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Julian The Angel

Julian The Angel: «He hecho más de 12 horas de sesión y no me he drogado»

Julian The Angel es uno de los DJ y productores españoles con mayor proyección. Le puso sonido al programa de éxito Gandía Shore aunque se quedó impactado cuando se enteró. Ha sido protagonista y ha dado la nota en todas las salas de la capital española.

Ahora, Julian, se enfrenta a un nuevo proyecto que es todo un reto. Nos habla de su experiencia, sus ganas y sus gustos en La Azotea de Madrid365: un chico antidroga que se mueve en la noche.

DJ y Productor musical, ¿qué te gusta más?

Voy a ser sincero contigo. Casi están a la par, pero yo soy más DJ que productor. Al final, cuando produces sacas lo que tienes en la cabeza y es fantástico, te metes en el estudio y lo compartes con la gente. Pero creo que soy un inútil produciendo al lado de lo bueno que soy pinchando. Las cosas como son.

¿Qué es lo mejor que has hecho produciendo y de lo que te sientes más orgulloso?

Creo que no soy el mejor para decirlo. Cada producto ha dado su resultado. El tema de Gandía Shore fue fantástico, el top 1 en la plataforma de música electrónica online más importante del mundo. He producido para personas muy importantes también.

No puedo decirte algo exacto porque cada proyecto ha dado su resultado y ha funcionado como tenía que funcionar, que es lo importante. Como productor tengo una mente diferente y es ahí donde se complica la historia.

¿Qué te hace diferente a ti como productor?

No creo que tenga nada diferente. Igual si lo tuviera estaría dándome abrazos con David Guetta. Cuando produces algo te tiene que salir del corazón, es como un hijo, según la mayoría de la gente, en cambio para mí no.

En mi caso, es algo para que de un resultado. Lo creo, lo hago y que ruede, funcione y se disfrute. Yo produzco para pichar. Si yo no necesitase producir para estar en el calendero para pinchar todos los fines de semana, seguramente no produciría.

¿Cómo fue el tema de Gandía Shore?

Gandía Shore fue una historia considerable. Yo produzco una base y en un momento dado de la vida me presentan a Mc Levit, que es el cantante de la canción. Yo no le conocía de nada y a día de hoy es un hermano de otra madre. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho y es espectacular. El tema de Gandía Shore lo escribió él, lo compuso, me lo enseñó y lo grabamos.

Entonces, llevé ese tema a una de las dos discográficas más importantes de aquel entonces. En ese momento, escucharon el tema y me dijeron “bueno, tampoco tiene nada del otro mundo”, así que me fui a la otra discográfica. A ellos sí que les gustó, hicimos unos retoques y arreglos y MTV decidió quedarse con nuestro tema para el programa. Esa es toda la historia.

¿Qué significa la música para ti?

Pff… es una buena pregunta. La música para mí es como las mujeres. Es lo más bonito y lo más perfecto y lo que canaliza toda mi vida. ¿Por qué digo como las mujeres? Porque hay veces que por mucho que les prestes todo el amor del mundo, no te sale bien o tarda en salir bien pero, aún así, para mí es lo más bonito del mundo.

¿Qué referentes musicales tienes?

Me gusta mucho Bob Sinclair porque es muy de mi rollito y a todo aquel que le guste la electrónica debería darle las gracias a David Guetta, que fue el que consiguió que el “chunda chunda” fuera mundial. Consiguió unir a artistas europeos y americanos, para mi es un ídolo.

¿Cuándo te diste cuenta de que te gustaba la electrónica?

Siempre he sido muy melómano porque mis padres siempre lo han sido. Me empezó a gustar la electrónica estudiando en mi habitación mientras el vecino de abajo escuchaba esa música a todo volumen. En ese momento recuerdo que pensaba «este desgraciado no me deja estudiar», pero al final me acabó gustando. Un día me lo encontré en el edificio y empezamos a hablar sobre la música que escuchaba, me empezó a dar discos y me enamoré perdidamente.

¿Cuándo pinchaste por primera vez?

Pues mira, con 13 años me gasté toda la paga que tenía ahorrada, de mi abuela, de mi otra abuela y de mis padres, en comprarme dos platos y una mesa. Cuando ya descubrí electrónica, como había radios, grababa las cintas y le daba a pause y a play y lo mezclaba yo. Era un éxito en el colegio.

¿Lo utilizaste para ligar?

Por aquel entonces yo era un pardillo. Se me acercaba alguna chica así como para darme un beso y yo «uy quita, ¡qué miedo!» (risas). No, no, nunca lo usé para ligar. Porque además yo empecé con quince años con mi primera novia y estuve con ella hasta los veinte.

¿Cómo es el cambio del antes y después de la pandemia?

En mi caso, y en el caso de España, tras la pandemia no ha variado mucho. La electrónica está muy de capa caída ahora mismo. Cuando estaba la Súper o Matinee funcionaba bien, pero ahora con los hoteles a medio abrir, Ibiza cerrada… es un desastre. Aún así, se nota que la gente tiene ganas de que vuelva la fiesta.

¿Cabina o estudio de radio?

Son dos cosas distintas. Soy muy comercial con la música, me encanta lo comercial. Entonces, al final, poner lo que me gusta es poner lo que le gusta a la gente también. En cambio, la radio tiene pros y contras. Quiero decir, en una cabina de discoteca tienes a muchas personas delante, ellas te ven y tú les ves y es muy cercano, pero no da pie a la imaginación.

En cambio, en la radio, en vez de tener a 5.000 personas escuchándote tienes a 160.000, según el EGM. Si tuviera que elegir, pese a que son diferentes, quizá me quedaría con la cabina de la pista de discoteca.

Has estado en todas las salas de Madrid, fuera de la capital, en la Expo de Zaragoza…

Sí, en 2007 estuve en la Expo de Zaragoza todos los miércoles. Me deben dinero, mucho dinero.

Todo lo que has hecho hasta el momento lo sabemos, pero… ¿qué viene ahora?

Si Dios quiere, viene el proyecto más espectacular que he hecho en mi vida, a nivel profesional y personal. Antes de la pandemia, yo estaba luchando mucho y estaba un poco cansado de todo en general… hasta que se cruzó una persona en mi vida y me cambió todo. Estando en mi peor momento, apareció Adela Reina con las herramientas y las ganas de ayudarme en un proyecto que sé que va a funcionar. Adela es increíble y sé que vamos a hacer algo espectacular.

Adelántanos algo…

Me prometí que esta vez no iba a contar nada. Va a ser un golpe en la mesa. Si conseguimos hacerlo como queremos y con la continuidad que esperamos, aunque es verdad que no hemos inventado nada, pero al ser algo tan especial y puntual va a ser brutal. Es algo que no es habitual en España.

Os habéis unido para dar la nota, ¿no?

Ojalá. La verdad es que Adela trabaja increíblemente bien, me tiene sorprendido. Ella me ha dado la vida y lo sabe. Está muy ilusionada y lo contagia. Pocas personas conozco que apuesten por algo y tiren del carro. En su momento, tuve la buena suerte con 19 años de conocer a Nacho Merino, que fue quien tiró de mi. Así que Nacho y Adela son dos personas que han llegado en momentos clave con proyectos bonitos y ganas.

Las drogas en la noche, ¿cómo influyen? ¿hay tanta?

Yo no te puedo decir porque no he probado nunca la droga, de hecho, soy antidroga, y no me suelo relacionar con personas que consumen.

Cuando empecé a pinchar con 16 años en mi primer garito, un día, comiendo con mis padres, me dijeron que su mayor decepción sería que yo estuviera metido en el mundo de las drogas. En ese momento dije que jamás lo haría.

Aunque una vez, un técnico de luces me dio una muy buena lección. Trabajé con él bastante tiempo, era un tío fantástico, legal e increíblemente educado. Al tiempo me enteré de que consumía cocaína, porque él me lo dijo, y no supe disimular mi rechazo, a lo que él me dijo: «la gente no es peor persona por drogarse». Y tiene razón, no me gustan las drogas pero cada uno elige su historia.

En cambio, hubo otro día en el que en una discoteca me presentaron a un chico, con su traje, educadísimo, amable… Eso fue como a las 10 de la noche. Cuando le volví a ver a las 3 de la mañana, era otra persona completamente distinta: su forma de hablar, de moverse… Me invitó a un after y me ofreció cocaína, y en ese momento dije que a mi jamás los demás me verían así, ni yo mismo.

Entonces, no es necesario, no es el combustible para aguantar pinchando y trabajando de noche, evidentemente, ¿no?

No es necesario drogarse para aguantar una sesión. Eso de que es necesario o que todos los que trabajamos en la noche necesitamos ese extra es mentira. Rotundamente. Quien lo hace es porque quiere y utiliza eso como excusa para no tener que decir “me encanta drogarme”. No hay más historia.

Yo he hecho sesiones de tarde, de noche, de after postafter, empezando a las 9 y terminando a las 2 de la tarde y después me he ido a mi casa, me he acostado y me he dormido. He hecho más de 12 horas de sesión y no me he drogado. Odio la droga.

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