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Javier Úbeda, alcalde de Boadilla: «Somos la ciudad más segura de la Comunidad de Madrid»

Madrid 365 ha conversado con Javier Úbeda, alcalde de Boadilla del Monte, sobre cómo ha afectado la pandemia a la gestión del municipio y sobre futuros proyectos que ya se están poniendo en marcha.

Esta ha sido una legislatura singular, en la que antes de cumplir un año nos vimos inmersos en una pandemia mundial. ¿Qué valoración hace de estos casi dos años al frente del Ayuntamiento?

J.U. A mí no me gusta hacer valoraciones de mi propia gestión. Entiendo que es algo que tienen que hacer los vecinos. Ahora bien, más allá de mi opinión, los datos indican que hemos cumplido ya un 40% de nuestro programa electoral y hay otro 40% que ya hemos iniciado. Esto, teniendo en cuenta todos los problemas que ha supuesto la aparición del COVID-19 y la dificultad de cumplir algunos de nuestros objetivos marcados, que eran muy ambiciosos, es algo casi milagroso. Como muestra de ello, el nuevo enganche que hemos realizado entre la Avenida Isabel de Farnesio y la M513 o la nueva rotonda en esta vía para mejorar la movilidad de Valenoso, el Olivar de Mirabal, El Pastel, La Cárcava o Los Cortijos.

Además, destacaría que nos hemos convertido en la ciudad más segura de la Comunidad de Madrid y en la segunda de España. Que hemos seguido bajando impuestos como el IBI o el IVTM y, además, ofreciendo ayudas económicas a los vecinos para mitigar los efectos económicos de esta crisis, incluso de manera ilimitada para las familias más vulnerables.

Por otro lado, creo que durante la pandemia hemos estado a la altura, sobre todo si nos comparamos con otros. Hemos entregado a los vecinos cientos de miles de mascarillas, hemos distribuido medidores de CO2, hemos aumentado el servicio de enfermería en los centros educativos, hemos ampliado numerosos servicios, como el de asistencia telefónica sanitaria, hemos distribuido ordenadores para los escolares, los mayores o la búsqueda de empleo, hemos repartido miles y miles de soluciones hidroalcohólicas para la desinfección de manos… Dentro de nuestras competencias en materia sanitaria, que son pocas, hemos tratado de contribuir todo lo que hemos podido.

¿Qué iniciativas se están tomando para impulsar la actividad en la localidad?

J.U. Boadilla del Monte está más viva que nunca porque hay muchos vecinos que teletrabajan o que han decidido pasar las tardes y noches en su ciudad por el toque de queda. Además, hay otros muchos madrileños que, por las restricciones en la movilidad, nos han descubierto, al no poder salir de la Comunidad de Madrid.

Ahora bien, eso supone otros retos, porque no todo es positivo. También nos ha obligado a esforzarnos aún más en la limpieza de las calles, porque hay más presencia y actividad en ellas, o en la recogida de residuos, ya que se han incrementado estos no solo por un mayor tiempo de los vecinos en sus hogares, sino también por el comercio electrónico.

Más allá de esto, hemos bonificado en un 25% el tramo local del IAE a todas las empresas del municipio, hemos permitido a los hosteleros de forma excepcional ampliar sus terrazas sin coste alguno para ellos… Es decir, cosas de sentido común para ayudar en la medida de nuestras posibilidades a que haya la máxima prosperidad dentro de estas difíciles circunstancias.

¿En qué medida ha afectado la pandemia al desarrollo de los proyectos que tenía para esta legislatura? ¿Cuáles han variado? ¿hay alguno nuevo?

J.U. Estas circunstancias han alterado los planes del Ayuntamiento porque también se han modificado las prioridades de los vecinos. Lo que antes era importante, ahora lo es mucho menos, y viceversa. Por poner varios ejemplos: Nadie pensaba hace un año y medio que como Ayuntamiento fuéramos a tener que hacer una Cabalgata para recorrerla en coche, adquirir purificadores de aire para las instalaciones municipales, poner mamparas en las bibliotecas, instalar un sistema electrónico de cita previa, comprar miles de toneladas de sal, alquilar trituradoras de árboles o ceder palas quitanieves a los vecinos.

Vivimos en un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), que el COVID ha complicado más, pero creo que estamos sabiendo leer los tiempos, en el sentido de que nuestra acción política ha dejado a un lado algunos proyectos que planteamos al principio de la legislatura para poder ofrecer respuesta a lo que la situación actual nos está exigiendo. Hacer otra cosa sería estúpido.

Ahora bien, todo esto tendrá un coste, obviamente. El primero, es que algunas iniciativas se verán retrasadas. Y, el segundo, es el económico. Filomena ha supuesto más de 4 millones de euros de gastos extraordinarios entre unas cosas y otras. Y, el COVID, más de 10 millones de euros, porque hemos decidido apoyar a quienes han visto mermados sus ingresos con diferentes ayudas. Afortunadamente, lo podemos hacer por el ahorro generado en años anteriores, pero espero que la situación no se prolongue mucho tiempo.

¿Cuál ha sido el momento más difícil en su labor como alcalde? ¿y el más agradable?

J.U. Pues lo cierto es que la actual pandemia no está ayudando al gobierno de ninguna institución. Ni pública ni privada. Estamos en la peor crisis económica y sanitaria de los últimos 60 años. No sé si todo el mundo es consciente de ello. Esto hace que todo se complique, que todos los proyectos se tambaleen, que las prioridades cambien y que la programación prevista se modifique día a día.

Y a esto se sumó recientemente Filomena que, aunque de manera muy puntual, ha tenido una factura para nosotros enorme, como ya he indicado. Aún seguimos recogiendo ramas, triturándolas, podando árboles, plantándolos… Ha sido catastrófico. Y nosotros, además, teníamos un reto mayor por la presencia de nuestro monte, que nos ha obligado a tener que actuar de forma rápida para evitar el deterioro del mismo.

¿El momento más agradable? El que paso con los vecinos, y lo digo de corazón. Te reconocen el trabajo y siempre te ofrecen ideas y sugerencias. Me maravilla su afán de mejorar nuestro municipio. Es verdad que son exigentes, pero eso nos hace mejorar, y su actitud hace que merezca la pena todo el esfuerzo que llevamos a cabo. Tienen fe en Boadilla, y eso es algo magnífico. La sienten como su propia casa, y ese es parte del éxito de nuestra ciudad, porque la cuidan como algo propio porque sienten que es suya. Esto, que debería ser lo normal, no es así en otros muchos sitios de España.

Se han adelantado las elecciones autonómicas, un Gobierno con el cual los municipios deben trabajar coordinadamente ¿Cómo afecta esto a su ayuntamiento?

J.U. Unas elecciones siempre generan que los proyectos se retrasen, incertidumbre…pero es el precio de la democracia. El problema es cuando se tienen que celebrar unos comicios porque Ciudadanos, que era el socio de Gobierno del PP, quiera gobernar con el PSOE la Comunidad de Madrid, como intentaron en Murcia.

En ese caso, aunque haya iniciativas que se vayan a ralentizar, es mejor preservar la baja fiscalidad de nuestra región o la calidad de nuestro sistema educativo y sanitario, a no convocar las elecciones.

Estamos aquí no por deseo de Isabel Diaz Ayuso, sino porque corríamos un gran riesgo de que Sánchez e Iglesias se hicieran con Madrid por culpa de Ignacio Aguado e Inés Arrimadas.

¿Qué le pediría al nuevo Gobierno de la Comunidad?

J.U. Lo que llevamos pidiendo desde hace años, que son mejoras en nuestras conexiones con Madrid. El gran problema histórico de nuestro municipio es el transporte, tanto público como privado, y para ello necesitamos infraestructuras que, estoy seguro, si gobierna Díaz Ayuso la Comunidad de Madrid, vendrán.

Desgraciadamente, estos dos últimos años con Ciudadanos en la Consejería de Transportes han sido muy estériles. No se ha avanzado nada en la duplicación de la M513 desde Brunete a la M50 y otras actuaciones necesarias.

Tampoco se ha hecho nada por aumentar la eficiencia de Metro Ligero entre Boadilla del Monte y Colonia Jardín, reducir el precio del billete de este transporte en los trayectos dentro del municipio ni por mejorar las frecuencias y recorridos de las líneas de autobús que prestan servicio en nuestra ciudad.

¿Qué les gustaría que los demás madrileños conocieran de su municipio?

J.U. Es curioso. Como antes explicaba, la pandemia, con sus consecuentes restricciones en la movilidad, está obligando a todos los madrileños a conocer mejor su región ya que no pueden salir de ella. Nosotros hemos notado un gran incremento de las visitas a nuestro monte, nuestros parques, nuestro Palacio, nuestras huertas borbónicas, nuestra hostelería…

Gracias al COVID-19 tengo la sensación de que Boadilla del Monte está siendo un gran descubrimiento para muchos vecinos de otras ciudades, que se ven atraídos por nuestro patrimonio natural e histórico, nuestra variada oferta gastronómica y nuestras alternativas de ocio para las familias.

Estamos abiertos a todo el mundo, pero lo cierto es que no tenemos ninguna ansiedad porque se nos conozca por nada especial. De forma natural, y gracias también a la llegada de nuevos vecinos, que son nuestros mejores embajadores, poco a poco la gente nos descubre y se sorprende con nuestra ciudad, que para mí es el mejor sitio para vivir del mundo.

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