Candela García nació en La Línea de la Concepción, lugar donde se nace con arte. Esta gaditana se vino a Madrid en busca de la oportunidad de lucirse con su voz y su movimiento, aunque ella misma reconoce que lo suyo es la voz. Tiene color, tiene duende y tiene sentimiento.
Candela vuelve, después de dos años, a subirse al escenario y coger un micrófono frente a su público, ese público del que ella se nutre. Después de visitar distintas ciudades de América y Europa, ya asentada en su Madrid del alma, esta linense, madrileña de adopción y Embajadora del Flamenco, vuelve por el día del padre a La Madrugá de Sanse y si Dios y su Virgencita del Rocío quieren, por mucho tiempo más. Nos lo cuenta en La Azotea de Madrid365.
Viniste a Madrid, desde la Línea. ¿Por qué Madrid?
Vine a Madrid para abrirme camino. Tenía muy claro que Madrid acoge a todo el mundo. Mira que soy gaditana por los cuatro “costaos”, adoro mi tierra y cada día que pasa la tengo en mi cabeza, pero amo Madrid. Madrid abre la puerta al flamenco y a cualquiera que tiene inquietudes artísticas y busca su oportunidad.
Estuviste en el Corral de la Morería durante más de 9 años como primera figura, ¿cómo fue?
En el Corral de la Morería estuve de atracción. Era una maravilla, una etapa especial, bonita y muy sentida por parte del que estaba bailando o cantando y por parte del público. Han sido los años más bonitos de los tablaos, en mi opinión.
El Chinita y los Canasteros estaban en pleno apogeo. Antes disfrutabas del cuadro flamenco, se bebía de esa fuente, cada artista aportaba algo distinto. La Tata y El Tato de Jerez, mayores con una sabiduría increíble… Eso se ha perdido, ya no hay cuadro flamenco.
¿Te ha afectado mucho la pandemia?
La pandemia me ha afectado muchísimo. Me ha afectado en la parte emocional, no solo en la profesional. El parón para quien baila es horrible porque necesitas tener los músculos preparados con los ensayos, el contacto con el público, todo… Y el que canta, pues imagínate, es que no puedes parar, tienes que tenerla a punto…
¿Cómo ha sido eso de seguir calentando la voz y el cuerpo en pandemia?
Seguir preparando la voz e intentar mantener el ritmo durante la pandemia ha sido difícil, no te voy a engañar. No te implicas igual cuando ensayas en tu casa, sabiendo que no hay fechas… Aunque ejercites y vocalices, en casa o con un maestro. Yo tengo que tener al miura delante, y para mi ese miura es ese aplauso, ese ole, ese estímulo que una necesita… A mí el público me causa emoción y me hace venirme más arriba aún.
Hablando de público, una de las caras conocidísimas que iba a verte era Rocío Jurado…
Oh, yo cuando venía alguien y me decía “Candela, tienes a Rocío Jurado” era… bueno, tengo el vello de punta. Era lo más grande como persona y profesional. Venía con el pelo recogido, casi sin maquillar, natural. Además yo versionaba y versiono sus temas entonces, que trabajábamos sin sonido aunque tenía mucha suerte con mis guitarristas: Felipe Maya y Curro de Jerez y me ayudaban a vestir esos temas que exigen tanto pero si los haces tuyos y los sientes son preciosos pero tenías que tener cuidado en cómo tratar una de sus. A Rocío no hay quien la iguale. Yo hacia esas canciones que no se escuchaban tanto, con una guitarra o dos, a capella y a ella le encantaban. Una época inolvidable.
¿Cuáles son tus sevillanas más sentidas?
Mi maravillosa Golondrina, de mi hermano Francisco Padilla. A veces no la puedo cantar, se me hace un nudo en la garganta y el sentimiento a flor de piel. Las hermandades la cantan, es preciosa, en internet me saltó un chavalito cantándola con su hermandad, haciéndola suya, preciosa. Siento una alegría infinita cuando la escucho.
¿Las cantarás el próximo día 19 de marzo en La Madrugá de Sanse?
¡Ahí te quiero ver bailando el No Renunciaré, Adelita! Pasaremos una noche especial, no tengo duda, en San Sebastián de los Reyes en la sala La Madrugá, con Andrés Heredia, Oliver Losada y mi percusionista, que quita el sentido Amador Losada. Cena y Espectáculo, Isla Alegranza nº3.
Vuelves después de dos años a los escenarios, ¿cómo lo afrontas?
Vuelvo al escenario con el miedo de emocionarme mucho. Han sido dos años en los que no me he puesto ni mis flores ni mis vestidos. El 19 de marzo sentiré un cúmulo de sentimientos y reencontrarme con mi público, con amigos… Me escriben por Instagram, estoy aprendiendo a entrar, y tengo locos a mis hijos Julia y Curro porque les digo que quiero contestar y la pantalla se me va hacía arriba. Facebook lo controlo mejor y en whatsapp estoy empezando a poner emoticonos.
Y, tengo curiosidad por esa gira por Chicago con una de las caras más conocidas: José Mercé
Fue una pasada, él es increíble como profesional y como persona. Por cierto, su último disco, el que le ha hecho Antonio Orozco me hace llorar… Una maravilla.
Bueno, yo no había viajado tanto como ahora pero aquel viaje fue único. La gente recibe el flamenco de una forma que llama la atención, es muy bonito y la música y el baile quita cualquier tipo de frontera.
Has viajado como Embajadora de la Canción Española, ¿qué se siente?
Ahí estuve en Bruselas, con todos mis músicos, representando a España. Sí. Iba con Yayo Morales, Ricardo Miralles… Allí tuvimos una acogida muy bonita, estuvimos en Suiza también, ¡qué buen chocolate! Yo decía, la gente parece fría pero no, una grata sorpresa. Respetan mucho al artista y las horas de los espectáculos y la pruebas previas.
Con la pandemia te has reinventado haciendo actuaciones vía Youtube, ¿fue raro?
Gracias a mi hijo Curro he hecho CDC Factory y gracias a Meme Solís, maestro y compositor cubano, ¡no lo voy a descubrir! Hemos hecho, gracias a Curro de Candela, Julia Ovelar y Dahani, un dueto con Meme Solís, él desde Nueva York y yo desde aquí. La tecnología, aunque me cueste, nos acerca.
Cómo consigues transmitir el sentimiento con tu voz? Una voz que se desgarra desde el alma más flamenca…
Eso es algo innato, lo llevas dentro. Creo que la voz es lo menos importante en ese momento. Yo le agradezco a Dios ser capaz de transmitir con mi voz, porque como no conectes malo. Hay personas que tienen una técnica maravillosa, una voz cuidadísima pero no transmiten, hay que tener un “algo”. A mi me ha pasado de decir “hoy no me encuentro”, “hoy no estoy como yo quisiera” pero he transmitido más. Depende mucho de arriba.
¿Tienes algún ritual?
Madre mía. Es horroroso todo lo que llevo en bolso: un ajo, mis estampitas… Soy muy obsesiva, mi Virgen del Rocío la tengo que llevar siempre y sentirla en el pecho, lo paso fatal si no la llevo, además, siempre que es relacionado con el arte.
Y, para finalizar, cuéntanos, ¿con qué nuevo proyecto nos vas a sorprender?
Pues estamos con el Tributo a Lola, que será en la zona de Levante. Por esta zona sienten mucho todas las canciones de Lola y es un proyecto muy bonito y emotivo. Yo estoy cómoda y, en su momento, en TVE, estuve cantando La Zarzamora con el Lerele que presentaba Jacqueline de la Vega con Carlos Mata, se puede ver en Youtube. Estamos viendo ahora qué repertorio voy a hacer. Asi que afronto esta etapa con muchas ganas y emoción. Espero que el público lo reciba con la misma ilusión con la que lo hemos hecho.
