La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha anunciado un acuerdo con 14 puntos sobre el próximo curso escolar entre el Gobierno y todas las comunidades autónomas, a excepción de Madrid y Euskadi, que establece que la ‘vuelta al cole’ se producirá en septiembre como es habitual con la actividad presencial como «principio general».
Así lo ha explicado en la rueda de prensa posterior a la reunión telemática que ha mantenido con los consejeros autonómicos en la Conferencia Sectorial de Educación, a los que ha presentado además un documento con medidas sanitarias para implantar en los centros educativos frente a la pandemia del coronavirus.
El Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, ha explicado después de la reunión por qué Madrid no ha llegado a un acuerdo sobre la vuelta a las aulas:
“La Comunidad de Madrid deseaba un inicio de curso 20-21 lo más normal posible, por supuesto tomando todas las medidas higiénicas y de seguridad que fueran necesarios» ha comenzado sus explicaciones, para especificar a continuación:»pero el escenario inicial debía ser de normalidad ¿por qué motivo? porque que los docentes, los alumnos y las familias ya han sufrido mucho estos meses, sin embargo el Gobierno de la Nación, en su Real Decreto Ley 21/20 nos impone un cambio sustancial del sistema educativo y lo hace porque ese real Decreto Ley exige 1,5 metro de distancia entre los alumnos, nuestra aulas, el número de nuestros profesores, los espacios de los que disponemos no están preparados para ese sistema”.
El acuerdo con Educación de otras Comunidades Autónomas
El acuerdo suscrito este jueves por el Ministerio de Educación y las comunidades establece que el curso 2020-2021 tendrá 175 jornadas lectivas, y los centros educativos adaptarán sus programaciones didácticas para «recuperar los aprendizajes imprescindibles no alcanzados» durante los meses de enseñanza a distancia por el coronavirus, y realizarán planes de seguimiento y apoyo para el alumno con más dificultades.
Con este acuerdo, las comunidades autónomas asumen la elaboración de protocolos de actuación para garantizar la higiene, limpieza y el control sanitario en los centros. Un trabajo que realizarán junto a los servicios de prevención de riesgos laborales, y que incluirá medidas específicas para la atención de las personas incluidas en el grupo de riesgo.
Las comunidades también se encargarán de preparar los planes de contingencia ante las «eventualidades» que pueda provocar la evolución de la pandemia en el desarrollo del curso escolar, y tendrán que tomar «las medidas necesarias» para que los centros mantengan sus servicios de transporte y comedor escolar «en condiciones de seguridad».
También recae en las comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias educativas, reducir la brecha digital y «limitar» sus consecuencias entre el alumnado, aunque el Ministerio colaborará en mejorar la «oferta de recursos para el refuerzo de la competencia digital» de profesores, familias y alumnos y pondrá en marcha, junto a las consejerías regionales, programas de cooperación territorial para «dar respuesta a la nueva situación».
Los más pequeños, sin distancia de seguridad
El Ministerio de Educación adelantó este miércoles algunas de las medidas acordadas con el Ministerio de Sanidad para el próximo curso que se han presentado este jueves a las comunidades autónomas. Entre ellas, que los escolares de Educación Infantil y de los primeros cursos de Primaria no tendrán que mantener una distancia interpersonal de metro y medio durante el próximo curso ni tampoco usar mascarillas en clase porque serán grupos «estables de convivencia» que evitarán mezclarse con los alumnos de otros cursos.
En estos cursos, además, no existirá la obligación de utilizar la mascarilla en clase y se permitirán clases de hasta 20 alumnos, aunque el documento precisa que lo «ideal» es no superar los 15 escolares por aula.
A partir de 5º de Primaria, los pupitres tendrán que estar separados a metro y medio en todos los cursos. La misma distancia que tendrán que guardar los estudiantes para evitar contagios dentro del centro. Cuando esa separación no sea posible, el uso de mascarillas se impone como obligatorio.
El documento de Educación y Sanidad recomienda que los centros organicen «en la medida de lo posible» actividades educativas al aire libre en vez de espacios cerrados, que tendrán que ventilarse con frecuencia y «durante al menos cinco minutos al inicio de la jornada, al finalizar y entre clases».