Water Challenge

Water Challenge, el futuro del tratamiento de aguas contaminadas ya está aquí

El futuro del tratamiento de aguas contaminadas ya está aquí. Desde Madrid, la pyme Water Challenge está redefiniendo el sector del tratamiento de aguas contaminadas con una tecnología que no solo limpia, sino que convierte residuos industriales en recursos valiosos. Fundada en 2020, esta empresa madrileña ha crecido a gran velocidad gracias a una solución única y disruptiva: ASEC, un proceso que combina evaporación y cristalización en una sola etapa, logrando resultados que otras tecnologías no alcanzan.

«Water Challenge nace para resolver el reto de aprovechar al máximo los recursos presentes en las aguas contaminadas», explica Susana, CEO de la empresa, a Madrid365.

Todo comenzó con un grupo de ingenieros e investigadores que habían desarrollado una tecnología avanzada para recuperar agua limpia y sólidos secos a partir de residuos líquidos. Cuando el proyecto estaba listo para dar el salto a la industrialización, Susana —junto al CTO y cofundador Sebastián Vera— constituyó Water Challenge, aportando la visión de negocio y la financiación necesarias para consolidar la compañía y proteger su propiedad intelectual a nivel internacional.

Tecnología ASEC: un proceso eficiente y sostenible

La clave de su éxito reside en ASEC, un sistema que combina procesos adiabáticos, sónicos, de evaporación y cristalización. “Lo que nos hace únicos es que conseguimos evaporar y cristalizar en un solo paso y, sobre todo, con un consumo energético casi diez veces menor que las tecnologías tradicionales de vertido cero”, señala Susana.

Además, la tecnología de Water Challenge no utiliza productos químicos ni genera residuos secundarios, lo que refuerza su sostenibilidad y la convierte en una opción alineada con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030.

Tratamiento de cualquier tipo de fluido

En apenas cinco años, la compañía ha demostrado su capacidad para tratar casi cualquier tipo de fluido industrial: aguas de dragados, lodos de minería, residuos del oil & gas, lixiviados, purines o incluso complejas mezclas MARPOL de aceites y residuos orgánicos. 

“Hasta ahora no hemos encontrado ningún tipo de fluido que no podamos tratar, independientemente del pH o la conductividad”, apunta la CEO.

Esta versatilidad ha despertado el interés de sectores muy diversos. “El biogás está en pleno auge en España y Europa, y nosotros ofrecemos una solución para tratar el digestato líquido, reutilizar el agua y valorizar los sólidos”, explica Susana.

También han recibido atención desde la minería, la gestión de dragados portuarios y el tratamiento de salmueras post-osmosis inversa. “Los puertos españoles, especialmente tras ver el ejemplo del puerto de Huelva, se están mostrando muy interesados en nuestra tecnología, y también estamos avanzando con proyectos en el norte de Europa donde planean usar nuestra solución para dragados y generación de agua para hidrógeno verde”, destaca.

Beneficios económicos y ambientales

Además de su impacto en las empresas, la tecnología de Water Challenge tiene importantes beneficios ambientales: elimina la necesidad de transportar residuos a grandes distancias, reduce la huella hídrica y de carbono y promueve una economía circular real.

Según explica Susana, “tenemos muchísimos beneficios. Para las empresas: operativos, porque simplificamos el proceso; económicos, porque reducimos costes frente a otras tecnologías ZLD; y sostenibles, porque se puede reutilizar el agua tratada en el propio proceso, logrando una economía circular total. 

A nivel medioambiental: vertido cero, sin uso de químicos ni consumibles, con menor huella hídrica y de CO2. Cumplimos con los objetivos de desarrollo sostenible y con el Green Deal. “Además, tratamos el fluido cerca del lugar de generación, evitando transportes innecesarios”, apunta. 

Respaldo financiero

Cinco años les han bastado para posicionarse. El rápido crecimiento de Water Challenge no ha pasado desapercibido para instituciones y financiadores: la empresa fue seleccionada por el European Innovation Council -una de las convocatorias más exigentes de la UE-, que le concedió una subvención de 2,5 millones de euros sobre un total de 3,5 millones. También han obtenido fondos de Eureka Eurostars para maximizar la valorización de metales en aguas mineras.

Asimismo, uno de los apoyos más significativos ha llegado de la mano del BBVA. “Fue el primer banco con el que trabajamos. Analizaron nuestro proyecto, vieron el potencial y nos ayudaron a financiar parte de la I+D y a prepararnos para la fase de comercialización. Fue un empujón clave”, destaca Susana. Este respaldo financiero permitió a Water Challenge acelerar su desarrollo y sentar las bases para su expansión nacional e internacional.

Mirando al futuro: expansión internacional

De cara al futuro, Water Challenge tiene grandes planes: consolidar su estructura, escalar la producción en serie y seguir ampliando su presencia comercial en Europa y más allá.

“Ahora estamos centrados en España y Europa porque ahí surgieron los primeros proyectos, pero también vemos grandes oportunidades en Estados Unidos, especialmente en zonas como California, y en países del Golfo por la desalación. Además, Latinoamérica es un mercado muy interesante por la minería y el oil & gas”, apunta Susana.

En palabras de su CEO, la clave del éxito ha sido la confianza en el proyecto: “Sabíamos que teníamos algo diferente y potente, aunque al principio cuesta mucho hacerse ver. Pero cuando los clientes ven nuestra planta funcionando y comprueban los resultados, no hay dudas”. 

Water Challenge demuestra que es posible unir la innovación tecnológica y la sostenibilidad en un modelo empresarial sólido y con impacto real. Con un equipo que combina talento técnico y visión estratégica, esta pyme madrileña está llevando su tecnología al mundo para demostrar que el futuro -un futuro circular, eficiente y limpio- ya está aquí.

Última hora