Los campamentos del Ayuntamiento de Madrid han retomado su actividad este verano sumando más de 10.000 plazas para favorecer la conciliación de las familias madrileñas.
Sin embargo, a raíz de la crisis sanitaria provocada por el virus de la covid-19, los campamentos han debido adoptar una serie de normas para poder seguir adelante. Así, el protocolo de seguridad ha reducido los ratios a un monitor por cada cinco niños de entre 3 y 5 años, y un monitor por cada nueve niños de entre 6 y 12 años, así como la formación de grupos fijos que eviten el contacto con otros asistentes en las zonas comunes.
Asimismo, se han adaptado las actividades realizadas en los centros para evitar el contacto físico, se fomentan las actividades artísticas, el refuerzo educativo y visitas a parques.
Por otro lado, se aplican controles de temperatura, el uso de mascarillas y gel hidroalcohólico es obligatorio y se fomentan las visitas al patio y a zonas al aire libre, ha informado el Consistorio madrileño.
Apoyando la conciliación familiar
La vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha visitado este fin de semana el campamento urbano del CEIP Esperanza, en el distrito de Hortaleza. Acompañada del delegado del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, y del concejal del distrito, Alberto Serrano, la vicealcaldesa ha comprobado de primera mano el protocolo de seguridad establecido para retomar los campamentos de verano este año.
Villacís ha destacado el «enorme esfuerzo del Consistorio madrileño para volcarse con las familias que no pueden teletrabajar» mientras se aplican estrictas medidas de seguridad para proteger a los niños frente a la Covid-19.
Los campamentos urbanos del Ayuntamiento de Madrid forman parte del plan de conciliación post-confinamiento del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social junto a la reapertura de las escuelas infantiles y el refuerzo de 6000 horas del Servicio de Apoyo a las Familias (SAF).