El emblemático restaurante Juana la Loca, conocido por ser un referente gastronómico en la ciudad, ha reabierto sus puertas en una nueva ubicación, esta vez en la prestigiosa Calle Recoletos 10, en pleno corazón del barrio de Salamanca. Tras haberse consagrado en La Latina, el restaurante inicia un nuevo capítulo con una propuesta renovada que combina arte, diseño y gastronomía.
La transformación de Juana la Loca ha sido liderada por la renombrada diseñadora rio platense Regina del Carril, en colaboración con el prestigioso estudio madrileño In Situ. El resultado es un espacio que fusiona con maestría la elegancia clásica con toques contemporáneos, ofreciendo un entorno ecléctico y acogedor.
Diseño, gastronomía e historia
Juana la Loca no es solo un restaurante; es una experiencia integral donde el diseño, la gastronomía y la historia convergen. Su propuesta gastronómica, que enriquece la tradición española con influencias peruanas, japonesas y vascas, se alinea perfectamente con su diseño interior, que celebra la armonía entre lo antiguo y lo moderno.
Su famosa tortilla, considerada como la mejor de Madrid, se ha convertido en un verdadero icono gastronómico. Pero la experiencia no termina ahí: sus pintxos elevan la cocina en pequeño formato a un nivel gourmet.
Con esta reapertura en el barrio de Salamanca, Juana la Loca se reafirma como un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia única en el corazón de Madrid.
Una experiencia única
La experiencia comienza desde el exterior. La fachada en piedra de un distinguido gris oscuro, decorada con apliques de bronce recuperados de una estación de tren en Biarritz, refleja el compromiso del restaurante con la autenticidad y la historia. Columnas espejadas flanquean la entrada, estableciendo un diálogo entre el exterior y el interior que se convierte en el preludio de una experiencia única.
Al cruzar el umbral, el vestíbulo recibe a los comensales con una combinación de suelos de mosaicos venecianos y madera noble. Una cálida iluminación y un delicado aroma a madera pulida con notas cítricas crean un ambiente acogedor que prepara a los visitantes para la experiencia gastronómica que les espera.
La sala principal es un homenaje al diseño atemporal. Con retratos de mujeres icónicas enmarcados en piezas centenarias y murales artísticos realizados a mano, el espacio respira un equilibrio entre lo clásico y lo moderno. La iluminación cuidadosamente diseñada evoluciona a lo largo del día para adaptarse a cada momento, desde encuentros casuales hasta cenas íntimas.
Diseñada para albergar a 25 comensales, la barra de Juana la Loca es una obra maestra en diseño funcional. Su superficie de acero inoxidable, combinada con detalles en bronce envejecido, crea un contraste elegante. Detrás, una selección curada de bebidas y elementos decorativos como cristales tallados y libros antiguos generan una atmósfera cálida, como la de un hogar.
Para quienes buscan privacidad, ofrecen un espacio exclusivo para celebrar momentos únicos. Su acogedor salón privado, con capacidad para hasta 25 personas, es ideal para eventos especiales como cenas familiares, reuniones corporativas o celebraciones íntimas. Este espacio combina elegancia y privacidad, con la posibilidad de personalizar cada detalle para adaptarse a las necesidades de sus invitados.