La Comunidad de Madrid ha iniciado los trabajos de desmontaje del actual Monumento Homenaje a las Víctimas del 11-M, que en el proyecto del futuro vestíbulo de Metro de Madrid en Atocha cuadriplicará su tamaño, explicó en julio el Ejecutivo regional en un encuentro con periodistas para explicar los futuros pasos de la obra de la Línea 11 de Metro de Madrid a su paso por Atocha.
Actualmente, el monumento ocupa unos 440 metros cuadrados. En la proyección del nuevo monumento se harán referencias al atentado y se reservará un espacio de 166 metros cuadrados separado por una mampara para el recogimiento de los familiares.
El consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, ha mantenido encuentros con las asociaciones de víctimas de este atentado, el mayor en Europa hasta la fecha, ya que el objetivo del Gobierno autonómico es que formen parte del seguimiento y tengan participación para aportar ideas. Para ello han propuesto la creación de una mesa de trabajo conjunta.
Actualmente, el monumento cuenta con dos partes, una bajo tierra –el espacio de recogimiento– con el nombre de las víctimas grabados en láser y el cilindro exterior en la calle.
Dos fases de desmontaje del monumento
El desmontaje conllevará dos fases. La primera, en la parte interior, la cual arrancó el pasado miércoles 16 de agosto, consistirá en un mes de obras, mientras que en superficie se arrancarán los trabajos preparativos para poder retirar el cilindro a partir de octubre, ya que se precisa aún de un permiso del Ayuntamiento de Madrid.
Una vez se haya desmontado, el siguiente paso será la obra del nuevo vestíbulo de Metro de la Estación de Atocha, donde estará integrado el nuevo monumento y que prestará servicio a las líneas 1 y 11. Tras la prolongación de la segunda de Plaza Elíptica a Conde de Casal, se prevé que la antigua Estación del Mediodía duplique sus viajeros de suburbano anuales.
Este 2024 se conmemorará el vigésimo aniversario de los atentados del 11-M. El 11 de marzo de 2004, a primera hora de la mañana, diez de las trece bombas colocadas por terroristas yihadistas explosionaron en cuatro trenes de Cercanías de Madrid, en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo, y junto a la calle Téllez, dejando un total de 192 víctimas mortales.