Al comienzo de la crisis sanitaria, la protectora El Refugio, como parte de su compromiso con los animales abandonados, creó su Unidad de Intervención. A través de ella, la organización comenzó a rescatar y auxiliar a perros y gatos que convivían con personas hospitalizadas o fallecidas en la Comunidad de Madrid. Ahora, en plena tercera ola, continúan desarrollando su trabajo de manera incansable. Y es que, si algo caracteriza a la protectora El Refugio es su total entrega la hora de mejorar las condiciones de vida de los animales abandonados.
La historia de Luis y su perra
A la edad de ochenta años, Luis G. T. ingresó en el Hospital Universitario de Torrejón, infectado por Covid-19. Todo comenzó cuando un íntimo amigo suyo lo encontró en su domicilio en mal estado. Fue entonces cuando decidió trasladarlo personalmente al hospital.
Tras el ingreso, el amigo acudió diariamente al domicilio de Luis para alimentar a su perra, Alpha. En concreto, fue durante seis días: el mismo tiempo que necesitó el virus para acabar con la vida de Luis. Al conocer la noticia, el amigo contactó con El Refugio para comunicar que la perra de Luis necesitaba ayuda. Fue entonces cuando Nacho Paunero, presidente de la protectora El Refugio, junto a dos miembros más de su equipo, se personan en Mejorada del Campo para rescatar de su domicilio a Alpha. Durante seis años, la perra había convivido con Luis y, ahora, quedaba en situación de desamparo.
La despedida de Alpha
«Subimos a la perrita Alpha a nuestra furgoneta para dirigirnos a nuestro Centro de adopción, y al arrancar, se encaramó al asiento trasero para rascar con su pata en la ventana, mientras veía cómo se alejaba del que siempre fue su hogar. Se me hizo un nudo en la garganta, que me está costado mucho deshacer», confiesa Nacho Paunero.
Desde el inicio de la pandemia, en la organización sospechaban que no sería un trance breve. Eran conscientes de que la crisis sanitaria causaría una situación de desamparo a un gran número de perros y gatos. En este sentido, el presidente de El Refugio asegura que «cada uno de los rescates que hemos podido realizar, nos ha dejado mella en el corazón. Acudir al domicilio de una persona que acaba de fallecer, de por sí, ya te encoge el corazón. Si tras su puerta, te reciben pequeños totalmente desconsolados y desconcertados, se te encoge aún más. Ellos no saben lo que está ocurriendo, pero nosotros sí».
Pero esta pandemia está teniendo un largo recorrido. «Por nuestra parte, como organización con vocación de ofrecer un servicio social, no podemos más que continuar asumiendo el compromiso de intentar ayudar a todos los animales que lo necesiten», explica Paunero, «animales que tanto nos ayudan a las personas a mejorar nuestras vidas, aportando amor incondicional y alegría a raudales —valores que con los tiempos que corren, resultan impagables—. Así lo haremos hasta que acabe esta pesadilla, se lo debemos», concluye el presidente de El Refugio.
Actualmente, Alpha se encuentra en perfecto estado y ya bajo la tutela de El Refugio, quienes han iniciado el proceso de búsqueda de la familia que quiera adoptarla.
