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‘Vuelta al cole’ (I): el valor de la educación presencial

El próximo día 4 de septiembre comienzan las clases en la Comunidad de Madrid. La educación presencial vuelve en un contexto incierto, marcado por la incertidumbre, provocada por la expansión del coronavirus. Por este motivo, los colegios tendrán que adaptarse a una nueva realidad para poder desempeñar una importante y fundamental labor: educar.

Durante los últimos días, la vuelta a las aulas ha creado muchas controversias entre los diferentes colectivos implicados (asociaciones de padres y profesores, entre otros). Sin embargo, los expertos ratifican la adaptación de la educación presencial a la nueva realidad.

En este contexto, desde Madrid 365, acercamos la opinión de dos profesionales en el ámbito de la psicología para analizar el impacto de la educación presencial en el desarrollo de los menores.

El modelo educativo

«Hemos aprendido que hay cosas que se pueden hacer de otra forma y que la tecnología puede ser una herramienta muy útil al servicio del aprendizaje», afirma María Gutiérrez Gómez, psicóloga educativa y orientadora escolar en el colegio Nuestra Señora del Buen Consejo. En este sentido, advierte que «aún no tenemos datos suficientes para valorar, de forma rigurosa, cómo ha afectado el cambio de modelo educativo a la formación académica de los niños».

Sin embargo, María Gutiérrez asegura que sí es conocida la influencia que tiene la sobreexposición a pantallas para su capacidad de atención sostenida, sus niveles de ansiedad y su aprendizaje. «Que toda su vida ocurriese en un mismo espacio donde dormir, comer, jugar y asistir a clase ha provocado que muchos menores tuviesen dificultades para concentrarse, controlar la calma e incluso conciliar el sueño«.

Por otro lado, la experta en psicología educativa asegura que el modelo presencial «ofrece a los niños un mundo de experiencias y relaciones que es imposible reproducir con un modelo basado exclusivamente en la enseñanza online, por mucho que los docentes y las familias den lo mejor de sí mismos». Además, incide en que los menores recuerdan mejor aquello que «tiene una mayor carga emocional», y añade que es difícil dotar de esta característica a una lección recibida a través de una pantalla.

María Gutiérrez destaca como, en el aula, los alumnos «reciben el refuerzo positivo de sus profesores«. Y, en este sentido, apunta que, gracias a su interacción, «pueden construir su conocimiento sobre las ideas de sus compañeros», enriqueciendo su aprendizaje a través de la observación, la prueba y el error. Según Gutiérrez, todo ello, orientado por el educador, proporcionará un feedback que, difícilmente, podrá proporcionarse de manera telemática, «porque siempre hay matices que se pierden a través de la pantalla», asegura.

Desarrollo psicológico y social

«En el desarrollo psicológico y social de cualquier niño, la relación personal con sus iguales es un aspecto fundamental«, explica la orientadora. A través de la conexión con otros, los menores aprenden a identificar, expresar y gestionar sus emociones y, «sin esas experiencias de interacción social, hay muchas facetas del desarrollo que pueden verse afectadas negativamente», puntualiza.

En este aspecto, el colegio juega un papel fundamental ya que se convierte en el entorno donde los niños establecen «relaciones sociales por excelencia, después de la familia». María Gutiérrez incide en que los centros escolares son el lugar donde «van configurando su identidad», a partir de los mensajes y experiencias que «reciben y comparten, especialmente, con sus iguales». Esto se debe a que, para desarrollarse social y emocionalmente, los más pequeños «necesitan ver a sus amigos, compartir confidencias, resolver sus conflictos y enriquecerse con otros niños».

Respecto a la influencia de la educación presencial en el desarrollo del menor, la experta concluye que es este modelo educativo el que «les aporta ese marco en el que construir relaciones saludables y desarrollarse como personas equilibradas, respetuosas, empáticas y conscientes».

Las medidas de seguridad

Respecto a las nuevas medidas de seguridad e higiene en los centros educativos, María Gutiérrez considera que es posible concienciar a los niños sobre la nueva realidad, «siempre que se plantee con un lenguaje adaptado, en forma de rutinas y se les explique con sencillez y claridad».

En su opinión, si se plantea desde una «visión positiva y no centrada en el miedo», se puede explicar a los alumnos que las normas que conocían del colegio han cambiado y «es necesario que todos sigamos una serie de medidas que nos van a ayudar a convivir de forma más segura«.

María Gutiérrez prevé que será más fácil para los más pequeños pues «todavía se rigen por la moral externa y, si los adultos de referencia cumplimos con esas condiciones, las interiorizarán con rapidez y facilidad«.

En el caso de los adolescentes, confiesa que quizá sea más complejo, por encontrar «en pleno periodo de cuestionamiento de las normas como forma de autoafirmación». Aunque, a pesar de ello, afirma que «si las normas están claramente explicadas y les ayudamos a entender su sentido, las aceptarán y vivirán con claridad».

En cualquier caso, considera fundamental la coherancia entre el mensaje del centro educativo y el de las familias. «Si reciben la misma idea desde todos sus ámbitos de referencia es mucho más probable que lo acepten y lo vivan de forma natural», concluye.

Transmitir confianza

«La experiencia que tenemos con pacientes del centro es que, a partir de seis años, en general, los niños tienen muchísimas ganas de volver al colegio e interactuar con sus compañeros», explica Beatriz Sánchez Ledesma, psicóloga especialista en inteligencia emocional en el centro ADAIA. Esta reacción es común  entre la mayoría de los menores. Sin embargo, aquellos con problemas de habilidades sociales «han estado muy bien en casa. Serán ellos quienes peor lleven la vuelta a las aulas», puntualiza.

La contradicción entre los mensajes que reciben los niños en casa y la información transmitida por los medios de comunicación sobre la educación presencial «crea un conflicto en ellos», asegura Beatriz Sánchez. «Quieren ir al colegio y estar con otros niños. Tienen muchas ganas, pero necesitan apoyo».

Recomendaciones para padres y tutores

Para el desarrollo de los más pequeños es esencial tener contacto social. «Es algo imprescindible para los seres humanos», apunta. Teniendo esto en cuenta, la especialista da una serie de recomendaciones a los padres y tutores para hacer más llevadera la vuelta al colegio en esta extraordinaria situación. «De cara a los padres, lo ideal sería que les hagan conscientes de la realidad, les transmitan confianza y expliquen las nuevas medidas de seguridad», argumenta. En este sentido, Beatriz Sánchez considera que es importante que los padres comuniquen a sus hijos que «el colegio es un sitio seguro y es bueno».

A la hora de concienciar a los menores, la psicóloga reconoce que, con los adolescentes, será más complicado. «Están en una edad en la que ponen a prueba los límites y les gusta enfrentarse a las normas». Por este motivo, recomienda que los padres trabajen con ellos la aceptación de las nuevas normas, «no desde un punto de vista emocional, sino siendo objetivos con ellos». Considera positivo que los adultos se muestren comprensibles respecto a la realidad que les ha tocado vivir, y las nuevas limitaciones en un momento tan trascendental para ellos. Pero aclara que es importante «poner en su conocimiento las consecuencias objetivas que pueden desencadenar el incumplimiento de las normas de seguridad e higiene en su entorno. Así se podrá lograr su confianza y respeto».

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