma a anises que procede de los típicos Mantecados de Jerez, naranjines, sequillos, nevaditos, pastas de té, pastas de almendras, galletas… Sus recetas son las más antiguas entre los postres conventuales de Madrid.
Otra parada obligada es el Convento de San Diego de Alcalá de Henares (Beatas, 7. Alcalá de Henares), que se fundó como beaterio y más adelante se convirtió en congregación. A sus monjas se las conoce popularmente como «almendreras» o «las Diegas de Alcalá», en referencia al único y espectacular dulce que elaboran: las almendras garrapiñadas, almendras cubiertas de un almíbar grumoso que les aporta un toque muy dulce y firme.
Alejándonos un poco más de la capital, en el municipio de Loeches, no se puede dejar de visitar el Convento de las Carmelitas Descalzas (Duque de Alba, 3. Loeches). Tras sus muros nos conquista un sabor frutal, el de las mermeladas y compotas que elaboran las Carmelitas a base de azúcar y frutas de temporada que recogen de su propio huerto; entre todos, los higos son los que más fama tienen.
Y de Loeches a Chinchón, donde, con la sabiduría acumulada durante siglos, las monjas Clarisas están en el Monasterio de la Inmaculada Concepción elaborando una amplia gama de dulces entre los que destacan las rosquillas fritas, los soplillos, turrón de praliné de almendra y pasta de almendra con masa de mazapán y mantecados nevados, preparados con un toque de aguardiente con zumo de limón y hojaldrado.
Finalmente, Valdemoro acoge el Convento de las Clarisas (c/ del Párroco Don Lorenzo, 1), donde se pueden encontrar productos de unas hermanas que no se limitan a la repostería, sino que también abarcan el sabor salado. Su menú incluye pastas castellanas, trufas de chocolate, empanadas de atún o tarta de almendras; además de otros exquisitos dulces como los almendrados de la abuela, las pastas corazones y las pastas florecillas.
