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Las consecuencias del confinamiento en la salud mental de los jóvenes madrileños

La Comunidad de Madrid ha publicado un Estudio sobre el impacto socioeconómico de la Covid-19 en la población joven de la región en el que constata los efectos que el confinamiento ha tenido en la salud mental de los jóvenes, con un incremento de los sentimientos de soledad, aislamiento y ansiedad, pero que han repercutido en un aumento del compromiso social y un mayor cuidado de la salud.

En concreto, el trabajo se basa en más de 4.400 encuestas realizadas a madrileños con edades comprendidas entre los 14 y los 30 años entre el 29 de septiembre y el 25 de octubre de 2021 y las conclusiones servirán al Gobierno regional para desarrollar políticas orientadas a superar los problemas detectados.

El documento, de más de 160 páginas, aborda el impacto de la pandemia y las restricciones derivadas de la misma en salud física, mental y emocional; educación y formación; mercado laboral; internet y digitalización; efectos en las relaciones y vida social o vulnerabilidad y desigualdad.

Dificultades para socializar

Como principal conclusión, en el informe se constatan los problemas de salud mental a los que se enfrentan los jóvenes tras la pandemia, ya que las dificultades para socializar con otras personas, debido a las medidas de confinamiento y restricciones a la movilidad, les han provocado sentimientos de soledad, aislamiento y ansiedad social, especialmente en el rango de 25 a 30 años.

«El impacto de la pandemia en la salud mental y el bienestar emocional de los adolescentes y jóvenes ha sido innegable, si bien al recuperar un entorno normalizado, la mayoría puede evolucionar positivamente», apunta el informe, que señala que «posiblemente sea la secuela de mayor gravedad para la juventud que ha sufrido la pandemia» y destaca la necesidad de «una reacción más inmediata».

Al hilo, en el informe se alerta de pensamientos suicidas: en 23 personas entre 25-30 años, 39 entre las de 19- 24 años y en 113 en las de 14-18 años. Igualmente, se apunta que un 20% de jóvenes encuestados de entre 25-30 años asegura haber perdido a algún familiar y un 35% de este grupo indica que ha fallecido alguna persona conocida, lo que ha podido derivar en ‘acostumbrarse’ a ver la muerte más de cerca.

De cara al futuro, el 70% de los jóvenes encuestados aspira a volver a la normalidad total, pero intuyendo que no podrán hacer todo lo que hacían antes de la pandemia. «De todas formas, se presume una cierta fatiga pandémica a la hora de imaginar que esta situación se prolongue», se indica.

Más compromiso social y cuidado de la salud

Frente a este impacto ‘negativo’, en el estudio también se han detectado cambios en el cuidado de la salud, de forma que aumenta, sobre todo en este segmento de la población, la normalización de hábitos saludables como la práctica de deportes o ejercicio físico.

Igualmente ha hecho aflorar un cambio de actitud hacia el compromiso social y la solidaridad, incrementándose el número de quienes ejercen alguna forma de voluntariado o se han unido a una ONG.

Sobre su conducta durante la pandemia, si bien los participantes en la muestra se han sentido estigmatizados por los adultos ante las críticas de los medios de comunicación por los botellones, el 84% de los encuestados considera que ha cumplido los horarios y las normas establecidas por las autoridades y censuran la «estigmatización» a la que han sido sometidos.

Mercado laboral: aumentan las barreras y empeora la situación

En cuanto al impacto en el mercado laboral, en el informe se apunta a un «problema estructural» pero que se ha visto agravado por la pandemia. Así, en las conclusiones se indica que baja la ocupación y se incrementan las barreras de acceso al empleo (experiencia laboral insuficiente, falta de ofertas de empleo ajustadas al perfil) y aunque no empeoran las condiciones laborales de quienes tienen empleo se parte de una gran precarización en comparación con el resto de la población.

«En general, la pandemia ha empeorado aún más la situación laboral de los jóvenes, con especial incidencia entre quienes partían de una baja cualificación y mayor precariedad (jóvenes migrantes, con discapacidad, etc.)», se subraya en el informe, en el que se señala la «acogida positiva» del teletrabajo entre la juventud madrileña.

En relación también con la situación económica, un 43% de entre 19-24 años considera que la pandemia ha contribuido a una reducción de sus ingresos y recalca que la merma en los ingresos entre quienes son más jóvenes ha afectado más a su ocio, mientras que para quienes son más mayores afecta sobre todo a la atención a imprevistos, gastos de movilidad y de recursos energéticos.

Propuestas de la CAM

Frente a ello, el Gobierno regional apuesta por una serie de propuestas para paliar esta situación que pasan por una mayor inversión en sanidad pública (recursos humanos y medios técnicos), el refuerzo de la Atención Primaria y de la atención a la salud mental en la Seguridad Social (mayor dotación de profesionales de la psicología / psiquiatría, reducción de plazos de atención y entre citas, así como más acciones para la prevención del suicidio en jóvenes y mayor apoyo psicológico y vigilancia de la salud mental desde los centros educativos, normalizando su existencia sin tabúes.

Todo ello, acompañado también de una apuesta por la investigación científica y por la participación de personas expertas en las decisiones sobre la pandemia, además de mayor inversión en educación y otras medidas en el mercado asociacitivo y de la vivienda, con una mayor regulación.

Igualmente, se apuesta por la disponibilidad de más espacios y zonas de ocio para jóvenes como alternativa a los botellones y más ayudas y subvenciones para el apoyo individualizado a jóvenes con especiales necesidades para superar las desigualdades sociales y brechas.

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