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rosquillas San Isidro

Las rosquillas de San Isidro se reinventan: de violeta, turrón, madroño, frambuesa y pistacho

Madrid no sería lo mismo sin cinco pastelerías centenarias que en poco más de 800 metros abren cada día para ofrecer las mejores propuestas dulces. Madridulce nace para hablar de postres y dulces y, en su primera edición, reúne a cinco pastelerías que aportan 780 años de historia a la ciudad para ofrecer rosquillas de San Isidro reinventadas.

El Pozo, Casa Mira, El Riojano y La Mallorquina forman un eje perfecto que se completa, a escasos metros, con La Duquesita. Las cinco son patrimonio de la ciudad y se unen en esta iniciativa que comienza para mostrar su historia de generaciones y su aportación para mantener la pastelería tradicional de calidad en Madrid.

Cinco versiones especiales de Rosquillas de Madrid

Coincidiendo con el inicio de la iniciativa Madridulce; El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina y La Duquesita han creado cinco ediciones especiales de las rosquillas de San Isidro, además de las rosquillas tradicionales de Madrid.

De esta manera, los días 13, 14 y 15 de mayo ofrecerán cada una de ellas una nueva versión muy asociada a su concepto pastelero.

Así, El Pozo invitará a disfrutar de rosquillas de Violeta; Casa Mira presentará sus rosquillas con cobertura de Turrón; El Riojano parte de la versión clásica y elaborará una rosquilla de Madroño; La Mallorquina, una rosquilla de Frambuesa y La Duquesita elaborará sus rosquillas con pistacho y sal.

Pasado, presente y futuro de la repostería madrileña

El Pozo

Fundada en 1830, es la pastelería más antigua de Madrid y sigue ofreciendo dulces tradicionales que se elaboran cada día en su obrador, entre los que destacan su valorado y reconocido hojaldre o su roscón de Reyes, disponible durante todo el año.

Desde hace tres generaciones, la familia Leal dirige la antigua pastelería de El Pozo, una marca imprescindible para Madrid que, a punto de cumplir 200 años, ha respetado la esencia de sus inicios, con su mobiliario original, el mostrador de mármol y madera, la singular máquina registradora o la balanza clásica de dos platos.

Casa Mira

Casa Mira abrió sus puertas en 1842. El fundador de la marca, Luis Mira comenzó viajando con sus turrones desde Jijona a Madrid y pocos años después abrió la primera tienda en la Plaza Mayor que en 1855 trasladaría a la Carrera de San Jerónimo, donde ofrece desde entonces sus reconocidos turrones.

Casa Mira alcanza las seis generaciones familiares y se considera la primera tienda de turrones en Madrid de fabricación artesanal e ingredientes tradicionales, entre los que destacan el turrón de almendra y el de Jijona. También propone mazapanes, nueces, fruta confitada, polvorones y marrón glacé, siempre en sus vitrinas

El Riojano

Dámaso Maza era pastelero de la reina María Cristina de Borbón cuando, en 1855, fundó El Riojano. Sin descendencia, fueron sus maestros pasteleros los que dieron continuidad al obrador.

Durante más de 150 años por la pastelería de la calle Mayor han pasado personalidades de la sociedad madrileña, familias y apasionados del dulce que buscan los sabores más tradicionales dedicados a cada una de las festividades, además de su emblemática pasta del Consejo, creada para Alfonso XIII.

En el espacio centenario se conservan las piezas más características de sus orígenes y sus vitrinas, mostradores y elementos en mármol, bronce y caoba del XIX.

La Mallorquina

Fundada en 1894, La Mallorquina es una pastelería familiar que se asocia directamente a la Puerta del Sol, de Madrid, donde recibe a los madrileños con sus pasteles más tradicionales y con una amplia carta de postres, tartas y chocolates, que ha evolucionado para sumar nuevas referencias dulces.

La Mallorquina de Sol ofrece, desde su pastelería en la planta principal y su salón de té, en la primera planta, sus reconocidas napolitanas de crema o chocolate, las trufas, la tarta de fresa, la bamba de nata, las pastas de té o los bartolillos. Con una conexión muy cercana con la ciudad, la marca centenaria ha abierto en los últimos años tres nuevos espacios en los que comparte su vocación pastelera.

La Duquesita

La Duquesita comenzó en 1914 y durante su trayectoria, vinculada a la familia Santamaría, se consolidó como una de las pastelerías emblemáticas de Madrid. En 2015, tras cumplir cien años, cerraba por primera vez sus puertas y meses después volvía a reabrir de la mano de Oriol Balaguer, uno de los pasteleros más reconocidos de España.

Finalmente, en la nueva etapa, la pastelería conservó los elementos originales – espejos, vitrinas y mostradores- y paralelamente evolucionó su propuesta para ofrecer nuevas referencias de hojaldre, pasteles, chocolates, trufas y bombones, junto a postres que proponen nuevos sabores y que van cambiando según temporada.

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