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La pandemia arrasa con los locales más históricos de la capital

La pandemia del coronavirus ha acabado con el cierre de un sinfín de locales históricos en la capital, sin contar con aquellos que todavía tratan de sobrevivir a duras penas.

La hostelería y el turismo han sido dos de los sectores más afectados, así como todo lo relacionado con el mundo de la cultura. Y es que, en apenas un año, Madrid ha visto como muchos de sus bares, restaurantes y teatros cerraban sus puertas con la incertidumbre del porvenir.

Ferpal, una de las cafeterías más históricas de la capital ubicada en la calle Arenal, ha sido de los últimos locales en anunciar su cierre, justo el mismo año en el que iban a celebrar su 50 aniversario.

«Anuncio importante: Echamos el cierre», así lo ha trasladado a través de redes sociales la cafetería, especialista también en fiambres y sándwiches, que se consolidaba como uno de los comercios tradicionales que habían conseguido mantenerse en el centro de la capital, a pocos minutos de la Puerta del Sol.

Tras llevar abiertos desde 1971, «nuestros mostradores y escaparates se van vaciando. Seguimos al pie del cañón con nuestras ofertas por cierre. Liquidamos», confiesan.

Hontanares y Zalacaín

Este cierre se suma al de la conocida cafetería, bar y pastelería Hontanares, situada en la plaza de la Avenida de América de Madrid, que cerró definitivamente sus puertas en noviembre, consecuencia de las pérdidas económicas acarreadas por la pandemia del coronavirus.

Llevaba en la plaza de la avenida de América desde 1966 y, ahora, por culpa de la covid-19 y las cuantiosas pérdidas económicas, se ha visto obligado a cerrar sus puertas definitivamente.

El mismo mes de noviembre también anunció su cierre definitivo el icónico restaurante madrileño Zalacaín, el primero en España en alcanzar las tres estrellas Michelin.

Y es que ni la millonaria reforma que hicieron hace tres años para llamar la atención de nuevos clientes, ni su más próximo salto al servicio a domicilio bajo la marca ByZeta fueron suficientes para librarse del terremoto que la covid-19 ha desatado en el panorama de la restauración. Zalacaín, esa gran casa fundada por el navarro Jesús María Oyarbide en 1973, y la primera en lograr tres estrellas Michelin en nuestro país, cerró definitivamente sus puertas.

El mítico Palentino de Malasaña

El Palentino nació a finales de 1942 en el barrio más cosmopolita de Madrid: Malasaña. Sin embargo, con la muerte de uno de sus dueños, Casto Herrezuelo, el bar de viejo más mítico de la capital cerró en 2018. Un año más tarde, en 2019, el empresario Martín Presumido intentó darle una segunda vida, recuperando la misma estética, nombre y esencia de siempre.

A pesar de los esfuerzos, y después de ofrecer desayunos, cañas y tapas durante más de ochenta años, el icónico establecimiento madrileño ha vuelto a bajar la persiana, y esta vez para siempre.

Ahora, con otros dueños al mando, el local pasará a llamarse como el número y la calle donde se encuentra: Pez 8. 

Pavón Teatro Kamikaze

Por otro lado, hace apenas unas semanas, el pasado sábado 30 de enero, el Pavón Teatro Kamikaze de Madrid también anunciaba que cerraba sus puertas debido a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19.

«No vamos a ocultar que es un momento de una enorme, gigantesca tristeza. Cuando presentamos el proyecto en 2016, hace 5 años, hablamos de nuestra voluntad de abrir un teatro que fuera más allá de la función. Un teatro que intentara aunar lo mejor del teatro privado con lo mejor del teatro público», apuntaban desde el Pavón Teatro Kamikaze.

«Hoy nos vamos con tristeza, pero con la sensación de haber cumplido una gran parte de ese sueño. Por eso este comunicado es, fundamentalmente, una carta de agradecimiento a todas las personas e instituciones que, de una manera u otra, han posibilitado la existencia del proyecto», decía el texto.

«Seguiremos haciendo teatro. La perspectiva de hacerlo sin casa propia nos produce un gran dolor, pero nos volveremos a ver», avanzaban los impulsores del proyecto artístico.

Casa Patas

Por su parte, el mítico tablao de flamenco Casa Patas fue uno de los primeros locales a los que la pandemia le pasó factura. Tras más de 30 años acogiendo actuaciones de ‘leyendas’ de este género artístico, el pasado 30 de mayo tuvo que echar el cierre como consecuencia de la crisis del coronavirus y su impacto futuro en el turismo internacional.

«Es una verdadera pena pero en esta situación es imposible seguir», manifestó en su momento el director de Casa Patas, Martín Guerrero, cuyo padre fundó este mítico establecimiento dedicado al flamenco hace 36 años en el centro de la capital.

locales históricos

La sala programaba cada año más de 300 espectáculos protagonizados por más de cien grupos flamencos en el que participaban más de 300 artistas. Entre los artistas que han desfilado por las instalaciones se encontraban referentes de este género musical, como es el caso de Camarón, Diego ‘El Cigala’, José Mercé, Paco de Lucía, Sara Baras, Joaquín Cortes, Miguel Poveda, Niña Pastori o Tomatito, entre otros.

Papelería Salazar

Por último, otro de los locales que dijo adiós a raíz de la pandemia fue la papelería más antigua de Madrid, situada en el barrio de Chamberí.

Si bien es cierto que este cierre vino motivado por la jubilación de sus dos dueñas, la falta de relevo en la familia y las malas perspectivas económicas por el coronavirus acabaron poniendo fin a la histórica histórica de la Papelería Salazar. 

Redacción

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