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Madrid presenta la exposición virtual ‘Mujeres en guerra’

La Comunidad de Madrid presenta la exposición virtual ‘Mujeres en guerra’, con motivo de la celebración del Día de la Mujer, y coincidiendo con el 85 aniversario del inicio de la Guerra Civil en España, que pretende visibilizar el papel de miles de mujeres que contribuyeron a la contienda como enfermeras, milicianas, trabajadoras, intelectuales o políticas.

Del mismo modo, la muestra recuerda a aquellas otras: madres, hijas y esposas que, desde el anonimato, sufrieron silenciosamente las consecuencias de la contienda.

Los fondos fotográficos y textuales, custodiados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, cuentan con cientos de imágenes que recogen la aportación de las mujeres a la contienda desde muy diversas perspectivas, sin olvidar que fue muy distinta en cada uno de los bandos.

Mujeres en primera línea de batalla

Si algo diferenció a la Guerra Civil Española respecto a otros conflictos bélicos del pasado fue la presencia de la mujer en el frente. Las milicianas acapararon la atención de los reporteros de guerra, quizá por la novedad que suponía encontrar a mujeres en primera línea de batalla ocupando un rol que, hasta entonces, había estado reservado a los hombres.

Las imágenes custodiadas en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid nos llevan a los primeros momentos de la contienda, cuando los ánimos aún estaban muy altos. Así encontramos fotografías de 1936 que nos muestran a unas jovencísimas milicianas exultantes, encaramadas sobre un muro de piedra y portando en una mano la bandera de la República y en la otra un fusil.

. Cuatro milicianas con sus fusiles en formación

Del mismo año nos sorprenden dos fotografías en las que parecen haberse invertido los roles y son las milicianas quienes enseñan el manejo de los fusiles a un grupo de muchachos que las observan con mucha atención. También encontramos escenas más cotidianas del frente en las que las milicianas cortan leña en Sigüenza o lavan sus ropas junto al puente del río Jarama en Aranjuez.

Asistencia sanitaria

Pero la primera línea de combate no era propiedad exclusiva de las milicianas. Multitud de mujeres se unían a las tropas como enfermeras de guerra, y así nos las muestra Martín Santos Yubero en instantáneas que nos desplazan a Mirabueno (Guadalajara).

En la retaguardia, las enfermeras desarrollaron una labor asistencial de primer orden. El comienzo del conflicto se caracterizó por la falta de personal sanitario, especialmente de enfermería, y un creciente número de enfermos y heridos que necesitaban asistencia. En el bando nacional, las religiosas y voluntarias se encargaron del cuidado de enfermos. En el republicano, sólo voluntarias.

Hospital de Sangre de El Escorial

Únicamente las mujeres cualificadas podían ejercer, mientras que las voluntarias se encargaban de los cuidados básicos, resultando un perjuicio para los heridos por su falta de formación.

Por ello, y con el transcurso del conflicto, se formaron enfermeras, lo que supuso una profesionalización de la enfermería, brindando la posibilidad de formación a la clase obrera, que hasta entonces no había tenido acceso a una educación cualificada. Así pues, la profesión de enfermera adquirió un componente político y de clase social para las mujeres, siendo una de las pocas profesiones a las que se les permitió continuar ejerciendo cuando finalizó el conflicto.

Combatiendo desde la retaguardia

Fuera del frente y de la asistencia a enfermos y heridos de guerra, el papel de las mujeres fue también muy intenso en labores de ayuda al abastecimiento en comedores, como operarias en fábricas, cosiendo ropa para el frente, ocupando los puestos que los hombres dejaron en los medios de transporte públicos o colaborando en tareas puntuales. Algo que podemos ver en un reportaje de febrero de 1938 en el que decenas de mujeres y niños trabajan, palas y picos en mano, en la construcción de refugios antiaéreos en Madrid.

mujeres en guerra
Construcción de refugios antiaéreos en Madrid por mujeres y niños

Otro de los reportajes que mayor interés despierta dentro de este apartado es el protagonizado por las integrantes del Socorro Rojo Internacional a las que vemos repartiendo una importante cantidad de víveres destinados a la población y a los hospitales de guerra en imágenes fechadas en marzo de 1937.

Iconos y referentes

Otro apartado singular de esta muestra son las imágenes de mujeres pioneras y referentes, como la abogada y política Victoria Kent que aparece reconociendo el frente de Somosierra, o la escritora Sofía Blasco en un reportaje de 1936 gestionando una cantina en el frente de guerra de la sierra de Guadarrama. Sofía, apodada como ‘la madrecita’, surtía de las cosas más necesarias a los milicianos y milicianas que luchaban en el frente realizando también labores de enfermera.

Isabel Oyarzábal Smith, política y escritora española, durante la gira que realizó a EEUU

Otra de las mujeres icono y protagonistas de la época es Isabel Oyarzábal Smith, política y escritora española, a la que encontramos durante la gira que realizó a Estados Unidos para recabar apoyos a favor de la causa republicana.

Escenas costumbristas en tiempo de guerra

Finalmente la muestra recoge curiosas imágenes costumbristas en un escenario marcado por la guerra. Así como la literatura fue un aliado para muchos escritores en tiempos de guerra, los fotógrafos de la época también se convirtieron en testigos inmortalizando momentos y escenas que hoy perduran gracias al legado de sus objetivos siempre atentos.

Miliciana atendiendo a sus hijos junto a una trinchera hecha con sacos

Muchas de esas imágenes denunciaron violencia, hambre, miseria o desesperación. Pero también escenas amables de una sociedad que tenía que seguir viviendo. Aparece así un costumbrismo fotográfico que nos muestra la realidad sin maquillar, captada en el lugar y el momento adecuado. Una realidad que congela el tiempo y nos lo presenta en forma de ironía, denuncia social, o de simple curiosidad.

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