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Jaime de los Santos: «¿Madrid provinciano? Madrid es pura modernidad.»

«Madrid Q&A» es una indagación, en forma de cuestionario, sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.

Le hemos encomendado la belleza, ese enigma de los mil espejos. Y, como buen centinela enamorado, no hay átomo en que no la descubra. En cada forma, una ocasión para elevarse al símbolo. Valiente, lorquiano, Jaime de los Santos descubrió un día que la cultura era el pseudónimo que usa la libertad para llegar a los cautivos. Defiende ambas con un arrojo sólo igual a su finura de trato –frecuente signo de esa otra finura que se aloja en el alma—. Cumple su cometido con rigor de cirujano: su vigía, bien lo sabe, es a corazón abierto.

1 ¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?

No creo que haya carnets de madrileño. Para ser de Madrid solo hay que sentirla, vivirla, respirarla; no hay más que disfrutar de sus calles, de su intenso pulso, de sus cielos.

2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?

Pues tener siete vidas debe ser algo bueno, muy bueno; y es que para conocer Madrid no basta una vida. Y lo peor…tener que apretar los ojos para alcanzar a ver el mar.

3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?

Sin duda en el Museo del Prado, en la sala 012, frente a los cielos que pintara Velázquez. Cuando pienso en el cielo de Madrid no consigo deshacerme de ese recuerdo rosa y gris, blanco, naranja y azul que conforman algunos de sus lienzos. La expresión más bella, más poética, de uno de los cielos más bellos y poéticos del mundo.

4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?

Durante el confinamiento, desde el salón de mi casa. Un día en el que una especie de terror sordo, aplastante, me incrustó a la realidad. Desvelado, de vuelta al sillón, a Lobo Antunes, a esa vida interrumpida, me asomé a la ventana; el cielo aún estaba azul oscuro, casi negro. Apareció el sol, frio. Tomé aire. Más. Volvió la calma.

5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?

Una alcoba en el centro desde la que ver San Miguel, San Isidro o el Mercado de la Cebada; con aroma a verbena, a sol. Un lugar donde escribir, pensar y soñar, con vistas a ese teatro del mundo que siempre será Madrid.

Mercado de la Cebada

6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.

¿Madrid provinciano? Madrid es pura modernidad.

7. Ahora, confírmeme otro.

Nunca duerme. Porque está llena de vida. Dormir es para ciudades secas, parcas. No para Madrid.

8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?

El invierno con su olor a castañas; los domingos en el Rastro; en verano, cuando la sombra de los plátanos se convierte en palio; los martes de cocido por Malasaña; en febrero para sentir ARCO; los jueves por la noche en Chueca; esos días de primavera de sol largo, esas tardes amarillas de otoño.

9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?

En el parque del Retiro, frente al Palacio de Cristal. Y no por una cuestión de recuerdos concretos sino por la estampa en sí. Es como un rincón atrapado en el tiempo. Con esos árboles que quieren besar al agua, que se multiplican en las superficies especulares de la arquitectura. Esas escaleras que se pierden en la intensidad del negro del estanque. La gruta. Los frisos cerámicos. La paz.

10. ¿Para qué sirve una olimpiada?

Para muchas cosas. Para llenar la ciudad de nuevas miradas. Para hablar de salud. Para sentirse parte de una colectividad, de un todo más grande que esas visiones pequeñas, endebles, que intentan hacerse fuertes.

11. ¿Qué le enamora más… de Barcelona?

Hay cientos de rincones maravillosos en Barcelona pero si tuviera que quedarme con alguno lo haría con Santa María del Mar y su perfección gótica, su aroma a incienso, los grandes vitrales que tamizan la luz. Su silencio sepulcral. Y con el Mercat de les flors. Amo profundamente la danza y allí he sido profundamente feliz.

12. ¿Quién es Madrid hecho carne?

Benito Pérez Galdós, un canario; Francisco de Goya, un aragonés; Antonio Joli, un italiano; Ferderico García Lorca, un andaluz. Ana Belén, Gloria Fuertes, Carmen Maura, madrileñas. El rey Felipe VI. De esa carne está hecha Madrid.

 

Monumento a Benito Pérez Galdós en el parque del Retiro

13. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?

Deporte en el Retiro. Desayuno en La Primera de Gran Vía. Comida en Triciclo. Una obra de teatro en el Valle Inclán. Atravesar la Plaza Mayor mientras escucho a Dalida, a Mina, a Violeta Parra; a Miranda, a Liza Minelli, a Los fresones rebeldes.

14. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?

Quédate en Madrid, de Mecano. Eso de “el corazón y los congojos, todos en reunión”, me parece que es la mejor forma de describir lo que uno siente en Madrid.

15. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?

Nada me hace olvidar el mar. Y creo que una de las virtudes de Madrid es precisamente no tener mar. Somos quienes somos por estar varados junto a un río escaso que, sin embargo, tiene el puente de piedra más bello del mundo. Con sus santos, Isidro y María, observantes desde sus tabernáculos, con sus divertimentos de piedra. Un prodigio barroco que parece desafiar la añoranza de agua, que durante años era el telón de fondo para ese mar de telas que colgaba de los improvisados tenderetes, de aquellas mujeres que bajaban al Manzanares a lavar, a dejar que la vida pasara.

16. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?

Sushi. Churros. Garbanzos. Vermut. Gallina. Rosquillas. Borrajas. Chocolate. Anís. Besugo. Violetas.

17. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?

La libertad. Cada año, arrancando el mes de julio, bajo un sol abrasador, cientos de miles de personas nos reunimos para defender los derechos de todos, para normalizar lo que es normal. Desde 1978 gritamos al mundo que todos somos iguales, que amar es, probablemente, lo más grande que nos puede ocurrir. Este año, esa manifestación que transforma Madrid, que en 2017, coincidiendo con el World Pride, se convirtió un espejo en el que desde todos los rincones del mundo querían mirarse, será un recuerdo, un proyecto para el futuro. Por eso, es más importante que nunca recordarles a todos que estamos orgullosos de quienes somos, que Madrid es sinónimo de libertad.

18. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?

A quienes sufren desigualdad. A los que son víctimas de odio. A todas esas mujeres que padecen la violencia del hombre. A los hombres que, por miedo, no consiguen ser felices. A todas las personas que luchan por erradicar todas esas lacras. A los que sueñan con un mundo mejor.

19. ¿Hay vida más allá de la M-30?

En Qué he hecho yo para merecer esto, Pedro Almodóvar nos demuestra que Madrid no es que exista mas allá de la M-30, es que crepita en toda su diversidad. Madrid es lo que ocurre en cada rincón de esta ciudad valiente y eterna, en esta suma imposible de contrastes, en este polo de intensidad del que nadie se quiere curar.

20. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?

No hay secretos en Madrid. Una ciudad de corralas, de balcones y plazas no guarda secretos. Eso se lo deja a quienes no se sienten orgullosos de quien son, a los que viven permanentemente ente sombras.

21. ¿Y su último descubrimiento en la capital?

Siento verdaderos celos de quienes, por vez primera, visitan Madrid. Enfrentarse a la fachada del Palacio Real, subir por la calle de Alcalá, franquear la puerta del Museo Reina Sofía, con la mirada virgen, debe ser una experiencia maravillosa. En Madrid siempre hay un renacimiento, un resurgir; en constante metamorfosis, es capaz de regalar nuevas perspectivas de una misma cosa, renovados motivos para amarla.

Museo Reina Sofìa

22. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?

Chavela es otra de esas artistas que no faltan en mis paseos por la ciudad. Como ella, yo también “quiero luz de luna”. Pero eso en Madrid (que si que es la ciudad de la luz) es prácticamente imposible. El corazón lo tengo en Madrid y no creo que deje nunca de tenerlo allí.

23. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz.

Soy y he sido feliz siempre. Madrid me acompaña, ha sido el eco permanente de todos esos días que me han convertido en quien soy.

24. Mejor lugar para aprender algo de un hijo.

No se cuanto se puede aprender de un hijo porque no soy padre. Lo que si se es que en Madrid he sido (y soy) un hijo feliz. Mis padres, madrileños, siempre me hicieron sentir orgulloso de esta ciudad. Caminatas por el dédalo de sus calles han conformado mi vida, mi particular modo de entender la belleza.

25. Si se pierde, ¿dónde le encontramos?

En un teatro. En cualquiera de los teatros que hay en esta ciudad de belleza imposible. Frente a quienes hacen de este mundo un lugar mejor. Actrices, actores, músicos y bailarines. Sentado en una de esas butacas, más o menos desvencijadas, que te permiten dudar, aprender; que son soporte de lágrimas y sueños, de esperanza. La cultura nos mejora. Nos hace libres. Nos ofrece oportunidades. Si no me pierdo en un libro, sin duda, lo hago en un teatro.