Álvaro Petit: «La Plaza de Oriente es la plaza en la que aún resuenan los ecos de ese Madrid que era corte»
«Madrid Q&A» es una indagación, en forma de cuestionario, sobre la relación personal de vecinos o visitantes de Madrid con la ciudad. Y, quien dice la ciudad, dice del Xanadú al pico de Peñalara: que Madrid, ya lo sabemos, no es tanto un callejero como un estado mental.
Si la vida ofrece una tarde de conversación con Álvaro Petit, existe la grave obligación de disfrutarla. Y aprovechar esa infrecuente mezcla de precisión y sensibilidad, y mecerse de la proposición de ley a la cuaderna vía. Va desplegando su erudición sin mota de jactancia, con la sencillez del niño que te presenta sus juguetes. Guarda hacia las palabras la dilección del jardinero a sus aperos: con ellos ha hecho brotar poemarios como parterres de luz, en un labrantío en que cultiva la política, la consultoría y las colaboraciones en medios, sin ahorrar brillantez. La que derrocha esta cartografía literaria y sentimental, tan madrileña como solo un tipo de Bilbao puede lograrla.
1.¿Cuándo le dan a uno el carnet de madrileño?
Lo bueno de Madrid es que nadie te pide carnés. Pero si hubiera alguno, supongo que lo darían después de haber visitado los grandes monumentos de la ciudad: Lucio, el Museo del Prado, Chicote, San Ginés y la Biblioteca Nacional.
2. ¿Qué es lo mejor de un gato? ¿Y lo peor?
Lo de las siete vidas creo que sirve para responder las dos preguntas.
3. ¿Dónde queda el ascensor para ir de Madrid al cielo?
En Las Ventas, claro. En Las Ventas, una tarde de San Isidro.
4. ¿Cuál es el último amanecer que ha visto o, en su defecto, el que no olvidará nunca?
En la terraza del Thyssen, mientras celebrábamos el doctorado de uno de mis hermanos. O también ese otro que escribió Rosales en uno de los parrafitos de El Contenido del Corazón.
5. ¿Una alcoba en el centro, o un palacio en las afueras?
¿Y un palacio en el centro? En realidad, lo que sea que tenga cédula de habitabilidad, porque tal y como están los precios en Madrid, no se puede ir con remilgos.
6. Desmiéntame un tópico sobre Madrid o los madrileños.
Que no hay madrileños de verdad.
7. Ahora, confírmeme otro.
La chulería. Aunque siendo de Bilbao, la del madrileño es como un balbuceo.
8. ¿Cuál es el mejor momento del año para degustar Madrid?
Las semanas antes de Navidad, cuando el alumbrado callejero empieza a anunciarlas.
9. ¿En qué rincón de la ciudad se cita con la nostalgia?
En Las Ventas, cuando íbamos con mi padre a los toros y mi santo progenitor nos explicaba lo que estaba sucediendo. ¡Santa paciencia la suya! Ahora lo sigue haciendo, pero mientras los vemos por televisión.
Plaza de las Ventas
10. ¿Para qué sirve una olimpiada?
Para agobiarnos a los que, por principios, recelamos del deporte. Y para dejar la ciudad pespunteada de edificios que Dios sabe si algún día se usarán.
11. ¿Qué le enamora más… de Barcelona?
La Iglesia del Sagrado Corazón, en el Tibidabo.
12. ¿Quién es Madrid hecho carne?
Antonio Díaz Cañabate. Pocos madrileños han alcanzado cotas de madrileñismo como él. Y pocos -menos aún- han retratado como él un tiempo y una ciudad.
13. ¿De qué piezas consta su día diez en Madrid?
Por la mañana, coger Príncipe de Vergara hasta Menéndez Pelayo, para ir a La Castela. Luego, atravesar el Retiro hasta el Caserón y bajar al Paseo del Prado, previo paso en Los Jerónimos. Si no hay mucha gente, entrar tanto en Los Jerónimos como en el Prado, por saludar, más que nada. Luego, ir hasta la Cuesta de Moyano, que es uno de los sitios más especiales de Madrid. Y con lo que se haya comprado en la Cuesta, desandar el Paseo del Prado hasta el de Recoletos y a la altura del Palacio del Marqués de Salamanca, pararse en el Gijón. Y en el Gijón, no tener prisa.
14. ¿Cuál es el himno no oficial de Madrid?
En las calles de Madrid que escribió un catalán, Sabino Méndez, para otro catalán, Loquillo.
15. ¿Qué vista de Madrid le hace olvidar el mar?
La que hay desde la terraza del Círculo de Bellas Artes. Lo que se ve es como un mar, pero madrileño.
16. ¿Callos o sushi? Y, ya que estamos, ¿Lucio o DiverXo?
Callos… creo que no he probado nunca el sushi, gracias a Dios.
17. ¿Cuál es su rasgo más inequívoco de madrileñismo?
Ser de Bilbao, porque los de Bilbao vivimos donde queremos, ¿sabes?
18. ¿A quién le alfombraría de claveles la Gran Vía?
A Ramón del Valle Inclán, que desgastó Madrid como nadie.
19. ¿Hay vida más allá de la M-30?
¡Sí! Y mucha… esa es quizá la asignatura pendiente de muchos madrileños: conocer ese mundo que hay más allá.
20. ¿Cuál es el secreto mejor guardado de su Madrid?
Ya que estamos en el año de Galdós, los que se llevó a la tumba. Solía andar por las calles de la ciudad intentando captar conversaciones para sus novelas.
Barrio de Salamanca
21. ¿Y su último descubrimiento en la capital?
Más que un descubrimiento, un redescubrimiento: el Madrid de Fortunata y Jacinta.
22. ¿Qué vez se dejó el corazón en Madrid, como Chavela?
Cuando me fui a trabajar a Sevilla… y eso que Sevilla es la perla de España.
23. Lugar de Madrid en que ha sido más feliz
En la Plaza de Oriente. Es la plaza en la que aún resuenan los ecos de ese Madrid que era corte.
24. Mejor lugar para aprender algo de un hijo
Como no tengo, te digo el mejor lugar en el que he aprendido algo de mi padre: andando por el Barrio de Salamanca. El de Salamanca es un barrio vivido, y lo paseo con un hombre vivido, como mi padre, que me enseñaba qué era eso de la vida adulta.
25. Si se pierde, ¿dónde le encontramos?
En la terraza del Martinete.
Plaza de Oriente