La soledad no deseada es un problema que afecta cada vez a más personas: si hace unos años asociábamos la soledad, principalmente, a la vejez, a día de hoy son muchos los jóvenes que también sufren de aislamiento.
La falta de convivencia o apoyo familiar o social, el trabajo, el entorno en el que uno se rodea, la dificultad para relacionarse o la soledad derivada de un mal estado de salud son algunas de las principales causas de este problema social del siglo XXI, según se desprende el informe ‘El coste de la soledad no deseada en España’, impulsado por Nextdoor y por el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada – SoledadES de la Fundación ONCE.
La soledad no deseada: un problema tanto de jóvenes como de mayores
En este sentido, desde Nextdoor, plataforma cuyo objetivo es conectar a vecinos, promueven la creación de grupos para conocer a gente. Uno de los casos es el de Isabela, una chica de 18 años de Aluche que decidió escribir un mensaje a través de esta plataforma. «Isa terminó el instituto y ahora acaba de comenzar en la Universidad, pero aún así dice que se siente muy sola, que no termina de encajar. No le da miedo decir que se siente sola, y ese es el primer paso para conocer gente. Gracias a que contó su historia, otras chicas le respondieron y decidieron quedar en grupo para ir a tomar algo y conocerse», explica Katherine Villegas, City Manager de Nextdoor.
En el otro extremo está Dolores, una mujer de 90 años vecina de Mirasierra cuya hija, Lola, creó un grupo llamado ‘Café para mayores’ para que su madre tuviese una ‘pandilla’ de amigos de su edad.
“Gracias al grupo que creó mi hija, salí varias veces a tomar café con varias personas del pueblo. Pero es cierto que cuando eres mayor tienes mucha pereza y cuesta mucho que te saquen de casa… Así que lo más importante para no sentirte solo es prepararte, pues a mucha gente la vejez les pilla de sopetón”, cuenta Dolores a Madrid365.
“En mi caso, me he organizado mi vida para la vejez con tiempo, pero no es el caso de todo el mundo. Yo siempre tengo cosas que hacer, cosas que me distraen… Por ejemplo he escrito dos libritos, es una cosa que me ha entretenido mucho, y ahora tengo otros dos en proyecto. Son una especie de álbum de fotos con explicaciones. Porque, claro, el día que te vayas al otro mundo nadie va a saber nada de tu familia, y ahí cuento cosas de mi abuela, de cuando era pequeña… con fotos. Es una tontería pero te entretiene mucho porque recuerdas cosas de cuando eras pequeña, y eso a los viejos nos entretiene mucho. Hay muchas cosas que se pueden hacer cuando eres mayor y eso es lo que hay que buscar”, confiesa Dolores, quien trata de buscar soluciones para combatir la soledad no deseada en la vejez.
La soledad de emigrar o de criar a un hijo sol@
Si en el colegio era fácil hacer amigos, a medida que uno se hace mayor cada vez le cuesta más conocer gente. Y si a eso le sumas la dificultad de emigrar a otro país sola y sin ningún apoyo, la soledad se torna todavía más presente. Es el caso de María Eugenia (vecina de La Latina) quien llegó de Venezuela con su hijo pequeño como única compañía. No contaba con apoyos y se sentía muy sola. Fue entonces cuando conoció en Nextdoor a quienes serían como sus “padres adoptivos” (Juan Miguel y Ana María), que le apoyaron a salir adelante. “Se conocieron a través de Nextdoor porque María preguntó si alguien le podía ayudar con unas cosas que tenía que arreglar en la casa y Juan Miguel se ofreció. Desde entonces, más que amigos, son una familia”, explica Katherine.
Otro caso es el de Juan Antonio (vecino de La Elipa) quien ha creado varios grupos como el grupo ‘Papi soltero’ para apoyar a papás solteros en su paternidad. Son un ejemplo de cómo una conexión online se ha convertido en relaciones regulares en el barrio. “Entre ellos se apoyan en cosas como por ejemplo cuidar de sus hijos si otro padre no puede o resolver dudas sobre la crianza. Incluso hay varios abogados en el grupo que ayudan de forma altruista en temas legales”, apunta Katherine.
Si la soledad no deseada es un problema en auge en el siglo XXI, las redes sociales y las plataformas digitales, nacidas también en esta era, podrían pasar por la solución. Así, Nextdoor ofrece una plataforma idónea para vecinos con intereses en común que, de lo contrario, probablemente nunca hubieran llegado a conocerse.
