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La Quinta Cocina: el programa municipal que forma a jóvenes en riesgo de exclusión

«Aprender haciendo» es la filosofía con la que anualmente 120 jóvenes en riesgo de exclusión acceden al programa La Quinta Cocina para formarse como camareros y cocineros.

Este programa, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, Espacio Abierto Quinta de los Molinos y la ONG CESAL, además de ser un restaurante/bar, hace la función de espacio solidario, donde se promueve la formación y la inserción sociolaboral gracias a una bolsa de empleo con más de 200 restaurantes.

Así, en este lugar, jóvenes de 16 a 23 años aprenden un oficio que les permite adquirir competencias laborales y habilidades sociales y personales, que constituyen también un aspecto fundamental en la formación para el empleo.

Formación en oficios como camarero o cocinero

En marcha desde 2017, la Quinta Cocina ofrece formación en oficios de restauración como camarero o cocinero a través de cursos de seis meses en los que se combina la teoría con la práctica, ya que, además de una escuela, es también un restaurante abierto al público y situado en la Quinta de los Molinos, en el distrito de San Blas-Canillejas.

Junto a la formación en hostelería, los beneficiarios del programa municipal también adquieren competencias en inglés y ofimática, así como habilidades sociales. Además, se ofrecen prácticas en restaurantes colaboradores que suponen una oportunidad de entrada en el mercado laboral.

El objetivo es evitar que estos jóvenes caigan en graves situaciones sociales, tal y como cuenta Fernando Morán, coordinador de jóvenes de CESAL, a Madrid 365: «Diferentes entidades sociales son las que se encargan de derivarnos a jóvenes procedentes de centros de menores tutelados, centros de menores infractores, servicios sociales, asociaciones contra la trata de blancas así como de centros de orientación de institutos. Cogemos a los jóvenes que más necesidad tienen. Es decir, que si no tuvieran esta oportunidad, tendrían muy difícil acceder al mercado laboral. Este curso es algo fundamental porque para muchos de ellos es la primera vez que alguien les da la oportunidad de formarse».

Una oportunidad para encarrilar sus vidas

Luis y Zacarias tenían dos realidades muy distintas pero ambos necesitaban que alguien les diera una oportunidad para encauzar su futuro.

Zacarías y Luis, exalumnos de La Quinta

«Llegué hace siete años a España, pero los primeros años fueron complicados… estuve en un centro de menores. En 2020 salí del centro y no tenía a donde ir. Entonces, un trabajador social me dijo que me iba a pedir una cita para hacer un curso, y aquí estoy dos años después. Mi vida ha cambiado bastante… siempre tuve ganas de trabajar, pero antes tenía miedo porque no sabía cómo comunicarme con la gente, y esta fundación me ha ayudado mucho. Me ha quitado el miedo, me ha enseñado a enfrentarme a mis problemas y a abrirme», nos cuenta Zacarías.

Por su parte, Luis supo de este curso gracias a un conocido. «Con 18 años me descarrié del camino del estudio y pensé que esta era una buena opción para volver a encarrilar mi vida. Empecé el curso, hice unas prácticas y gracias a Dios me llamaron para volver. Mi vida ha cambiado para bien porque la cocina es algo que siempre me había gustado pero nunca había tenido la valentía de dar el paso para dedicarme a ello. Ahora tengo un objetivo, trabajo y ganas», nos confiesa.

Realidades muy diferentes

Además de formadores, estos cursos también cuentan con psicólogos que se encargan de trabajar la parte social. «Tenemos que tener en cuenta que algunos de los jóvenes que vienen viven en la calle, duermen en coches, no tienen hogar o tienen situaciones familiares muy difíciles. Por ello, además del recorrido formativo tenemos que proporcionarles también un recorrido de acompañamiento social, explica Morán.

Yoleida Correia es una de las psicólogas de La Quinta Cocina y se encarga de impartir las habilidades sociales. «Intento que la formación sea dinámica y les permita desenvolverse aquí en la ciudad, ya que muchos no son de España y no solo están aprendiendo un curso sino que también están aprendiendo a vivir aquí, una nueva cultura, un nuevo sistema de valores...», explica.

Yoleida Correia, psicóloga de La Quinta

En este sentido, los principales problemas que tienen que afrontar son la falta de autoestima, falta de control de los impulsos, falta de autoconfianza… «pero es normal por las historias de vidas que tienen. La adolescencia es una fase muy complicada y muchos de ellos no encuentran su lugar y terminan en la calle, en bandas… Además, muchos tienen pensamientos automáticos negativos cuando surge algún problema, porque quizás cuando eran pequeños en sus casas sus padres les insultaban, por ejemplo. Así que activan ese tipo de mecanismos de autodefensa», confiesa Correia.

Después de varios años trabajando con estos jóvenes, Correia asegura que «son un ejemplo de autosuperación, de resiliencia y de tolerancia a la frustración. Tienen realidades tan dispares y tan diferentes a las nuestras que nosotros somos unos privilegiados… si nosotros hubiéramos estado en su situación, lo más probable es que hubiéramos terminado igual».

Por ello, confiesa, «desde CESAL les transmitimos el mensaje de que somos su familia. Definitivamente, además de formarles y darles una oportunidad de futuro, intentamos crear esa relación o vínculo».

Redacción

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