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Pascual Piqueras: «Cuando hago música me multiplico; en el escenario, soy más grande»

Pascual Piqueras Cabanillas es músico, compositor y director de bandas musicales y artes escénicas. Un perfil polifacético que abarca todos los perfiles y comprende la música al completo.

Ha dirigido orquestas en ciudades como París, Londres y Florencia. A nivel nacional, ha enseñado en distintos conservatorios como el de Getafe, también ha trabajado con la Joven Orquesta de Guadalajara y formado parte del Proyecto Alcarria Camerata (Orquesta de cuerdas) y de la Banda Sinfónica Complutense de Alcalá de Henares. Viene a La Azotea de Madrid 365 para transmitirnos su amor por la música y su pasión por su trabajo.

¿La música es un lenguaje universal?

Absolutamente. Es un lenguaje y un sentimiento universal.

¿Qué es lo que sientes tú cuando escuchas música, cuando la tocas…?

La música es parte de mí y mi día a día. En mi día a día en el estudio y luego los conciertos. Si tuviera que describir la sensación que vivo cuando estoy tocando, escuchando o viendo algo mío tendría que decirte que me multiplico. Soy una persona y, arriba, en el escenario, soy más grande.

¿Qué significa la trompeta para ti?

La trompeta me transporta a mis comienzos y mi juventud. La trompeta me ha permitido conocer a muchísima gente. Me introdujo en el mundo musical ya que fue el primer instrumento que aprendí a tocar y le debo lo que soy ahora mismo.

¿Alguna espinita clavada con algún instrumento?

Pues sí. Mira, soy valenciano y allí hay mucha tradición musical. Cuando había que elegir qué tocar yo quería el chelo, pero se lo dieron a todas las chicas que lo pidieron y a mí me dieron la trompeta. Ese fue un punto de inflexión en mi vida. Si me hubiesen dado el chelo, sería una persona
completamente diferente. Al principio tenía esa espinita, pero le acabé cogiendo el gusto a la trompeta.

‘De Cai’, me quito el sobrero. ¿Cómo nace esta maravilla?

Desde pequeñito, con diez años, he tenido el impulso de componer, pero nunca me lo había tomado en serio en cuanto a recibir clases, siempre fue de
modo autodidacta.

Se compuso en el 1997, tenía conocimientos básicos de composición. Chapurreaba un poco el piano y era una época en la que escuchaba mucho flamenco, a Chano Domínguez. El flamenco siempre me ha gustado. Nació de una manera inocente y ha ido evolucionando hasta el punto de ser mi baluarte. De Cai me ha dado mucho éxitos y trabajos.

Qué mejor manera de enseñar que a través de la experiencia de uno, ¿verdad?

He dado clases desde joven como la mayoría de músicos, aunque oficialmente desde que aprobé las oposiciones. Imparto clases en conservatorio y soy Director en el conservatorio de Guadalajara, también recibo alumnos en casa ya que imparto distintas disciplinas. Mi misión es enseñarles y acercarles al mundo de la música, hacer útil lo que están aprendiendo. Desechar lo que no van a utilizar en el mundo laboral y centrarnos en lo que
van a necesitar de verdad. Llevo la docencia a la realidad musical.

¿Tocar o componer?

Las dos, por favor. Y dirigir. (Risas) Para mi no se pueden separar: sería pobre solo tocar o solo componer porque componer es un trabajo solitario en
el estudio y a mi me gusta y quiero estar con el equipo en el escenario y compartiendo, también dirigir y coger algo y moldearlo hasta que tenga la
forma que yo quiero. El pack completo. Quiero todo.

Has formado parte de bandas y las has dirigido, ¿qué te hace sentir más?

Cuando dirijo una formación profesional, disfruto muchísimo; cuando dirijo mi musical, disfruto muchísimo… Hace poco he dirigido la Banda Municipal de A Coruña, que era una gran banda, y también fue increíble.

Y, en las giras, he aprendido mucho de las mismas y de otros artistas. Es parte del camino.

¿Cuál fue la primera que compusiste?

Con 10 años compuse un dúo de trompetas, nos la pidió el profe de composición y cuando la vio dijo “¿Tú has compuesto esto?”. Lo compuse por oído y como pude resultó tener algo de sentido. He tenido que componer mucho para aprender. Y ya, de forma profesional, ‘De Cai’, porque nació siendo un quinteto de metal y ahora es para banda de relevancia. Así que ese fue el primer trabajo de envergadura y gracias a Dios se sigue trabajando y
escuchando.

Si te digo nombres como Marifé de Triana, Raphael, Shakira, Presuntos Implicados o Coque Malla, ¿qué te viene a la cabeza?

Un mundo en el que viví experiencias increíbles. Presuntos Implicados fue uno de los más relevantes, hicimos gira por España y Latinoamérica. Un mundo que dejé para centrarme en mis proyectos pero una época fantástica con muchísimas anécdotas.

¡Cuéntanos alguna!

Cuando estuvimos en México con Presuntos Implicados, por ejemplo, me impactó como en Latinoamérica se vive de la música, como se vuelven
locos, como la sienten… Y con los grupos españoles en especial.

Teatro Nacional de México, impresionante, lleno. Todo muy magnificado e impactante. La primera vez que toqué con ellos, con 22 años, en el Palau de la Música de Valencia. Una semana de ensayos y cuando salimos al concierto, yo salía el primero y el aplauso que noté por primera vez, esa presión y esa sensación hizo mella en mí.

Y, te gusta tanto que fundaste la Banda de Cifuentes, ¿cómo fue la experiencia y cómo surgió?

Si, hice una escuela de música y de ahí nació la Banda de Cifuentes. Fue algo especial y un proyecto en el que volqué toda mi ilusión. Un lugar que es
casa en el que participó familia y amigos y donde he conocido gente maravillosa.

Esa ilusión y motivación que me pasó aquí es lo que sientes cuando empiezas un proyecto con ganas, ese sentimiento de ilusión y disfrute.

¿Cuándo podremos disfrutar en Madrid de una de tus obras?

Estamos ahora con ‘Groovin’ X’, un grupo de Funky. Posiblemente metamos cantante aunque hasta ahora es instrumental. Estamos grabando ya y, bueno, me encantaría que empezara a rodar por los teatros de Madrid aunque, claro, estará compitiendo con Grease, Billie Elliot, ABBA, etc… es complicado.

¿Qué teatro te gustaría?

Pues mira, el Lope de Vega es especial para mí porque tocamos mucho pero cualquier teatro en el que estemos será bonito. Me encantaría estar en la
Gran Vía aunque uno es más íntimo en teatros más pequeños.

Y, ¿algún proyecto que te gustaría hacer?

La verdad es que estoy bastante satisfecho con lo que estoy haciendo ahora: con mi vida profesional y personal, así que para mí es suficiente. Estoy en un punto que me mantiene en una dinámica que yo puedo controlar y no me controlan a mí. Controlo la calidad y el control de mi producto y eso me gusta.

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