De los 45 mercados tradicionales de Madrid, el Mercado de Maravillas es probablemente uno de los más castizos. Con varios usos y varias vidas anteriores, sus puestos invitan al bullicio y al trasiego y mantienen la costumbre de seguir comprando en el comercio de proximidad.
Así, este Mercado, el más ‘gato’ de Madrid, ha vivido muchas vidas, y las que le quedan las afrontará ahora con nueva cara. El emblemático mercado experimentará una importante transformación que redundará en una mejor funcionalidad y habitabilidad de todo el edificio, gracias al plan especial por el Ayuntamiento de Madrid.
De fábrica de papeles al mayor mercado cubierto
El mayor mercado cubierto no siempre fue un mercado: el primer uso documentado de la parcela de la calle de Bravo Murillo a la altura del número 122 corresponde a una fábrica de papeles pintados denominada Las Maravillas.
En 1889, la Institución Popular S.A., administradora de los colegios de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, adquirió la fábrica y la convirtió en un noviciado de vocación mariana. Allí habitó el silencio hasta que, tras el traslado del noviciado a Burgos, en septiembre de 1892 comenzó a funcionar un colegio de secundaria, que mantuvo el nombre que perdura hasta hoy: Las Maravillas.
Sin embargo, en mayo de 1931, un incendio destruyó la totalidad del edificio que albergaba el colegio y, en 1935, según consta en la documentación del Archivo de la Villa, el Ayuntamiento de Madrid decidió construir un mercado en los solares resultantes.
El edificio del Mercado de Maravillas fue proyectado en 1936 por el arquitecto Pedro Muguruza y la obra fue reconocida en su momento como el mercado municipal más importante de la capital debido a su capacidad y el mercado municipal cubierto más grande de toda Europa. La construcción concluyó a finales de 1942, dando origen al Mercado Municipal de Maravillas, tal y como se conoce en la actualidad, disponiendo de una planta comercial elevada sobre la calle Bravo Murillo para obtener una zona comercial continua y uniforme sin cambios de nivel.
La quinta vida en cinco claves
Finalmente, con la reinvención de este espacio castizo, se le volverá a dar una quinta vida. Las claves de estas actuaciones son:
- Materializar la ampliación de edificabilidad mediante la construcción de una nueva planta, que se situará sobre la edificación original, manteniendo la fachada en su localización actual, modificándose la disposición de los huecos para dar luz y ventilación en su frente a la nueva superficie.
- Adecuar la ordenación volumétrica para permitir que el fondo edificable pase de 12 a 60 metros, medidos desde la fachada de la calle Bravo Murillo, que es la de mayor anchura, para permitir el correcto funcionamiento del mercado.
- La realización de obras de reestructuración y acondicionamiento interiores en el antiguo edificio para dar accesibilidad y condiciones de evacuación a la nueva superficie y mejorar su funcionamiento y habitabilidad, adaptando el inmueble a la normativa de protección contra incendios, al cumplimiento en materia de accesibilidad y promoviéndose la mejora en materia de aislamiento y ahorro energético y el impulso de la sostenibilidad en el nuevo conjunto del edificio.
- Aumentar la dotación mínima obligatoria de plazas de aparcamiento, que se incrementará en 30 plazas y 6 más para carga y descarga.
