La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, y la concejala delegada de Turismo, Almudena Maíllo, junto a la concejala de Usera, Sonia Cea, han visitado las obras del nuevo itinerario peatonal que unirá la plaza del Hidrógeno con Madrid Río. Con una extensión de 1,7 kilómetros y una superficie regenerada de más de 63.000 m², el proyecto cuenta con una inversión de 8,7 millones de euros, financiados parcialmente por los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Un proyecto transformador
La iniciativa supone una remodelación integral de diversas calles y plazas del distrito, incluyendo Nicolás Usera, Amparo Usera, Mercedes Manjón, Pablo Ortiz, Antonio López y la avenida del Manzanares, entre otras. Según ha explicado García Romero, los trabajos han superado ya el 35 % de ejecución y se prevé que finalicen antes de que termine el año.
El objetivo principal es establecer un recorrido accesible y seguro, que favorezca la conexión entre distintos equipamientos públicos y el parque de Madrid Río, facilitando el acceso al centro de la ciudad. Además, se eliminarán barreras arquitectónicas y se crearán nuevas zonas estanciales más habitables y seguras.
Sostenibilidad y biodiversidad
El proyecto también incorpora mejoras ambientales, con la plantación de 300 nuevos árboles y 11.200 plantas, así como el uso de pavimentos permeables para favorecer la infiltración del agua de lluvia. Uno de los elementos distintivos del itinerario será una línea azul en el pavimento, que indicará visualmente el recorrido peatonal.
Un guiño a la comunidad china
Usera es conocido por su fuerte presencia de la comunidad china, y el proyecto busca reforzar esta identidad con la incorporación de mobiliario específico y referencias culturales en pavimentos y señales. Un ejemplo de ello será la instalación de juegos infantiles con forma de dragón en la plaza de las Tizas.
La renovación de estos espacios no solo beneficiará a los residentes, sino que también se espera que atraiga a más visitantes al sur de Madrid. La mejora del entorno favorecerá el comercio y la restauración local, contribuyendo a la descentralización del turismo y ofreciendo nuevas opciones culturales y de ocio fuera de los distritos más céntricos de la capital.