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Naiara Blanch: «Madrid es más atractivo cuando lo ves a través de una lente que con tus propios ojos»

Naiara Blanch es una de las caras de Corazón, el programa que antes conocíamos como Corazón Corazón presentado por Anne Igartiburu. Tras muchos años viendo a su ahora compañera desde el sofá, Naiara ha dado el salto a plató y sus referentes son su día a día.

Le decían que no lo iba a conseguir y ese ha sido su mayor incentivo. Divertida, extrovertida y con ganas de comerse la cámara, cumple su sueño día tras día realizando la labor que le gusta pero, sobre todo, siendo feliz dando el máximo de ella.

Dice que no deja nada al azar y siempre lleva un pequeño guion pero la verdad es que si le planteas un reto, aunque no lo tenga previsto, lo aceptará. Conoce a Naiara Blanch en La Azotea de Madrid365.

¿Cómo te definirías?

Una cabezota con suerte.

¿Por qué con suerte?

Pues mira, cabezota porque me gustan las cosas bien hechas y perseguir aquello en lo que creo. Y, con suerte, porque no sé si por suerte o cabezonería, pero consigo lo que quiero.

Igual, más que suerte es que trabajas en lo que quieres conseguir, ¿no?

También es otra forma de verlo. Yo creo que tiene que ser así, tienes que luchar por lo que quieres. Tú lo has vivido conmigo, ¿cuántas veces nos han dicho que nos iban a dar clase de periodismo pero que no íbamos a conseguir serlo? Pues me dices que no puedo y al final lo consigo porque me has dicho que no.

Me acuerdo, en la universidad, un profesor dijo que ninguno de los que estábamos en clase íbamos a conseguirlo, que nos daba clase pero que era muy complicado ser periodista y, sobre todo, trabajar en televisión y más en la pública.

¿Qué hiciste?

Demostrar que sí se puede trabajar sin tener ni un solo contacto en la industria y trabajar en RTVE, en el telediario y en La2Noticias.

Y, ¿qué sientes cuando demuestras que si lo has conseguido?

Es muy satisfactorio. Cerrar bocas siempre me ha resultado satisfactorio, además, yo creo que si te propones las cosas no es difícil terminar consiguiéndolas.

¿Cómo es eso de saltar del sofá al otro lado de la tele?

Es una sensación extraña. Por ejemplo, he crecido con Corazón Corazón y, ahora trabajo en Corazón. O sea, he crecido con esa sintonía los fines de semana, he crecido con Anne Igartiburu y, una vez que haces ese cambio de papel es una sensación indescriptible.

En ese sentido, ¿cómo es trabajar con esa gente con la que has crecido en la pantalla?

Te das cuenta de que son personas a pesar de tenerlas idealizadas, como a Ana Blanco, por ejemplo. Al final acabas teniendo conversaciones super cotidianas con ellas como por ejemplo que se te ha caído el café esa mañana. Es gracioso tener ese tipo de relación con personas que admiras.

O sea que trabajas con tus referentes…

Probablemente. Muchos de ellos.

¿Cómo ha sido cambiar el micrófono por la pasarela?

Sin duda el de Eduardo Navarrete ha sido de esos reportajes impredecibles que pasan en esta profesión… Era la semana de la moda de Madrid y me invitaron a subirme a un autobús en el que había diferentes diseñadores y uno de los que más me gustaba a mí, personalmente, por su carisma y estilo, era Eduardo Navarrete, así que decidí entrevistarle.

Hablando sobre el tipo de modelos que le gustaban, modelos naturales, empezó a decirme que era muy guapa y yo de broma le dije «vamos que podría ser tu próxima musa» y me respondió: «es que de hecho quiero que seas mi musa». Al miércoles de la semana siguiente desfilé para él. Recuerdo que me dijo “no hay huevos”, a los que siempre contesto “tengo ovarios que es mucho mejor”.

Este mundo te da oportunidades y hay que decir “¡¿por qué no?!” Nunca me imaginé hacer un desfile, subida a un carrito de la compra, en bañador y con ese súper pelo. Al día siguiente no me podía ni mover, pero la experiencia fue increíble. Las experiencias te aportan más de lo que esperas en el periodismo.

Quieres ser reportera o, ¿cuál es tu sueño?

Mi sueño es ser feliz haga lo que haga.

¿Cuál ha sido tu reportaje más impactante en Madrid?

Los directos son un mundo y dan mucho respeto. El directo es mucho más que lo que se ve desde casa. Por ejemplo: el retorno. El retorno, para quien no lo sepa, es cuando en el pinganillo que llevamos, gracias al cual escuchamos el programa, a veces se dejan el N-1 encendido y eso implica que te escuchas con uno o dos segundos de retraso.

Vale, pues estábamos en una librería maravillosa, era el Día del libro y empezábamos un directo muy largo con uno de los libreros que me estaba explicando las vainas de la librería y yo me quité el pinganillo. Si te lo quitas, además de no escucharte, no escuchas los comentarios ni indicaciones, así que no sabes cuándo cortar.

Lo pasé fatal y al final del directo me lié y en vez de decir «el que no tiene un libro es porque no quiere» dije «el que no tiene un libro es porque no puede». Me empecé a reír y la presentadora igual. Hay que tener buen tipo delante de la cámara y saber salir de apuros.

¿Llevas siempre algo preparado o le das rienda suelta a la improvisación?

Creo que es muy importante llevar al menos tres puntos anotados. Es uno de los grandes errores de la televisión. La tele refleja lo que eres, refleja el día que estás triste, nerviosa, el día que te vas a comer el mundo. La televisión es un reflejo de la realidad. Salir a un directo desnuda es impensable para mí, el mejor truco es llevarlo escrito.

¿Te has bloqueado aun así alguna vez?

Cada vez que vas a hacer un directo pasa. Todo a tu alrededor está vivo y puede entrar a jugar contigo cualquier elemento. Desde una señora que te mira fijamente y no sabes si te va a asaltar en pleno directo, hasta el que pasa y te toca. Durante un directo todo puede pasar así que hay que ir lo más preparada posible.

¿Naiara Blanch es la misma delante y detrás de la cámara?

Yo espero que sí. Al final tú eliges la cara que quieres dar y eso no implica que no seas tu misma, sino que hay capas de una persona que tú vas dejando ver. Yo he vivido eso de ver persona y personaje en función de la luz roja, pero en defensa de ellos entiendo que la fama se hace cuesta arriba muchas veces y la gente se espera que seas siempre como en televisión, te surgen muchos amigos… Entonces quizás sea un modo de frenar ciertos acercamientos.

Si te digo Premio Iris al Mejor Informativo, La 2 Noticias, ¿qué se sientes?

Pues es un sentimiento muy bonito. Acabábamos de entrar en el equipo de La2Noticias y, el hecho de subirte a un escenario y recibir ese reconocimiento, que no es solo personal sino como grupo, como idea, como concepto y como informativo, y recibirlo con caras tan conocidas y familiares… Increíble. Creo que, ahora, tras dos años vuelven, y me alegra porque es un proyecto sumamente enriquecedor.

¿Tu rincón favorito de Madrid?

Soy muy de clásicos así que El Retiro, que siempre tiene una magia especial sea la estación que sea. El Retiro es el pequeño pulmoncito de Madrid. El Retiro no tiene nada que envidiar a Central Park.

¿Hay dos Madrid? ¿El Madrid de cámara y la realidad?

Sin duda hay dos Madrid, el de la realidad es el que nos perdemos. El ritmo que llevamos en Madrid no te permite parar y fijarte en detalles y con la cámara sí te puedes permitir el lujo de apreciarlo más. En Madrid siempre estamos “de camino a” por lo que te pierdes Madrid. La cámara te permite pausar. Madrid es más atractivo cuando lo ves a través de una lente que con tus propios ojos.

Y, para terminar, ¿crees que es saludable vivir a este ritmo?

Probablemente no y es un bonito debate. Hay una parte que me gusta y engancha, debe ser por la edad aún, pero creo que al final ese estrés nos está matando por lo que no está de más hacer una pausa y oler las flores.

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