marta baltar

Marta Baltar: «Ser reportera completa mi forma de ser: esa intriga, esa necesidad por saber algo»

| 26/1/2022 11:17 | Actualizado: 28/1/2022 11:43

La reportera con más arte y gracia de España Directo. Marta Baltar llegó a Madrid con 18 años recién cumplidos y comenzó a compartir su desparpajo con sus compañeros de la Universidad Europea de Madrid, donde ya destacaba por su indiscutible gracia gaditana.

Lo mismo te canta unos carnavales que te cuenta y te enseña cualquier rincón de España. Cuando hace algo le pone corazón, ganas y pasión y, sinceramente, creo que el reportaje se ha hecho para Marta Baltar, para que nos cuente qué pasa en Madrid y en España con su arte innato.

¿Cómo termina una gaditana en Madrid?

Tenía 18 años y quería estudiar e irme fuera. Soñaba con las grandes ciudades. Soñaba con vivir en Nueva York, París, Madrid y obviamente esta última es la que tenía más cerca y era más asequible. Siempre había querido hacer periodismo y, entonces, comencé a buscar una universidad que reuniese los requisitos que yo quería y, esa universidad, tras ver varias opciones, fue la Universidad Europea de Madrid.

Es cierto que he tenido mi momento de crisis. Ahora he vuelto después de dos años y todavía lo estoy asimilando. Y todavía tengo ahí un dilema, pero yo creo que me he adaptado muy bien, he conocido a mucha gente, gente maravillosa, laboral y personalmente y en ambos ámbitos me ha ido muy bien. Pero mi corazón es muy gaditano y siempre sueña con algún día poder volver.

¿Qué te ofrece Madrid?

Pues la verdad es que a mi Madrid como ciudad me gusta mucho porque tiene todas las opciones, tienes millones de posibilidades que eso en una pequeña ciudad cuesta un poquito más encontrar. Madrid es una ciudad que te invita a crecer siempre, personal y profesionalmente. Llegué aquí por seguir mi vocación, por encontrar mi camino laboral y, aquí estoy, creciendo.

Creo que, poquito a poquito, aunque llevo muy poco, eso lo voy consiguiendo. Espero conseguirlo y estoy encantada de estar aquí.

Dentro del periodismo te dedicas al reportaje, ¿qué te atrajo?

El reportaje es una forma de contar historias y de conocer personajes. Me encantan las historias, me gusta leer y mucho. Cuando alguien me cuenta una historia sabe que le pongo mucha atención, me gusta preguntarle, me gusta saber todo, pero en lo personal. Entonces yo creo que ser reportera completa un poco lo que es mi forma de ser, esa intriga, esa necesidad por saber algo.

Me gusta poder contar historias y hacerlo de una forma amena, entretenida y creo que al final es algo bonito. Obviamente me gusta todo, pero el reportaje es una cosa que te da mucha vida y que te permite conocer mucha gente, porque al final para un reportaje necesitas a mucha gente, conocer una historia o varias historias y sobre todo también conocer sitios y conocer lugares que a lo mejor si no es laboralmente porque esas historias se lleven allí, nunca en tu vida podrías conocer.

¿Cuál ha sido el reportaje más impactante?

A ver, he hecho reportajes amenos, de risa, reportajes de la Feria de Sevilla, reportajes de investigación, pero para mí los reportajes que más me han impactado han sido los reportajes de investigación a nivel policial que he hecho.

El más impactante ha sido un repor en el que entré en el barrio del Príncipe, en Ceuta, con un grupo de la Policía Nacional que se llamaba El Subgrupo de Noche. El Príncipe es uno de los barrios más peligrosos, multicultural, diferente que creo que podemos tener aquí en nuestro país y obviamente haber entrado ahí de noche para ver cómo trabaja este equipo de la policía, ver realmente qué es el Príncipe y conocer cómo es aquello por dentro…

¿Llegaste a pasar miedo?

Sí y no. Iba con la Policía Nacional y me sentía segura y tranquila. Me acuerdo que era un grupo que estaba súper preparado, se entendían todos porque eran como una piña. Así que no era tanto miedo como si adrenalina de “voy a entrar en El Príncipe”.

Tú misma te estás superando también porque no eres consciente de que vas a entrar en El Príncipe hasta que estás ahí. Entonces son cosas que también me han hecho crecer.

¿Qué recuerdas de los reportajes en Madrid?, ¿alguno emotivo?

En Madrid he hecho reportajes muy chulos porque al final he conocido muchos sitios, sus gentes e historias…
Por ejemplo, hay un artesano que lleva generación tras generación haciendo las típicas alpargatas que nosotros usamos en verano. Entonces conoces al personaje y a la persona, valoras el significado de que un oficio así perdure y más si te lo cuenta su protagonista. Madrid tiene millones de historias por contar.

Recuerdo la nieve, un reportaje que hice en Navacerrada. Me reí, disfruté y me caí, como siempre que piso la nieve. (Risas). Hay un fragmento que salgo cayéndome en la nieve porque siempre me resbalo, soy un poco torpe a la hora de estar en la nieve, soy más de playa.

Así que imagínate, la hora del directo, en la nieve, a las 8 de la tarde, esperando congelada de frío, que todo el mundo dice eso de «ay esta pobre reportera» y tu, ahí, con la bufanda, que se te ven solamente los ojillos, el chaquetón…

¿Cómo fue el pasar de ver al reportero a ser tú la que estaba en la tele en vez de en el sofá?

Pues mira, me acuerdo perfectamente. Yo entré de prácticas en España Directo, hice mi beca ahí. Estaba en la redacción, no en cámara. Una vez terminé la beca, me dieron la oportunidad de quedarme y, entonces, mi primer reportaje fue ir al Palacio de Canedo, en León. Hice un reportaje y un directo. Es lo que tiene ED, que te toca hacer varios directos en el día.

Recuerdo que estaba muy nerviosa pero mi actitud era de «voy a disfrutar y a pasármelo bien porque trabajando también tienes que disfrutar»; el periodismo es pasión y trabajo.

Empezaste en ED, te fuiste una temporada y ahora has vuelto a “casa”, ¿cómo ha sido la vuelta?

La verdad, he tardado en volver. Dos años. Es cierto que hace uno aproximadamente vine pero a los días me fui a Sevilla y ahí me quedé mientras daba vueltas por España.

Hoy estoy aquí y mañana no sé. ‘España directo’ es un formato muy bonito, te permite conocer lugares, personas e historias que, seguramente, si no fuese por mi trabajo, no hubiese conocido. ¡Y lo que me queda!

El equipazo que hay detrás y hace magia, son quienes hacen que todo sea posible. Lo que encontré en España Directo, desde el primer momento fue una familia, así que he vuelto a Prado del Rey con la ilusión de quien vuelve a casa por Navidad.

¿O sea que Madrid es casa?

(Risas). MI casa es Cádiz pero Madrid te recibe con los brazos abiertos haciendo sentir a cualquiera que venga de fuera que es su hogar.

Madrid tiene oportunidades para todo el mundo, personales y profesionales. Yo vine con 18 años, no había salido de Cádiz, y me tocó espabilar, desenvolverme sola. Crecí, madure, tienes que aprender a cocinar con arte, es lo que tiene independizarse…

Entonces, para mí, Madrid es sinónimo de oportunidades, experiencia. Recuerdo haber ido a una librería con magia, con encanto, que tenía mil historias que contar, era la más antigua que yo he visto en mi vida.

Y, ahora, con 27 años, ¡madre mía! Hace casi 10 años que vine… vuelvo para quedarme, en principio. Madrid es un amplio abanico.

Y, ¿qué le falta a ese abanico?

Ser Cádiz. (Risas)

¿Playa?

(Risas). No le puedes pedir a Madrid que se convierta en una ciudad pequeña. O sea, yo no puedo pedir a Madrid que sea Cádiz, porque sino no sería Madrid.

Y si tuviera playa sería genial, así podría darme un paseíto por la orilla y esas cosas que me gustan a mí, pero lo que le falta a Madrid, es mi familia. Aunque lo soluciono rápido, el fin de semana, voy a Cádiz y listo.

Por último… hay una faceta tuya menos explotada, la de cantar. ¿Has pensado participar en algún formato musical?

Ah, ¿si? ¿Eso te han dicho? (Risas). Soy gran amante de los formatos relacionados con la música. Fan Nº1 de Operación Triunfo o Bailando con las Estrellas.

Te mentiría si te dijese que no sueño con participar algún día delante o detrás de cámara en un proyecto así. Para mí cantar es un momento que no sé como explicar, un momento de liberación. Me gusta cantar cuando estoy a gusto con mi gente, entre amigos, o en algunos bares cuando hemos ido y hay música en directo he cogido el micrófono y no he tenido problema…

No canto como una estrella y si participase delante de cámara tendría que elegir bien la canción pero, bueno, hay que disfrutar de la vida, ¿no?.