El programa de Prestación Ambiental Sustitutoria (PAS), gestionado por el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, cuenta progresivamente con más adeptos. Este plan permite a los infractores, sancionados por el incumplimiento de la Ordenanza de Limpieza, sustituir las multas por trabajos de limpieza. Su responsable, Borja Carabante, celebró ayer que la participación se haya incrementado un 66,8 % desde septiembre de 2019.
“Disfrutar de un Madrid limpio precisa de la colaboración de todos. No podemos olvidar que los ciudadanos también desempeñan un papel fundamental en la limpieza de nuestro municipio. Y debemos reforzar las campañas y labores de concienciación”, manifestó Carabante.
1.211 «penitentes»
Durante los 24 meses del primer contrato de PAS —del 20 de julio de 2017 a la misma fecha de 2019— se contabilizaron 1.211 participantes. Y, desde el 2 de septiembre de 2019 y hasta el 22 de noviembre de este año, la cifra alcanza los 925 «penitentes». De este modo, la media mensual de participantes de este programa es de 50,4 personas durante la primera fase y de 84 al mes en el periodo vigente.
El 85 % de los participantes del programa son hombres. Alrededor del 70 % tiene entre 18 y 29 años —poco más del 15 % es mayor de 40 años— y cerca de la mitad tiene o cursa estudios universitarios. Además, el 95 % de los participantes reside en la Comunidad de Madrid, siendo nueve de cada diez de nacionalidad española, mientras que el 10 % restante procede de 14 nacionalidades diferentes.
Tipos de infracciones
El 85 % de los participantes ha realizado la prestación para sustituir las multas por orinar en la vía pública. El 7,4 % representa al colectivo que no recicla los residuos correctamente; un 3,9 % de los participantes han conmutado una multa por residuos derivados del botellón; el 1,7 % de los infractores ha sustituido una multa por realizar grafitis, y el resto —entre un 0,1 % y un 0,5 %— se debe a arrojar o verter residuos o no recoger las heces caninas, entre otros.
El PAS tiene una finalidad educativa y social para generar en el ciudadano infractor una mayor implicación en el cumplimiento de la norma. Al mismo tiempo, el infractor repone a la comunidad, con su esfuerzo personal, los daños o perjuicios ocasionados.
La opinión de los participantes
Al terminar el programa, se realiza una encuesta a los ciudadanos participantes. El 91 % de ellos valora muy positivamente la posibilidad de conmutar sanciones económicas mediante trabajos sustitutorios y el 77 % de ellos considera que tiene una alta implicación en el carácter educativo de la tarea.
Por otro lado, el 82 % se muestra muy satisfechos con la información recibida y el 76 % valora muy positivamente la eficacia del protocolo a nivel de sensibilización y toma de conciencia personal para el debido cumplimiento de la norma.
Valorar el trabajo de los operarios
Durante el desarrollo de las jornadas, es frecuente que los participantes reconozcan que cometían otras infracciones —por ejemplo, arrojar colillas al suelo, depositar residuos fuera de los contenedores, abandonar residuos derivados del botellón, etc.—. Pero desempeñar el papel de un operario de limpieza les hace valorar el trabajo físico, esfuerzo y dedicación que conlleva y las consecuencias de la falta de civismo.
