En los últimos meses, el modelo de trabajo ha cambiado radicalmente. Debido a las nuevas medidas de prevención sanitaria, que previsiblemente se prolongarán en el tiempo, el teletrabajo se ha vuelto una rutina para muchos. Las empresas ya no necesitan tanto espacio físico y, por este motivo, se ha producido un aumento de la oferta y demanda para compartir oficinas con el fin de reducir costes y crear sinergias entre compañías.
Según un informe publicado el pasado mes de junio por CaixaBank Research, en 2019, sólo el 8,3% de los ocupados en España trabajaban desde casa, de forma habitual u ocasionalmente, mientras que la media de la UE se situó por encima del 16%. Sin embargo, el coronavirus ha cambiado radicalmente estas cifras. Tras el confinamiento, la entidad estima que un 32,6% del total de los empleados en España podría llevar a cabo su trabajo en remoto. Esta tendencia podría generar la necesidad de menos metros de oficina o un cambio de filosofía.
Por su parte, Cowoffi, en su informe ‘Los espacios flexibles después del COVID-19’, señala que, actualmente, existe un 32% de espacio infrautilizado actualmente en las oficinas y el 55% de las empresas estarían dispuestas a ceder esos espacios disponibles. Además, el estudio afirma que el 21% de la oferta de oficinas flexibles es de co-working mientras que el 34% de los espacios flexibles son híbridos en Europa.
En esta línea, la compañía subraya que al compartir oficina «se tiene menos rotación y se permite crear burbujas de compañeros de trabajo», ya que son profesionales que conviven a medio y largo plazo. Así se favorece el respeto a las medidas sanitarias que exige el coronavirus. «Durante la pandemia, verán en estos espacios un lugar más seguro para trabajar», aseguran desde Cowoffi.
Crear sinergias y ahorrar costes
Cowoffi es pionera a la hora de fomentar esta nueva tendencia en el mundo laboral. La empresa funciona como un marketplace de oficinas que pone en contacto empresas con espacio de trabajo infrautilizado con otras compañías que buscan espacio de trabajo compartido de tiempo medio prolongado. Esta dinámica, permite respetar los protocolos de seguridad en espacios comunes gracias a la creación de «grupos de convivencia estable» —tal y como se plantea en los centros educativos—. De esta manera, se puede compartir oficina, con compañeros estables, procedentes de otras empresas, con los que además será posible crear sinergias e incrementar negocio.
Tal y como informa Cowoffi, las oficinas compartidas de larga duración ofrecen un espacio seguro de trabajo. Pero no solo eso, sino que también permite ahorrar costes.“El 62% de las empresas no son propietarias de las oficinas. Compartir estos espacios les permitiría reducir sus costes fijos”, apunta el CFO de la compañía.
Redacción
