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noria de El Retiro

La noria de El Retiro vuelve a funcionar de manera ininterrumpida

El Ayuntamiento de Madrid ha recuperado la noria más emblemática del parque de El Retiro y desde este miércoles ya funciona de manera ininterrumpida para que los visitantes puedan disfrutar del espectáculo que supone el rodaje de esta pieza única y original que forma parte de la historia de la ciudad.

El Real Sitio del Buen Retiro, establecido en el año 1637, necesitó desde sus inicios de abundante agua tanto para el riego de sus jardines y arboledas como para el servicio de los estanques y rías. Este suministro se obtenía por medio de varias norias distribuidas por el recinto, levantadas en los primeros años de la construcción de los jardines o, incluso, reutilizando otras anteriores empleadas en las antiguas huertas.

El Ayuntamiento ha realizado una reproducción exacta de la noria de madera, que se encontraba en un estado de deterioro muy avanzado, respetando las medidas originales. También se ha procedido a la limpieza y saneado de la estructura metálica que conforma la barandilla de protección del entorno, dándole como acabado una pintura resistente a la intemperie.

Debido al mal estado que, en general, presentaba la pileta de decantación de la noria, se ha procedido al desmontaje y retirada de los vidrios existentes sustituyéndolos por un nuevo acristalamiento de seguridad formado por dos vidrios ensamblados entre sí.

Los orígenes de la noria de El Retiro

De la documentación, estudio y datación de estos restos, se ha podido establecer una teoría del funcionamiento del conjunto en tres fases sucesivas. En la primera, reflejada en el plano de Texeira (1656), se aprecia, junto a la ermita de San Antonio de los portugueses, la alberca con las mismas dimensiones en planta que en la actualidad, pero de menor profundidad y una noria.

Hacia 1750, al haberse hundido el pozo de la primera noria, se construye uno nuevo de unos 18 metros de profundidad más al norte y se recrecen las paredes de la alberca hasta su tamaño actual, doblando su capacidad. La nueva noria y la alberca quedan conectadas entre sí por medio de una tubería enterrada de piezas cerámicas.

A la tercera fase, que sigue a la puesta en funcionamiento de la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro en el último tercio del siglo XVIII en la antigua ermita de San Antonio, corresponde la construcción de la pileta de decantación, el pozo y otra alberca menor, todos ellos relacionados con procesos industriales anexos a la fábrica.

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