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Belén Bajo

Belén Bajo: «Convertir un trozo de material en una joya preciosa parece una cosa de magia»

Belén Bajo es diseñadora de joyas y le gusta decir que diseña pequeñas esculturas portátiles. Lo hace a través de todo tipo de piedras semipreciosas y también otro tipo de elementos como puede ser lava volcánica, madera y prácticamente cualquier elemento que le pueda servir para fabricar esas pequeñas esculturas que adornan, son accesorios. Las joyas son como la ropa, hay que probárselas y deben hacernos sentir especiales.

La conexión que tienes con tus joyas es tan especial que te atreves a decir que son tus amigas, ¿no?

Sí. Cada piedra es especial. Por ejemplo, el ónix, es una gata negra muy oscura, pero hay ónix que, de forma natural, tiene como rayitas, se forman dibujos… Entonces tengo piedras que van desde una ágata a un cuarzo -que puede tener todo tipo de inclusiones- a una malaquita, que es una maravilla porque tiene millones de formas.

Por lo que, claro, inspira, porque de alguna manera es la naturaleza la que te inspira y tú te haces amiga de ella, de esa naturaleza que te inspira siempre. Ella va por delante y yo voy por detrás.

¿Cómo surge?

Estudié Bellas Artes. Yo quería ser artista y vivir del arte. De hecho tengo amigos y amigas que sí, que se dedicaron al arte. No por casualidad, sino porque en mi familia existía un vínculo con el mundo de la joyería, de la importación de joyería, no del diseño.

Entonces me puse a dar clases en una escuela de diseño, en una escuela de joyería. Yo daba la parte de diseño. Empecé a ver un poco las posibilidades que daban las piedras, las posibilidades que daba el tratar con esos pequeños objetos, hacer pequeñas pinturitas y me pareció muy curioso. Es de alguna manera como cambiar un formato muy grande por un formato muy pequeñito. Soy amante de las miniaturas, me encantan.

Tengo mucha predilección por los objetos pequeños. En casa siempre ha habido lupas, binoculares para ver el interior de las piedras, para ver lo que hay debajo de lo que no se ve a simple vista. Entonces, bueno, hay un poquito de esa parte. Yo sigo dibujando y sigo pintando, y probablemente si alguna vez me jubilo, pues a lo mejor me acabo dedicando a exponer, a hacer otro tipo de cosas.

¿Qué es lo que tienen de especial los minerales para que lo hayas elegido?

Creo que principalmente su originalidad. La naturaleza nos enseña, pero hay que saber verlo. Nos pensamos que creamos cosas, pero realmente hay muchas cosas que están ahí, solamente es verlas. O sea, el universo de los de los dibujos, los estampados que hay en las telas. Y nos damos cuenta cómo el animal print está inspirado en animales, pero hay muchísimos estampados, muchísimos que están inspirados en vegetación, en las piedras. Por ejemplo, todo el mundo de la psicodelia, o sea, tú ves todas aquellas ilustraciones psicodélicas, ¿no? Todo aquello tal como lo teníamos que ver con el LSD, pero tiene mucha inspiración. Tú te ves una rodaja de una ágata y rápidamente dices esto es un dibujo psicodélico y podría estar aquí Pink Floyd con la música de Pink Floyd. Entonces te das cuenta de que en la naturaleza está todo inventado. Ella. Ella ya lo tiene ahí. Tú lo que tienes que hacer es observar y sacar muchas conclusiones.

¿Cuál es tu favorito?

Pues yo creo que los cuarzos con inclusiones, que puede haber inclusiones de todo tipo increíble.

O sea, juegas con la estética, evidentemente, pero los minerales dicen que son piedras de energía y al final también estás jugando con eso, ¿no?

Yo no soy muy de energías. Pero sí es verdad que un mineral no es un ser vivo, es inerte, pero no es inerte del todo porque ha vivido un proceso, un desarrollo natural, por lo que en parte pienso que te llena mucho más que algo de plástico.

¿Qué requisitos tienes en cuenta a la hora de seleccionar las piedras y ponerte crear?

Pues que sean originales. Te digo lo de los cuarzos, porque los cuarzos son sorprendentes, un mundo gigante, y hay tantas posibilidades de inclusiones internas o externas que simplemente yendo a una feria de minerales ya te está inspirando. Mucha gente incluso, aunque no se dedica a la feria, se compra un trozo de algo y se lo cuelga al cuello tal cual.

¿Por qué te inspiran las vanguardias del XX?

Hasta finales del IXX digamos que el artista era una especie de trabajador al servicio del poder de la iglesia, de la monarquía, y es a partir de finales del IXX y principios del XX cuando empieza a desarrollarse el artista como el artesano con valor propio. No es casualidad que de pronto el siglo XX se convierta en un cataclismo, en una explosión de artistas diferentes. También el siglo XX es un momento muy complejo, aparte de por toda la situación política de la guerra. Una época entre guerras es un periodo de ebullición, de ideales, de arte… que ha influido y ya no habíamos vivido ni hemos vuelto a vivir una época como aquella.

Tu joyero define la joyería como ‘alquimia y magia’. Una definición preciosa…

Para Paco (del taller de Córdoba) es un proceso mágico ya que, de alguna manera, a partir de un prototipo o de un trozo de material conviertes algo en un material precioso. La idea puede ser mía, pero hay una comunicación continua porque él es quien tiene que traducir aquello. Claro, a veces hay cosas que me gustaría hacer y no se pueden hacer, o van a salir mal o se van a estropear. Y entonces ahí tiene que haber una comunicación.

La idea y la técnica tienen que ir paralelas y de la mano, la una sin la otra no tienen sentido. Entonces, claro, convertir en una idea algo, convertir un prototipo brutal en una joya parece una cosa de magia. El proceso de la joyería, el proceso técnico es un proceso muy bonito, muy interesante.

¿Dónde os podemos encontrar?

Hasta hace poco teníamos tienda física en Madrid, pero es una plaza difícil. Vendemos en toda España y Madrid es difícil. Alcorcón, Alcalá de Henares, Collado Villalba, Leganés y Fuenlabrada son algunos de los sitios donde estamos físicamente. Y, si Dios quiere, estaremos de vuelta en el centro de Madrid dentro de poquito pero no quiero gafarlo. Me resulta más fácil trabajar con una joyería en Cantabria, en Salamanca, en Zamora, en Bilbao…

¿Por qué en Madrid y Córdoba?

Madrid porque es mi ciudad natal y Córdoba porque la persona con la que trabajo desde hace ya 25 años, es de allí. Además, Córdoba es una ciudad maravillosa así que tener que viajar e ir de vez en cuando allí es un regalo. Es una ciudad que tiene mucha tradición de joyería, no es casualidad.

Ya que te pasas el día eligiendo piedras, ahora te pido que elijas tu rincón favorito de Madrid.

El Templo de Debod y el Parque del Oeste representan mi infancia. Es mi parque preferido porque me pasé toda mi infancia yendo a pasear por ahí con mi abuelo. Él vivía en el centro de Madrid, en la vía San Bernardo. Siempre me cogía de pequeña y nos íbamos andando y recorríamos la Casa de Campo, desde la venta de mi habitación se veía la noria…

¿La inspiración llega?

La inspiración es continua. La persona creativa no para, pero después tienes que plasmarlo. El click es el que tienes y el que te viene, porque tu cabeza está funcionando todo el rato.
La creatividad tiene tantas facetas… Desde cómo vender algo, cómo poner una solución…pero cada uno lo expresa de una manera diferente.

¿Por qué son tan caras las joyas?

El trabajo artesanal es lo que se valora. Paco por realizarlo, la idea, la materia. El trabajo de construirlo es lo que da un precio justificado.

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