ganar la lotería

Ganar la Lotería, del sueño a la realidad: cómo cobrarla, repartirla y pagar a Hacienda

Se acerca el Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional. Este 2023 se reparten 2590 millones de euros entre todos los números jugados. Los loteros ya vienen avisando que los compradores están siendo más que en 2022, pero es que, además, para el próximo 22 de diciembre se han puesto cinco series más a la venta, lo que supone cinco millones más de décimos. Esto posibilita acceder a números que otros años se agotaban pronto. Más compra pues y más posibilidad, aunque sea ínfima, de ser agraciado con los grandes premios.

Una circunstancia con la que fantasean muchos, la mayoría. Tener un décimo premiado, sobre todo del Gordo, supone, como suelen explicar los agraciados, poder “tapar agujeros”, “quitarse la hipoteca” o, simplemente, darse los caprichos en los que tantas veces se ha pensado. Pero ganar puede tener también algunos riesgos, que derivan, básicamente, del shock que produce alcanzar una cantidad millonaria de un momento al otro. Otra circunstancia es no haberse informado sobre qué hacer si el sueño se cumple. Y para ello, lo primero es el asunto práctico:

¿Qué hacer para cobrar el décimo?

Después de los saltos de alegría, de descorchar el champán y de llamar a la familia, hay que llevar a cabo el procedimiento de cobro y ponerse de camino al banco. Desde Le Morne Brabant Abogados informan de que la primera gestión consiste en depositar el décimo en la sucursal ya el día del sorteo, pero habrá que esperar unas horas, concretamente hasta las seis de la tarde. La entidad deberá estar autorizada, eso sí, por Loterías y Apuestas del Estado.

Otra cosa es que el premio sea inferior a los 2000 euros. En ese caso, se puede cobrar en cualquier administración de lotería.

¿Y si tengo el décimo roto o con algún desperfecto? Este problema suele ser motivo de angustia porque puede perderse el premio o no. Pero, en cualquier caso, se tendrá que esperar a varios dictámenes. El primero el de la administración de lotería y, si así lo deciden allí, el décimo se remitirá por Loterías y Apuestas del Estado a la Fábrica de Moneda y Timbre. Será en esta estancia donde se decida sobre su validez.

Otro asunto que causa dudas antes y después del sorteo es la validez de las participaciones. Sí, son legales, responden desde este despacho. Se actúa aquí igual que si se jugase en solitario el décimo, esto es, si rebasa la cantidad de 2000 euros el premio, es necesario que quien juegue la participación se presente en el banco. Como es común que los décimos o series puedan ser jugados entre grupos, el consejo es que se designe a un portavoz para realizar las gestiones.

En caso de dudas sobre las participaciones, lo que el jugador debe saber es que tiene que recibir una fotocopia del décimo jugado con el nombre y Documento Nacional de Identidad del depositario. También debe tener el nombre de quien juega la participación, la cantidad, el número de serie, la fracción y el sorteo.

Hacienda, la cruz del ganador

Se llega después al asunto de Hacienda, que puede ser de gran relevancia en grandes cantidades premiadas. Y sí, puede ser peor el remedio que la enfermedad si se decide eludir las responsabilidades fiscales. A quien decide donar a sus hijos una parte del premio para pagar menos, desde Le Morne le explican que podría encontrase con una doble deuda fiscal, ya que a la del donante se le suma la de los receptores.

Los padres deberán aportar, en una primera instancia, la parte que exceda los 40.000 euros. Si se quedan una parte deberán rendir después cuentas por esa cantidad en la declaración habitual de la renta. En cuanto a los hijos, y dependiendo de la comunidad autónoma en la que residan y del estado de esta cuestión en la misma, deberán hacer frente a la cantidad prescriptiva en el impuesto de sucesiones. Siempre en un periodo de tiempo limitado, tan sólo en el mes posterior a haber recibido el dinero.

Asegurar el décimo puede ser una solución. Así, si toca, será la aseguradora la que se encargue de hacer frente a los impuestos derivados del beneficio.

De lo que no se va a librar ningún ganador es de ver incrementada la cantidad a pagar en su declaración de hacienda, en tanto en cuanto se han visto incrementados sus ingresos.

Dinero sí, pero con reflexión y autocontrol

Hasta aquí el asunto legal, pero ¿qué sucede con el autocontrol? ¿Somos capaces de pararnos a pensar cómo invertir y en qué gastar la millonada? Habitualmente no, advierte desde Clínicas Origen la psicóloga Pilar Conde, sobre todo si tenemos una personalidad impulsiva y problemas emocionales previos que los puedan llevar a buscar el bienestar en la recompensa inmediata. Al ser el consumo en bienes lo que nos reporta placer, podemos gastar incontroladamente lo ganado, invertirlo mal o repartirlo sin sentarnos si quiera a pensar.

Lo mejor, en un principio, recomiendan desde estas clínicas de psicología y psiquiatría, es continuar con el estilo de vida anterior al premio, mantener las rutinas y las costumbres.

Además, Pilar Conde, deja estos otros consejos para gestionar adecuadamente la llegada masiva de dinero y evitar que cambie (para mal) la vida de los afortunados.

Evitar las decisiones repentinas, no meditadas, que puede acarrear un premio de estas características. No sólo para no derrochar, sino para tomar conciencia del cambio de situación.

Elaborar una lista de prioridades en torno al dinero y situar en primer lugar las cosas que realmente hacen falta. Los caprichos pueden esperar.

Rodearte de profesionales. Lo primero, acudir a un asesor financiero de confianza para que ayude en la gestión del dinero a corto, medio y largo plazo.

Recordar que el bienestar no procede sólo de las cosas materiales, muy al contrario. Esto evitará que se tomen decisiones inoportunas relativas al cambio de vida.

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