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Karin Herrero: «Lo que más me gusta es alquilar un descapotable e ir al autocine a ver una peli como si estuviera en los años 50»

El loco locutor y presentador de LOS40, el niño que nunca soñó con la radio, pero la radio sí soñó con él y lo fichó. Egocéntrico con encanto, Karin Herrero nos da pinceladas sobre su lado más romántico, gamberro y profesional.

Nos cuenta cuáles son sus rincones favoritos de Madrid, su momento más divertido y bochornoso y que de momento ha ganado más en lo personal que económicamente hablando. ¿Su próximo sueño? Tener su propio formato audiovisual… Nos lo cuenta en La Azotea de Madrid365.

¿Cómo empezaste?

Voy a empezar siendo sincero, mi sueño nunca ha sido trabajar en la radio. Quedaría muy bonito que te dijera que lo soñaba desde niño, pero no. Nunca me había llamado la atención pero, a través de casualidades, la vida te va llevando por caminos y te impone sueños, esos que nunca tuviste. Hoy, le doy las gracias a la vida por ponerla en mi camino.

Las prácticas de la universidad las hice en una radio local de Madrid, porque surgió así. Y, una vez caté las mieles de la radio, dije «¡está guapo!». Terminé las prácticas y me ficharon como locutor principal, cobraba 300 euros al mes, pero estaba feliz.

Un día entró una becaria nueva y me preguntó: “oye, ¿cuál sería tu sueño?” y le dije: “pues trabajar en LOS40, que es la radio líder…” y justo había un concurso en LOS40, y si ganabas conseguías formar parte de su equipo. Quedaba un día y le dije a la becaria «ven y grábame». Lo envié y me llamaron a los dos días y hasta hoy.

Ahora que has conseguido el sueño que tenías entonces, ¿cuál es el actual?

Creo que es clave tener siempre un sueño en la vida, como un juego de la play en el que siempre tienes objetivos. Empecé haciendo el tonto como locutor y mi sueño fue ser reportero y locutor de música. Cada vez tenía más protagonismo, empecé a presentar eventos, así que puedo decir que lo he logrado. Ahora, me gustaría tener mi propio formato en tele, en twitch, en lo que esté de moda… Tener mi propio formato audiovisual sería mi sueño.

¿Tele o radio?

La radio tiene una ventaja y es que se ha transformado mucho en los últimos años gracias a las redes sociales y a la digitalización. La radio ya no es solo radio, mi mayor repercusión es en redes por lo que te diría radio porque estar en la radio ahora mismo, es estar en todos sitios: radio, tele, redes…

¿Qué opinas de las redes?

Las redes sociales me han cambiado la vida. Han democratizado el entretenimiento, puedes hacer de todo con material básico. Hay personas que tienen más repercusión por estar en redes que cadenas de televisión con cien años de historia. Las redes sociales son una oportunidad para todo el que se quiera dedicar al show.

¿Cuál ha sido el momento en el que más has sonreído?

A nivel profesional, el día que tuve el contrato de LOS40 delante, con 22 años: lo que ganaba, la oportunidad… ¡estaba flipando! Salí del estudio dando saltos por Gran Vía.

Y, a nivel personal, el primer beso con mi gran amor, en el sótano de mi casa jugando a la WII.

Si te encuentro por la calle, ¿es mejor que corra o muerda micro?

¿Va con segundas? Yo siempre estoy dispuesto a que todo el que quiera se coma mi micro, por supuesto. Tengo una sonrisa jodidamente persuasiva así que es jodido escapar de mi micro.

¿Te han pillado alguna vez?

Soy un pervertido, siempre pienso en lo mismo. Pero si es una pillada como las que hago yo, nunca me han hecho ninguna, sé esquivarlo. Soy perro viejo pero se podrían cebar conmigo.

Si te encontraras con Karin Herrero, ¿qué harías?

Le comería el micro (risas). Soy tan asquerosamente egocéntrico que seguramente intentaría ligar conmigo mismo. Soy hetero excepto si me encontrara con Karin Herrero, que tendría un lío.

¿El momento más WOW?

Tengo varios, pero, sin duda, la primera vez que me subí a presentar a un artista en el WIZINK; en el Primavera POP de 2019. Esa sensación en el backstage: se apagan las luces, las pantallas con mi nombre, 15.000 personas delante, y escuchar “el Dj más joven y más loco de LOS40, Karin Herrero” y salir con ese aplauso… Fue increíble.

¿Te gustaría estar al otro lado? Cantando, por ejemplo

Soy un cuadro, pero bendito autotune, ahora hasta un sapo puede cantar como la mismísima Adele si quiere. Estaría guay probarlo, los escenarios tienen un poder de atracción increíble.

¿La canción que más te gusta a día de hoy y la que te ha acompañado toda la vida?

A día de hoy, Somebody de Justin Bieber: creo que está muy infravalorada, no ha sonado lo suficiente. Y la que sin duda me ha acompañado siempre ha sido Silencio de David Bisbal.

¿Cuál ha sido la entrevista más bochornosa que has hecho?

Hubo una vez que le pregunté algo a C.Tangana, que no puedo desvelar porque por orden de la discográfica la eliminaron. Tengo un perfil muy extremo y me pasé de la raya y, a partir de ahí, la entrevista fue para abajo. Recuerdo que tenía preguntas sobre un juego de sonrisas y le pedí que me pusiera la sonrisa falsa de cuando alguien no le cae bien y me contestó: “llevas viéndola un ratito”… Esa ha sido la entrevista más tensa.

¿El más divertido?

Mis momentos más divertidos son, sin duda, con Ana Mena. Tenemos una conexión especial. Todas las entrevistas son una risa, se mezcla la amistad con el buen rollo profesional. Siempre me quedaría con una entrevista de Ana Mena.

¿Has ganado mucho en lo personal gracias a lo profesional?

Sin duda. Por mi forma de ser, me iría contigo de cañas ahora como si fuéramos los mejores amigos del mundo. Tengo una personalidad muy abierta y tengo la facilidad para hacer match, he ido con artistas a tomar algo, nos hemos contado nuestras penas y, sin duda, atravesar esa barrera profesional y conectar es lo mejor.

Si tuvieras que cambiar algo de la profesión, ¿qué sería?

El sueldo. Pero me compensa porque me aporta mucho, aunque aspiro a un ático con vistas y aún no lo tengo. Soy feliz así que me compensa, a la tumba te llevas la felicidad y los momentos vividos, no el dinero, y en eso soy rico.

¿Qué tiene Madrid que es el centro de todo?

En el mundo de la música todo empieza y termina en Madrid. Todos los artistas que son de fuera terminan viniendo a la capital: los estudios, los medios, las discográficas… Todo. ¿En qué ciudad podría bajar del estudio de radio y tener un tráfico de miles de personas por minuto? De aquí no te puedes mover si quieres dedicarte a esto.

Lo que más te gusta hacer en Madrid es…

Soy un peliculero. Lo que más me gusta es alquilar un descapotable e ir al autocine y ver una peli como si estuviera en los años 50. Soy muy de planes locos: irme a la sierra a hacer rutas, snowboard, perderme por los bares más cutres de La Latina…

Y, por curiosidad, ¿cuál ha sido el bar más cutre en el que has estado?

El Arcade Bar, en la Plaza de la Luna, ambientado en los años 80, con música de esta época. Es clandestino con bebidas de importación y tiene máquinas Arcade para jugar de manera gratuita mientras consumes un Nestea, por ejemplo.

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