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Curro de Candela: «Tenía más ganas de irme a una residencia y estar con personas mayores que de subirme a un escenario»

Curro de Candela es el resultado de todo lo que se ha sembrado antes en su vida. Bailaor de cuna, de madre española y padre italiano, ambos dedicados al flamenco. Influenciado por la música flamenca, africana y cubana, entre otras, ha sabido crear un estilo propio. Un estilo que ha marcado la diferencia entre él y el resto.

Antes de nacer ya te habías subido a un escenario. Pocos artistas pueden decir esto…

Es cierto que estando mi madre embarazada seguía actuando. Evidentemente no me puedo acordar pero todo en el entorno de una mujer embarazada influye: lo que escucha, lo que hace, etc. Es el caldo de cultivo perfecto para que continúes con el arte o, al menos, para que continúes la vida con un perfil artístico. No hay un perfil de artista definido, un prototipo como tal. Hay muchos artistas que se dedican a otras cosas, por ejemplo, Gaspar Rosety, un artista del periodismo, tenía ese rollo de artista aunque no cantara o bailara.

¿Cuándo fue la primera vez que bailaste?

Fue a los 18 o 19 cuando decidí dedicarme y entregarme al flamenco. Cuando empecé fue como si llevara toda la vida. No hubo un hecho relevante que influyese como tal, me empezó a llamar la atención y decidí seguir ese camino.
Empecé porque me gustaba, siempre pensaba en ofrecer algo de calidad, ser un gran profesional y darle al público lo que se merece y espera de mí. En definitiva, estar a la altura. Además, el respeto innato hacia el flamenco hace que te ofrezcas en cuerpo y alma sabiendo que tienes que tener unas condiciones para hacer un buen trabajo.

¿Cómo ha influido tu madre en tu carrera profesional?

Es curioso: está influyendo ahora más que nunca. Mi madre está siendo mi mayor apoyo en estos momentos tan duros. Viene a los ensayos, ayuda y aporta como si yo fuera un principiante. Y es que, en parte lo soy, porque está siendo como volver a empezar. Es como un renacimiento y ella juega un papel fundamental. Viene al estudio, se pone a cantar, nos anima y de pronto pienso, de qué me voy a quejar yo mientras con todos los palos que ha vivido ella. Entonces, le respondo trabajando y entrenando fuerte.

Los grandes desconocidos son tu padre y tu hermana. ¿Qué papel tienen ellos en tu trabajo?

Mi padre está jugando un papel importante también, como mi madre. No se da cuenta que en un consejo me ha ahorrado 3.000€ de terapia. Mi padre es primo hermano de José Greco, uno de los más grandes de la danza española y tenía su compañía de gira por EEUU siempre, elevando el flamenco y la danza española a categorías altísimas. En su compañía llegó a estar Paco de Lucía, Farruco y artistas muy buenos porque quería rodearse de lo mejor: no tenía miedo a que le hicieran sombra, al revés. Y mi hermana tiene muchísimas cualidades, comenzando por su juventud que conjuga con su equilibrio y su madurez. Tiene una profundidad y maravillosa sensibilidad, un corazón enorme y a la vez esa eficacia y esa visión pragmática de las cosas para sacarlas adelante. Es una trabajadora incansable.

Vuelves a empezar. ¿Qué nuevos proyectos vienen?

Vienen nuevos proyectos. “Genios”, en una versión que va con la Orquesta Sinfónica y otra que es más acústica, en la que va acompañado de un violín, únicamente como representante natural de la música clásica.

También estamos trabajando en un nuevo espectáculo -que se iba a estrenar en julio de 2020-, que hemos retomado y ajustado a la situación actual porque cuando llegó la pandemia fue como si nos pusiera una bomba en el cimiento base de esta producción. Es un proyecto ambicioso, tanto para mí como para todo mi equipo porque su objetivo es conseguir que el flamenco y otras disciplinas sigan vivas y que no se convierta todo en el mismo “look”. Tiene un gancho de entretenimiento y diversión que es la herramienta para enamorar y atraer a la gente joven. Se compone de música moderna, con el cuidado y cariño para que siga siendo buena música, -todo depende del grado de elaboración- y trabajar el paladar de la gente joven.

Es un proyecto completamente distinto a todas las producciones anteriores que llevan el sello de curro de candela. ¿Nos adelantas algo?

Efectivamente es completamente diferente. Es una locura, pero me da igual porque tiene calidad.
Os pongo en situación: imaginemos que estás en una discoteca a las tres de la mañana, gracias a Dios la pandemia ya ha pasado y te pueden poner un tema mío, que te lo vas a gozar. Lo vas a bailar, vas a coger a la persona que tengas al lado y le vas a dar un beso en la boca muy sensual. Estamos trabajando con música electrónica, con la colaboración de mi tío Dani que ha sido uno de los productores más importantes y pionero en España del Hip-Hop, y con música con raíces afroamericanas.

Si tuvieses que definirlo en una frase, ¿cuál sería?

“Fucking crazy pero moito rico, moito rico – fucking crazy”.

¿Cuál ha sido el lugar más raro en el que te has inspirado?

El baño. El baño para mi es súper inspirador… no sé por qué. Hay una parte de Afrogitano que es pura percusión y dificilísima, contundente y compleja, que nació en el baño de la Asociación de Profesionales de la Danza, en cinco minutos. No es peor ni tiene tintes fecales el inspirarse en el baño (risas). La acústica del baño es tremenda. Y cuando te vienes arriba y te crees Mozart, alguien tira de la cadena y vuelves a la normalidad. Aunque mi sitio típico suele ser la M30, mientras conduzco. Es una cosa rarísima, pero se me van ocurriendo cosas.

La situación actual ha golpeado al sector cultural y hemos visto el cierre de algunos tablaos históricos de Madrid. ¿Cómo ha afectado a tu compañía?

Francamente, ha sido horrible. Agradezco a quien dice lo contrario por el mensaje de positividad pero también hay que decirle a la gente que si se siente mal no pasa nada. No todo es un post de Instagram. Es normal con esta situación tener más días malos que buenos pero espero que nos sirva para valorar y aprovechar esos pasitos hacia adelante y no pararnos.

A raíz de la pandemia has lanzado una fundación que se llama Curro de Candela Factory. ¿Qué hacéis?

Dar visibilidad a artistas que no han tenido oportunidad de tenerla y dar ese espacio mágico y diferente, con colaboraciones de otros que sí tienen esa exposición y reconocimiento público. De esta manera, unos tiramos de otros, seguimos creciendo, creando arte y afición. Tenemos que hacer mucha autocrítica. Se han vendido muchas cosas que no tenían la calidad que nuestro público merecía. Tu oportunidad es la entrada que paga tu público y si esa oportunidad la pierdes es muy difícil de recuperar la confianza. Si es así hay que volver a enamorar al público y para ello necesitamos esta plataforma y a estos artistas a los que Dios ha tocado con su varita.

Curro de Candela

¿Ha dejado Madrid escapar mucho arte?

Madrid es una ciudad muy cosmopolita. Una ciudad que ha tenido un pico cultural altísimo pero no se le ha hecho ni caso. Por ejemplo, en los años 2000 había artistas de una calidad espectacular que si llega a ser otro lugar -como Italia por ejemplo- montan la Capital del Mundo de la Música. Aquí la gente se quedó con la imagen del inmigrante ilegal y no vio, por ejemplo, que los senegaleses habían traído danza y música impresionante, que se juntó con un grupo de cubanos, más los que estamos aquí… Ha sido una mezcla y fusión de culturas maravillosa y enriquecedora que no se vio. Ha sido un caldo de cultivo que no se ha cuidado y protegido.

¿Cuándo crees que volverás a los escenarios?

Espero volver en septiembre u octubre, pero quizás un poco antes retomemos el contacto con el público. Tampoco he querido hacerlo antes porque estando en una situación en la que se estaba muriendo tanta gente, no era capaz de meterme en un teatro y ver a una persona a cuatro metros de otra, con mascarillas… No he tenido fuerzas para hacerlo, la verdad. No te digo que esté mal solo que yo no he tenido fuerza y motivación para hacerlo. Tenía más ganas de irme a una residencia y estar con personas mayores que de subirme a un escenario. Ahora que parece que se ve algo más de luz y los mayores están protegidos pues se van recuperando esas ganas.

¿Ahora ya te ves con fuerza?

Ahora me veo con fuerzas para hacer ese ejercicio con buena actitud, con todo el cariño del mundo y retomando esa relación y conexión tan bonita y especial que se ha generado siempre entre el público y yo. Tomaremos todas las medidas necesarias y cuidar tanto a nuestro público como nos cuidamos entre los miembros de mi equipo. Me va a doler ver a las personas con mascarilla pero más me dolería verlos en un hospital. Para cuando volvamos esperamos que este mejor la situación y que las personas que tienen un perfil más vulnerable ante el COVID estén ya protegidas.

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