A partir de 2026, el Palacio del Infante Don Luis, en Boadilla del Monte, será el hogar de una colección única que unirá arte y historia en una secuencia pictórica de los monarcas de España. Bajo la dirección del reconocido pintor de batallas Ferrer-Dalmau, el proyecto busca ofrecer una visión fresca y vibrante de los 22 monarcas españoles desde los Reyes Católicos hasta Felipe VI, retratados con una calidad artística que honra la grandeza de sus personajes y su legado.
La fundación Ferrer-Dalmau y el legado artístico
Este ambicioso proyecto nace del Taller Ferrer-Dalmau, una iniciativa educativa que, además de preservar el legado del pintor catalán, apuesta por la formación de jóvenes artistas en el arte del retrato histórico. La fundación, que tuvo su origen tras una fructífera visita del pintor y el escritor Arturo Pérez Reverte a la Fundación Grecov de Moscú, busca continuar una tradición que une la pintura con la historia.
La formación de estos futuros pintores, que abarca disciplinas como la pintura clásica y la historia, es uno de los pilares fundamentales del proyecto. Formados en instituciones de renombre internacional, como la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo, estos artistas jóvenes, con edades comprendidas entre los 28 y 30 años, aportan una sólida preparación técnica y una gran pasión por la pintura histórica.
El reto de pintar a los monarcas españoles no solo se trata de representar sus rostros, sino también de recrear su carácter y su rol en la historia de España. Para ello, los artistas del Taller Ferrer-Dalmau trabajarán bajo la dirección del pintor, quien, aunque supervisará el proceso y proporcionará los bocetos iniciales, permitirá a los jóvenes pintores expresar su creatividad dentro de una estructura estilística bien definida.
Retratos de monarcas: una historia de poder y pasión
Ya se han completado los primeros cinco retratos, que incluyen a figuras clave de la historia de España como Isabel la Católica, Fernando de Aragón, Juana I de Castilla (más conocida como Juana la Loca), Felipe I el Hermoso y Carlos I de España y V de Alemania. Estos retratos, que son de medio cuerpo y de tamaño casi natural, mostrarán a los monarcas con indumentaria militar, excepto en los casos de las reinas Isabel la Católica e Isabel II, quienes serán representadas con sus trajes palaciegos.
El propósito de Ferrer-Dalmau es que estos retratos no solo sean una representación precisa, sino que también logren captar la esencia de cada monarca, a través de un cromatismo oscuro y una pincelada vigorosa, lo que aporta una sensación de profundidad y poder a las imágenes. Solo habrá una excepción: el cuadro de Felipe VI, que será pintado íntegramente por el artista catalán.
El historiador David Nievas, experto en el periodo histórico de los siglos XV y XVI, junto con la ilustradora Noemí Toral, se han encargado de la exhaustiva tarea de documentación, garantizando que cada detalle histórico se respete de forma precisa. Este rigor histórico, combinado con el talento artístico de los jóvenes pintores, promete una serie de retratos que no solo serán una lección de historia visual, sino también una forma de revivir la grandeza y el drama de la España imperial.
El palacio del Infante Don Luis: un escenario inigualable
El Palacio del Infante Don Luis no solo será el marco físico de esta monumental exposición, sino también un espacio cuya propia historia y arquitectura añadirán un aura de magnificencia a las obras expuestas. Este edificio del siglo XVIII, diseñado por el arquitecto Ventura Rodríguez, es uno de los más emblemáticos del Neoclasicismo madrileño. Aunque ha sido históricamente subestimado, su valor artístico y cultural es innegable, y su estatus como monumento nacional desde 1974 solo resalta su importancia dentro del patrimonio español.
El Palacio, rodeado de jardines y fuentes diseñadas por el mismo arquitecto, ofrece un contexto ideal para una colección que se caracteriza por su sofisticación y su conexión con la historia del país. La monumentalidad de este espacio, sumada a la calidad de los retratos, hará de la visita una experiencia única y enriquecedora.
Un proyecto con visión de futuro
Para Ferrer-Dalmau, este proyecto es mucho más que una exposición fija en un solo lugar. Su ambición es que la colección viaje por diferentes comunidades de España, para que más personas puedan disfrutar de estos retratos históricos de alta calidad. Este esfuerzo por llevar el arte a un público más amplio es una de las razones por las que creó la Fundación Ferrer-Dalmau: dotar a España de iconografías históricas que reflejen la magnitud de su pasado y, al mismo tiempo, inspiren a nuevas generaciones de artistas.
El proyecto del Palacio del Infante Don Luis es un claro ejemplo de cómo el arte puede ser una herramienta para preservar y promover la historia de un país. A través de una serie de retratos realistas y poderosos, Ferrer-Dalmau y su equipo de jóvenes pintores brindarán una nueva perspectiva sobre los monarcas que marcaron el destino de España, mientras que el Palacio servirá como el lugar perfecto para albergar esta monumental colección. Sin duda, una cita obligada para los amantes del arte y la historia de España en el futuro cercano.