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Cruz Sánchez de Lara: «Hay cientos de versiones de Madrid: al menos, una para cada momento del año»

«Madrid Q&A» es un espacio, en forma de cuestionario, que indaga sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.

Cruz Sánchez de Lara avanza a pie enjuto pero sereno, como uno supone que cruzó Moisés el lecho del Mar Rojo. Sin atender demasiado al rugir circundante ni a la blanca –y tóxica—floración de los flashes. Quienes la tratan hablan de un carácter atento, delicado pero combativo, acrisolado por el troquel riguroso de la abogacía. Sus respuestas vibran con una pasión por Madrid que un maldito encierro ha dejado hecha anhelo; y que sólo puede tener por raíz una honda sensibilidad.

1.¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?

La ciudad acoge y da la oportunidad de sentirse una más. No hay un documento, pero quien siente la vocación de ser madrileño, la renueva a diario. Los madrileños por vocación sentimos que es nuestra ciudad, y ni en los momentos más difíciles, nos planteamos abandonarla.

Yo soy hija de funcionarios y esta es la tercera comunidad autónoma en la que vivo. Siempre digo que no soy una chica “de pueblo”, sino “de pueblos”, porque hay muchas localidades pegadas a mi historia y a mis recuerdos. Todos son muy importantes para mí. Pero Madrid es el lugar donde más tiempo he vivido y, sobre todo, el que he elegido. Me siento madrileña por vocación.

2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?

Depende de los gatos. Lo mejor de algunos gatos sería un sueño para la mayoría y lo peor de otros, una pesadilla para todos.

3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?

Hay un lugar donde me gustaría que quedaran parte de mis cenizas. No sé si cuando llegue el momento será legal, pero me gustaría que un poco de mí se quedara a los pies de “La Dama del Manzanares”, la escultura de Manolo Valdés que está colocada sobre La Atalaya, un cerro artificial construido sobre una estructura piramidal que diseñó Ricardo Bofill.

La cabeza de mujer mira hacia Madrid y se ciernen sobre ella muchas elipses: el pensamiento constante y rápido –o al menos, así lo percibo yo-. Me identifico tanto…: Mirando hacia Madrid con la cabeza rebosante de ideas.

4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?

Hay un amanecer que veo todos los años. Me quedo con el color rosa y naranja del amanecer de cada comienzo de septiembre. La actividad se reanuda en los despachos de abogados y llegan todas las notificaciones. Salir de casa, mirar el cielo y pensar que empieza un curso más. Hasta hace cuatro años, vivía en una casa en Pío XII, que era perfecta para ver amanecer. La luz caía vertical y se expandía, casi como en Buenos Aires.

El primer día lectivo de septiembre, con el otoño en ciernes, mirar el cielo de Madrid es como si fuera el primer día de colegio y quisiera estrenar mis lápices, mis cuadernos y oler mis libros de texto. Me apasionan los comienzos ilusionantes.

La dama del Manzanares

5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?

Una alcoba en el centro, a escasos metros de la calle asfaltada y transitada. Me encanta pasear por las ciudades en general, y por Madrid en especial.

6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.

Ese que dice que somos un poco prepotentes (lo digo así porque no me gusta la palabra “chulos”).

7. Ahora, confírmeme otro.

El frenesí de la vida, la rapidez, las prisas. No sé si esto cambiará cuando pase la pandemia.

8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?

Hay cientos de versiones de Madrid: al menos, una para cada momento del año. Si me apura, una para momento de cada día. Esa es la magia de la ciudad, una ciudad que te ofrece una opción para cada instante, una ciudad con la que organizar citas permanentes perfectas sin tener que repetir. Madrid no da a elegir: nunca defrauda.

9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?

Ahora mismo todo es nostalgia. Nostalgia, en sentido etimológico, es el dolor por la pérdida. Estamos viviendo una grande: hemos perdido la normalidad. Todos sentimos nostalgia. Puedo decirle mil sitios: el Teatro Real, el Palacio de los Deportes, mi despacho, el Museo del Prado, cualquier teatro, los restaurantes que frecuentaba, cualquier calle de mi barrio dando un paseo…

Espero que pronto la nostalgia sea del pasado y no del presente más reciente.

Teatro Real

10. ¿Para qué sirve una olimpiada?

El lema de las Olimpiadas de Munich era una clásica expresión en latín: Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte), repitiendo las palabras de Pierre de Coubertin, en Atenas, en los primeros juegos olímpicos de la era moderna.

Ahora con lo que está pasando, esto cobra más sentido que nunca. Creo que es una oportunidad que tiene que tener Madrid, pero también el resto del mundo. Creo que para cualquiera sería un lujo poder visitar la ciudad después del esfuerzo que haríamos para dar lo mejor: citius, altius, fortius.

11. ¿Qué le enamora más… de Barcelona?

Sin lugar a dudas, que sea una gran ciudad a orillas del mar. Será porque nací a escasos metros del Mediterráneo.

12. ¿Quién es Madrid hecho carne?

No sé por qué, y siempre pensando solamente en “el mundo de los vivos”, la pregunta me ha traído inmediatamente a la cabeza el nombre de Gregorio Marañón (Gregorio Marañón y Bertrand de Lis, nieto del célebre médico y humanista y presidente de la Fundación Ortega Marañón), pero según lo pienso, me convence más. La genética ha hecho un buen trabajo y el gran doctor ha dejado su poso, la exquisitez de su educación lo completa y él lo remata con su cabeza y su corazón… y con la maravillosa cómplice que le acompaña en la vida y en su amor por Madrid.

Cuando recibe en el Teatro Real es el anfitrión por excelencia de Madrid, con la elegancia y la naturalidad de quien hace sentir en casa.

13. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?

Un paseo por el Barrio de Salamanca con mi marido a primera hora de la mañana. Nos encanta caminar por la ciudad que más nos gusta, la que ambos elegimos sin ser de aquí. Almorzar con él y mi hijo. Disfruto mucho ese plan. Madrid tiene una oferta gastronómica que tenemos que potenciar ahora más que nunca. Es necesario fomentar el consumo de quienes sufran menos en la crisis. Si no se activa la rueda de la economía, la pesadilla no habrá hecho más que empezar.

Y para terminar el plan del día, algo que ojalá se pueda retomar pronto, un plan cultural o deportivo: museo, teatro, concierto o baloncesto, y si además, fuéramos con amigos, sería un día fantástico para mí.

14. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?

Por supuesto, “Pongamos que hablo de Madrid” y ahora que Sabina está recuperándose, más aún.

Pero, junto a los clásicos, me gustaría que quien no la haya escuchado, disfrute una canción sobre Madrid que me fascina. Se llama “Puede ser que la conozcas” y es de Marwan.

15. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?

Mirar la cúpula de la Rotonda del Palace mientras tomo un té americano con mis amigas. Es nuestro lugar para encontrarnos a desconectar, compartir y querernos.

La Cúpula del Hotel Palace de Madrid

16. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?

Me encanta el sushi, que puede ser muy madrileño. Tenemos el ejemplo de mi querido amigo Ricardo Sanz (Kabuki), que fue pionero en introducir el nombre de Madrid en el top de la comida japonesa.  Diverxo y Lucio ¿por qué elegir? Es maravilloso disfrutar de la tradición y la vanguardia. Con Lucio no ha podido ni el Coronavirus. Aprovecho para felicitarle por esa batalla ganada.

17. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?

Que no me iría a vivir voluntariamente a ninguna otra ciudad.

18. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?

Ahora, España entera alfombraría la Gran Vía para los miles de víctimas del Coronavirus y para sus familias, para decir adiós con el homenaje que no han podido hacer individualmente. También, para los profesionales sanitarios, para las fuerzas armadas y para todos aquellos profesionales que nos han mantenido en pie.

La Gran Vía se queda pequeña para tantas despedidas y agradecimientos. Necesitaría alfombrar Madrid.

19. ¿Hay vida más allá de la M-30?

Pues claro que sí, yo soy de ese “más allá”, pero siempre habrá un camino de baldosas amarillas para quien quiera venir y quedarse.

20. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?

Creo que el secreto que guardaba mi Madrid, el Madrid de todos nos ha sido revelado de forma abrupta. La ciudad es maravillosa pero necesita la vitalidad de las personas. No me gusta la capital fantasma del estado de alarma. El secreto real de nuestra ciudad es la gente. Madrid es un cuerpo precioso pero el corazón siempre es humano.

21. ¿Y su último descubrimiento en la capital?

Mi último descubrimiento es que la ciudad se ha llenado de héroes improvisados y los balcones se convierten en un aplauso conjunto a las ocho. El descubrimiento es la solidaridad, que coreamos juntos un “Resistiré”. Espero que esta sensación de unidad no se esfume cuando pase la emergencia sanitaria y solo queden las nefastas consecuencias de la pandemia.

22. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?

Ahora me estoy dejando parte del corazón. Nunca pensé vivir algo así. Las decepciones personales siempre cicatrizan. Como todos, tengo mis heridas y mis cicatrices, porque, como Neruda “confieso que he vivido”. Pero trozos del corazón se pierden solamente cuando el sufrimiento colectivo muerde y arranca trozos: como Chavela, me dejé el corazón en marzo de 2004 y de 2020.

Cruz Sánchez de Lara

Cruz Sánchez de Lara

23. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz

La felicidad la llevo puesta. Eso es una actitud vital y he dejado sonrisas y risas en sitios distintos. Las personas a las que quiero que son muchas me han hecho sentir el privilegio de Madrid en los restaurantes, en las cafeterías, en los museos, en mi casa, en casa de mis amigos, por las calles… Madrid es el decorado perfecto y variado para un abrazo (de los de antes), para una conversación, para unas risas.

Pero reconozco que en mi casa en Madrid siempre he sido muy feliz. Me encanta “recibir” en casa. Creo que no hay mejor reunión para una persona que la que ella mismo convoca. Me gustan las personas buenas e interesantes.

24. Mejor lugar para aprender algo de un hijo

He aprendido muchas cosas de mi hijo en todas partes. Pero me ha enseñado mucho compartir la afición por el teatro y el cine. La visión de un hijo y de una madre de una misma historia tiene muchas veces distintas perspectivas y siempre matices importantes.

¿Quién nos iba a decir a mi hijo y a mí, cuando fuimos por última vez en febrero como hacíamos tantos domingos por la mañana, que en menos de un mes, el Palacio de Hielo iba a convertirse temporalmente en una morgue por una pandemia?

25. Si se pierde, ¿dónde la encontramos?

Si me pierdo voluntariamente, espero que no me encuentren.