La Consejería de Transportes continuará en 2023 sus trabajos para transformar la movilidad en la región con varios hitos en el horizonte como la inauguración de la Línea 3 de Metro hasta el Casar a final de año, las obras en la Línea 11 y la L1 además de empezar a perfilar la «12+1», como se refirió el consejero, David Pérez, en diciembre a la que transcurrirá por Madrid Nuevo Norte.
La prolongación de la Línea amarilla será el primero de los frutos de la estrategia que plantease a principio de Legislatura el Ejecutivo regional.
Este estirón, que servirá para conectar aún más el sur madrileño con la capital, ha supuesto una inversión de casi 92 millones de euros que permitirán llegar de Getafe a Sol en 20 minutos a través del suburbano, ya que la red de Cercanías ya permite hacer este recorrido.
Estiman desde el Gobierno autonómico que esta infraestructura mejorará la vida de casi 1,1 millones de habitantes de municipios como Leganés, Fuenlabrada, Móstoles, Alcorcón y el propio Getafe.
Tendrán con una nueva conexión directa, con la Línea 12 de Metro (MetroSur) y con Cercanías-Renfe a través de la C3, ya que a día de hoy solo tenían enlace con el resto de la red de Metro a través de la estación de Puerta del Sur (L10). En lo que va de año, casi 47 millones de viajeros han utilizado la línea 3 de Metro, y 29,5 millones han circulado por la L12 del suburbano.
Contará con un aparcamiento en superficie de más de 500 plazas, adscrito a la red de aparcamiento Aparca+T y gratuito para aquellos usuarios que utilicen el transporte público, además de zona de recarga de vehículos eléctricos. En estos momentos, ya se han colocado 57 módulos de pantallas que componen la entrada a la estación del túnel de línea y la losa de cubierta.
Prolongación de la Línea 11
También continuarán los trabajos de la diagonal que cruzará Madrid de suroeste a noreste, la Línea 11, que ya ha comenzado su primera fase, entre Plaza Elíptica y Conde de Casal por valor de 550 millones de euros.
Constará de 6,9 kilómetros de longitud. No es la única que contaba con una partida en el proyecto de Presupuestos de 2023, ya que también figuran fondos para la redacción de los proyectos del Tramo Sur –Cuatro Vientos a La Fortuna– y del Tramo Centro –Conde de Casal a Mar de Cristal–, quedando únicamente pendiente el Tramo Norte –Mar de Cristal a Valdebebas–. Esta macroestructura se prevé que esté completa ya en 2027, mientras que los trabajos que arrancaron a finales de 2022 se espera que estén concluidos a finales de 2024.
Dos estaciones nuevas y conexión con L1 y L3
El trazado saldrá de la estación de Plaza Elíptica, ubica una nueva estación en el Parque de Comillas, cruza el Manzanares y crea una estación en Madrid Río en el entorno del Paseo de Yeserías, se alinea con el Paseo de las Delicias –con Palos de la Frontera–, circula por debajo de la estación de Atocha –estableciendo una estación ahí– y remata en Conde de Casal.
Este primer tramo dotará a la L11 de nuevas conexiones a la red con la L3 en Palos de la Frontera y L1 en Atocha, a los que se suma la L6 con la que ya está vinculada a través de Plaza Elíptica y lo estará también en Conde de Casal.
Este tramo busca, según figura en el Proyecto Constructivo, tanto descongestionar la L6 –que sirve de distribuidora por la red– creando otra que servirá para intercambiar con todas las demás menos con el Ramal Ópera-Príncipe Pío e incrementar las conexiones de la estación de alta velocidad de Atocha y reducir la carga de la L1 –única con la que cuenta ahora mismo–.
Uno de los retos de esta estructura era la propia estación de Madrid Río ya que había «numerosas infraestructuras existentes» en la zona por lo que finalmente estará casi «encajada» en la acera del Paseo de la Yesería.
Con este enclave se busca acceder a una zona que o cuenta con servicio ferroviario desde Plaza Elíptica y Usera al sur hasta Pirámides y Acacias al norte, y desde Marqués de Vadillo y Pirámides al oeste hasta Delicias y Legazpi al este.
Este mismo espíritu de servicio público es el que ha motivado la estación de Comillas, que en un principio se comprobó a través de un estudio que su número de usuarios sería menor que el de la red del suburbano, pero era necesario compensar a la zona de Carabanchel y Usera, infradotadas por Metro.
Madrid Nuevo Norte, la ’12+1′
El pasado 19 de diciembre el consejero, David Pérez, aseguraba que la red de Metro «en breve» pasarían a ser «12+1» líneas. Se trataba de la línea de Madrid Nuevo Norte, la primera que será automatizada.
Se dio la autorización a la contratación de la redacción del proyecto con un presupuesto de más de 4 millones de euros y con un plazo de ejecución de 18 meses. El objetivo es resolver las demandas de movilidad de los vecinos que residan en este desarrollo urbanístico de la capital en 2029.
Partirá de la actual estación de Chamartín, contará con tres nuevas paradas (Centro de Negocios, Fuencarral Sur y Fuencarral Norte), tendrá tres kilómetros de longitud y una demanda potencial de 40.000 viajeros diarios.
La automatización del trayecto permitirá que los convoyes circulen sin conductor, de modo que los trenes son vigilados y programados desde un centro de control. Este sistema, además, «optimizará el tiempo de tráfico de los trenes, aumentará la velocidad media del sistema, acortará sus intervalos y reducirá el tiempo de espera y de permanencia en las estaciones».
Corte de la L1 en verano
Por otra parte, en verano se cortará el primero de los dos tramos de la Línea 1 para su renovación integral, que comprende desde Valdecarros hasta Sol, manteniéndose operativa esta última durante el transcurso de los trabajos.
«Será con toda probabilidad en verano. Pero no caben otros elementos. Casi siempre las hacemos en verano, sobre todo las grandes. Es el único factor temporal que cuenta», remarcó el titular de Transportes tras ser preguntado por si los trabajos empezarían tras las elecciones autonómicas de mayo.
El proyecto, según figura en el Pliego de Condiciones Particulares para la Contratación consultado por Europa Press, prevé estas dos fases en las que a su vez habrá tres etapas en cada una.
La primera constará de trabajos previos al cierre del servicio, que se acometerán a lo largo de tres meses de 2.30 a 5 horas; el segundo implicará la suspensión del servicio de la L1 durante un máximo de 129 días –es decir, cuatro meses–, y otras labores posteriores de tres meses en horario nocturno en el que estará operativa.
Estos trabajos implicarán el fin del balasto en la red, ya que la línea celeste es la única que queda con este material, que al tener «tanto uso y frecuencia» sumado al gálibo estrecho implica que este componente «termine perdiendo la elasticidad esencial», según explicó el viernes la consejera delegada del suburbano, Silvia Roldán, en la Comisión de Transportes de al Asamblea de Madrid. Por ello, los trabajos implicarán la reposición de la vía en el «lugar óptimo» para garantizar el confort y seguridad con el cambio de superestructura.
Estos cortes aún no han podido ser definidos en el tiempo. Roldán ha indicado que para poder planificar estos trabajos —incluidos en los 150 millones para reposición de activos de la compañía– una de las cuestiones «más importantes» es contar con la parte técnica completa y la planificación presupuestaria.