El desmontaje del puente de Joaquín Costa-Francisco Silvela dará lugar a un espacio con aceras más anchas, carril bici segregado, carril bus, más arbolado y zonas estanciales. El objetivo de estas obras es recuperar el bulevar que presidía el espacio en el siglo XIX como «emblema de la ciudad posCovid» en el siglo XXI. Así lo anunció ayer el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, durante la presentación del proyecto desde el centro cultural Nicolás Salmerón.
Obras a comienzo de 2021
Las obras del nuevo eje Joaquín Costa-Francisco Silvela comenzarán a principios de 2021; y tendrán una duración aproximada de 9 meses. Para su desarrollo, se invertirán más de 10,5 millones de euros y se actuará sobre una superficie de 64.000 metros cuadrados.
«Los madrileños visualizarán el modelo de ciudad poscovid, una mayor cercanía, un aumento de todo el espacio público, donde se ganará más de un 20 por ciento de espacio; habrá carril bici segregado, carril bus en exclusiva, se aumentan zonas verdes, sobre todo para los espacios de colegios cercanos», avanzó Almeida.
Además, la zona contará con «una reforma adicional en la de la calle Gabriel Lobo, muy demandada por los vecinos y comerciantes». Por otro lado, en el bulevar habrá un «museo al aire libre» con esculturas.
Un gran proyecto mediambiental
Por su parte, Paloma García Romero, concejala del distrito de Chamartín, ha defendido que es «un proyecto medioambientalmente muy potente». Y gracias a él, se conseguirá «un Madrid más habitable». García Romero ha recordado que el 10 de julio se avisó en un informe técnico del «riesgo de colapso» del scalextric, que «llegaba a su límite, estaba caducado y corría riesgo de daño para la seguridad de los madrileños».
