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Sobrevivir al cáncer de mama: la importancia del apoyo a la investigación

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en mujeres. Una de cada diez mujeres puede padecerlo en algún momento de su vida, diagnosticándose una media de 33.000 casos al año en nuestro país.

Aunque afortunadamente una gran mayoría de los tumores de mama se acaban curando, aún a día de hoy cerca de un 20% de las pacientes no lo superan. Eso se traduce en más de 6.600 mujeres que mueren por cáncer de mama cada año.

Esa es, principalmente, la razón de ser de CRIS contra el cáncer: lograr que el 100% de pacientes superen la enfermedad. En esa línea, desde hace 9 años, CRIS se encarga de financiar proyectos de investigación contra el cáncer de mama, liderando nuevas líneas de investigación en metástasis, inmunoterapia y nuevos tratamientos para los tumores más complicados (triple negativo y Her2+).

Los tratamientos personalizados, la esperanza del futuro

Gracias a la financiación de nuevos tratamientos, Ana Cardona puede contar su historia a día de hoy. Ana tenía 45 años cuando le detectaron un cáncer de mama triple negativo, el de peor pronóstico y en estado avanzado. Aunque las ganas y la fuerza para salir adelante estaban de su lado, la realidad era más cruda. «Salvarme fue un milagro», cuenta a Madrid 365.

«Cuando me dieron el diagnóstico, el cáncer ya estaba muy avanzado. Enseguida me trasladaron al Hospital 12 de octubre y fue allí donde mi oncóloga me comentó que, por mi perfil, podía entrar en un ensayo clínico que buscaba pacientes en ese momento». Diez días más tarde, Ana comenzó a recibir una inmunoterapia experimental, financiada en parte por la fundación CRIS contra el cáncer.

Escribir como forma de terapia

A lo largo de sus sesiones de quimioterapia, Ana decidió afrontar ese momento escribiendo ‘Mi único Sí’, una especie de quimio-diario en el que plasmó lo que sentía al saber que sus días podían llegar al final y no había sido capaz de disfrutar de ellos.

«Cuando te dan un pronóstico tan malo, te planteas obviamente la posibilidad de no salir de ahí. Por eso empecé a escribir ese quimio-diario, como una forma de explicar todo lo que me gustaría hacer y vivir si siguiese adelante. Siempre nos quejamos de tonterías en la vida, y dije ‘Ojalá pudiera seguir viviendo para disfrutar de todas esas pequeñas cosas'».

«‘Mi único Sí‘ es un aprendizaje de cómo amar la vida, es un libro de autoayuda. Intenta ser un halo de esperanza para la gente a la que le está costando vivir o se le está haciendo cuesta arriba», confiesa Ana.

El papel fundamental de las revisiones

Pepa Andrade tenía 66 años cuando en una revisión rutinaria le detectaron cáncer de mama. «Lo primero que te preguntas es: ¿y por qué a mí? Aún así, desde el principio supe que tenía que luchar y ponerme bien».

El diagnóstico de Pepa era también el de un cáncer agresivo al cual había que atajar rápidamente. «Es muy importante que las mujeres no dejen de hacer sus revisiones periódicas porque un cáncer cogido a tiempo es curado. Las mujeres tenemos que cuidarnos, preguntar, saber y familiarizarnos con esta enfermedad. Y eso a través de la Fundación CRIS se puede conseguir», explica Pepa.

En su caso, Pepa llevaba años colaborando con CRIS antes de que le detectasen la enfermedad. «Siempre estuve muy concienciada con la importancia de apoyar a la investigación, pues es nuestra gran aliada».

Las secuelas físicas y psicológicas

Una vez detectado el cáncer, Pepa fue tratada en el Hospital de La Paz y se sometió a varios tratamientos especializados. «El tratamiento fue muy duro de soportar: quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia… Todo eso tuvo unos efectos muy destructivos para mi cuerpo. Perdí el pelo, me encontraba fatal…», cuenta a Madrid 365.

Las secuelas de un cáncer de mama son devastadoras. Pierdes el pelo, pierdes el pecho, pierdes tu feminidad…

Además de la ablación de los dos pechos, Pepa también tuvo que pasar por un proceso de ablación de trompa y útero. «Las secuelas de un cáncer de mama son devastadoras. Pierdes el pelo, pierdes el pecho, pierdes tu feminidad… de repente te sientes disminuida. Además, el cáncer de mama en muchas ocasiones tiene una consecuencia directa y es el cáncer de útero, porque al ser hormonal, deriva a los órganos femeninos. En mi caso, me tuvieron que operar también de trompa y de útero».

En este sentido, CRIS contra el cáncer, a través de charlas y eventos que reúnen a mujeres que han pasado por lo mismo, logra crear vínculos de unión. «Todo eso te refuerza, te ayuda a compartir dudas y miedos y te hace sentir que no estás sola en el proceso», explica Pepa.

El miedo a volver a recaer

Aunque a día de hoy Pepa ya está curada y «tiene el carné» de superviviente de larga duración, «no saber si el cáncer puede reaparecer en mi vida es una duda que siempre estará ahí». En ese sentido, «lo que más me tranquiliza es que sé que la investigación es mi gran aliada y que a lo largo de estos años habrá avanzado con nuevos ensayos, nuevos tratamientos personalizados… que nos brindarán a todos esa nueva esperanza de vida».

Ese es el motivo, también, por el cual Pepa tiene incluida a la fundación en su testamento. «Cuando yo ya no esté, una parte de lo que tenga irá para CRIS. Creo que es una decisión que deberíamos tomar muchos de nosotros, pues al final estamos dejando un legado, una herencia para el futuro, incluso para nuestros familiares».

CRIS contra el Cáncer financia proyectos íntegramente, proyectos que no verían la luz y quedarían en un cajón a la espera de fondos si no fuera por el apoyo económico de socios y colaboradores. Y esos proyectos, explica Pepa, «a día de hoy ya están salvando vidas. En mi caso, aparte del tratamiento clásico, la hormonoterapia ayudó a dar perfectamente en el sitio adecuado para erradicar todas esas células malas».

Campaña ‘La hora de la investigación’

Uno de los mayores problemas del cáncer de mama es que no es una sola enfermedad, sino que hay una gran variedad. Incluso dentro de los tumores de mama del mismo tipo, pueden ser más o menos agresivos, responder mejor o peor a las terapias o recaer con mayor o menor frecuencia. Por eso es fundamental encontrar nuevos métodos que permitan comprender mejor las diferencias entre las pacientes.

Para ello, con motivo del Día contra el cáncer de mama que se celebra este miércoles 19 de octubre, CRIS contra el cáncer lanza la campaña ‘La hora de la investigación’ con el fin de seguir apoyando nuevos tratamientos y, así, seguir salvando vidas.

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