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Así han cambiado nuestros rituales de vida tras un año de pandemia

Este domingo 14 de marzo se cumplió en España un año desde el inicio del estado de alarma por la pandemia a causa del SARS-CoV-2. Desde entonces, y como demuestra el estudio ‘Rituales tras un año de pandemia’, los rituales de nuestra vida diaria se han ido cambiando y transformando.

Según este estudio, realizado por el grupo de comunicación BBDO&Proximity, tras un año de pandemia, somos los mismos de siempre, pero no del todo. No comemos igual, no cuidamos de nuestro aspecto como antes, ni conservamos las mismas pautas al final del día.

Así han cambiado algunos de nuestros rituales sociales e individuales después de 12 meses:

El chándal, el fichaje del año

Empezar el día está compuesto por toda una serie de pasos que conforman un ritual que nos prepara mentalmente para afrontar la jornada. Un ritual que, si bien antes era prácticamente invariable, se ha visto transformado tras un año de pandemia.

Los más jóvenes (25-34 años) son quienes más han alterado sus hábitos de levantarse por la mañana: aunque la ducha se mantiene para la gran mayoría (94,6%), ir a trabajar o estudiar es un hábito matutino en el que un 29,1% afirma haber experimentado cambios tras este año.

Si en 2019 el teletrabajo había aumentado en un 5%, en el comienzo del 2021 pasó a dispararse al 37% de casos de teletrabajo total o parcial. Esa reubicación laboral y la falta de encuentros sociales ha impulsado una relajación de nuestra apariencia física.

En este sentido, el 26,9% de los españoles ahora se preocupa menos por la ropa que lleva puesta y un 18,6% le da menos importancia que antes a su apariencia física. Además, el 30,6% de los españoles afirma preocuparse menos por sus rutinas de cuidado físico.

Estos cambios nos cuentan cómo la pandemia nos ha hecho darle prioridad a la comodidad frente a la apariencia, una tendencia que también se ha visto reflejada en las tiendas de ropa, donde cada vez dan más protagonismo al chándal, las prendas cómodas y los pijamas de calle.

Por otro lado, el uso de la mascarilla también ha afectado de forma clara a rituales tan arraigados como el maquillaje. De esta manera, un 34,5% de mujeres afirma haber variado su rutina de maquillaje y un 16,7% ahora solo se maquilla los ojos.

“Es posible que el cambio del “cómo me ven los demás” al “cómo me siento conmigo mismo”, sea una de las pautas de comportamiento que llegó con la pandemia para quedarse. Un cambio de actitud que nos hace sentir mejor”, comenta Dimitri Schmitow, psicólogo y experto en economía de la conducta.

Comer no es solo alimentarse

Por otro lado, también han cambiado nuestros rituales a la hora de alimentarnos. Según este estudio, un 41,4% de los españoles declara que ahora realiza sus comidas en casa con platos más elaborados y también más sanos.

No obstante, en la cultura española el comer es mucho más que la comida en sí. Somos uno de los países más sociales de Europa y, en el ritual de la comida, echamos en falta la sobremesa, como así lo refleja un 47% de los encuestados que añoran el contacto personal directo en ese distendido momento con familiares y amigos.

Y es que las videollamadas, chats y redes sociales no terminan de “llenarnos” del todo para suplir esa compañía mientras hacemos una comida especial, siendo vistas como unos sustitutos forzosos pero insuficientes para reemplazar la cercanía física real en torno a una mesa con familiares o amigos.

Según Dimitri, “esto no es nada sorprendente teniendo en cuenta la importancia de la alimentación emocional. Parece claro que el estar físicamente al lado de las personas que nos importan, y en torno a una mesa, es un ritual que ningún medio tecnológico va a ser capaz de sustituir».

De quedar con amigos y familia, al sofá, series y redes sociales

Por último, los rituales que realizamos al final de nuestra jornada de obligaciones también han cambiado: Ese momento al final del día que antes era para socializar, quedar con amigos y tomar unas cervezas ya no es lo que era.

La pandemia ha provocado que ese espacio social se haya transformado en pasar más tiempo en el sofá, como reconoce el 33% de los españoles entrevistados. Ver la televisión, series o películas se ha convertido, más que nunca, en la forma de ocio favorita para un 36,6% de los españoles.

Y de una pantalla a la otra. Un 24% ha aumentado su tiempo de uso en redes sociales y se detecta también que el móvil ha traspasado la puerta del dormitorio, pues cada vez somos más los que nos llevamos el móvil a la cama.

Pero también leemos más y escuchamos más música de lo que lo hacíamos antes. Sobre todo las mujeres y los mayores de 55 años.

Y, si bien ahora nos echamos más siestas que antes, la suma de todos estos cambios cotidianos ha provocado que una parte importante de los participantes del estudio declare que duerme peor que antes.

El teletrabajo vino para quedarse

En definitiva, tras un año de pandemia, de limitaciones, restricciones y cambios, ¿Qué es lo que nos llevaremos de toda esta experiencia cuando acabe? Habrá hábitos y rituales que volverán a ser como eran antes y otros que cambiarán para siempre.

Según los encuestados, el teletrabajo es el aspecto que más les gustaría mantener una vez se supere la pandemia. En ese contexto, los ciudadanos hemos descubierto que el roce físico no solo no es necesario, sino que incluso puede ser disfuncional. Es decir, nos hemos dado cuenta de que los desplazamientos y el contacto directo con personas a las que no nos unen lazos afectivos nos aportan en realidad poco valor.

Redacción

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